Los pies planos, o también denominados arcos vencidos, es una de las enfermedades óseas más comunes en la etapa infantil. Así, el término de "pies planos" se utiliza para hacer referencia a aquellos pies que apoyan toda o casi toda la planta en el suelo al caminar por la falta de arco longitudinal. En la actualidad se estima que aproximadamente un 20% de la población mundial cuenta con este problema de salud en las extremidades inferiores.
¿Qué son los pies planos?
Aunque los pies planos es un problema de salud común en bebés y niños pequeños, hay que reseñar que también puede darse el caso que surja en adultos tras haber sufrido un accidente o cualquier otro problema que haya provocado un debilitamiento de los tendones del pie, las articulaciones que los sujetan y que hacen que el arco no esté lo correctamente pronunciado.
La razón por la que el problema se da desde que el pequeño hace hasta los 3 o 4 años es porque, desde su nacimiento, los pies se van formando y con ellos, el arco, que en muchas ocasiones no llega a desarrollarse por completo. Es en ese momento cuando se puede decir que un niño tiene los pies planos.
De esta manera, los especialistas han reseñado que la ejercitación de los pies mediante actividades como andar de puntillas o caminar descalzos por terrenos irregulares como puede ser la arena, puede llegar a facilitar la formación de este arco en los primeros años de vida. Asimismo, muchos niños pueden nacer con el problema de salud y desarrollar el arco normal a medida que pasa el tiempo, también influido por la utilización de unas plantillas en los zapatos.
Debido a que el problema de salud de los pies planos en muchas ocasiones pasa desapercibido, es necesario que los padres presten especial atención a la forma de caminar de sus pequeños así como a los problemas que estos tengan en actividades tan cotidianas como correr o andar largas caminatas donde puede ser que el niño sienta cansancio y dolor como consecuencia del problema. Además, se recomienda que los padres hagan una inspección visual, no sólo al andar, para identificar si hay signos de la enfermedad.
Normalidad y anormalidad en pies planos
Como ya hemos dicho anteriormente, la problemática de los pies planos puede surgir en personas de todas las edades, pero es especialmente en la niñez, hasta los seis años aproximadamente, cuando se dan signos de la existencia de la enfermedad. Ya sea por los síntomas que puedan darse o simplemente por la apariencia del pequeño al andar o correr, ya que cuando el problema es bastante pronunciado, las rodillas tienden a unirse provocando que todo el peso del cuerpo recaiga sobre la totalidad de las plantas de los pies. Hay que destacar aquí la importancia de utilizar unos zapatos que sujeten bien el pie y unas plantillas que consigan otorgar a los arcos el pronunciamiento que deben tener.
Aun así, hay muchos casos de adultos en los que se observa este problema bien porque no se le haya tratado por un especialista durante la niñez o porque ha surgido a causa de un accidente, aparición de heridas u otras enfermedades que puedan repercutir en la aparición de estos. Así, la presencia de pies planos en personas adultas se hace aún más pronunciada en actividades tan cotidianas como las citadas anteriormente, pues al ser ya cuerpos más desarrollados, la importancia de llevar zapatos y plantillas adecuadas que influían mucho en la niñez se incrementa mucho en este rango de edad.
Diagnóstico y tratamiento
El diagnóstico del problema del pie plano siempre se hace mediante una inspección médica de las extremidades inferiores y la correspondiente realización de radiografías y podografías, estudios que recogen las huellas de las plantas de los pies, por las cuales podrán establecer los grados con los que cuenta el arco así como la gravedad del problema.
Aunque en las revisiones médicas con las que cuentan los pequeños en la etapa de 0 a 6 años se lleva a cabo un estudio de estos problemas tan comunes, hay que acudir con los pequeños al pediatra siempre que se registre dolor, ya que estos problemas cogidos a tiempo siempre pueden reducir el impacto posterior. Aun así, hay que resaltar que en niños muy pequeños la ausencia de arco es normal, ya que no han tenido tiempo de que sus pies se conformen como es debido.
En cuanto a la forma de tratarlo, si no se observan signos como molestias o dolor, en ningún rango de edad se precisa tratamiento. De esta forma, sólo se previene en caso que el niño aumente de peso de manera considerable y que use zapatos adecuados con sus respectivas plantillas para que el problema no vaya a más. De igual forma, se aconsejan medidas posturales como evitar estar largos periodos de tiempo de pie o caminar por terrenos irregulares.