Los padres primerizos se sienten constantemente bombardeados con información sobre cómo cuidar a sus hijos, a veces es tanta la información que reciben que no saben bien qué es lo que deben creer o lo que no. Tampoco saben qué es lo que irá mejor con sus hijos, y es que en realidad, lo que funciona con algunos niños o bebés no significa que tenga que funcionar con otros. El secreto de la paternidad y la maternidad consiste en conocer a los hijos y saber qué funciona en ellos.
En muchas ocasiones esto significa tener que basarse en el error como aprendizaje, pero es que los niños no vienen con manual de instrucciones. Si estás esperando a tu bebé debes saber que todos querrán aconsejarte, con sus mejores intenciones, pero no siempre estos consejos serán buenos para ti, y no pasa nada. Puedes escuchar todos los consejos, pero tendrás que decidir con qué consejos quedarte y cuáles descartar. Te quedarás con los que realmente te funcionen.
A continuación vas a conocer algunos mitos que muchos padres creen ciertos y que en realidad no tienen que ser así.
1- Todos los bebés necesitan beber agua cuando hacer calor
Por supuesto que los bebés necesitan mantenerse hidratados, pero la leche materna o la fórmula contienen un 80% de agua. La Organización Mundial de la Salud (OMS) informa que los bebés no necesitan agua antes de los seis meses de vida, incluso en climas cálidos. Darle agua a tu recién nacido puede hacer que beba menos leche materna. Debido a que tu bebé no tiene los riñones completamente funcionales, su cuerpo no puede excretar agua, lo que puede ocasionar un desequilibrio de electrolitos y sodio.
2- La dentición siempre causa fiebre
Es común creer que la dentición está acompañada de fiebre, pero en realidad hay una investigación publicada en la revista Pediatrics que demuestra que las fiebres no son una señal de dentición y que cuando hay fiebre es porque puede haber una causa subyacente que lo provoque sin que la dentición sea la causa principal.
Si tu bebé tiene fiebre alta, se siente incómodo o no tiene ganas de comer, es mejor que no supongas que es por los dientes y que le lleves al pediatra por si hubiera alguna causa que le esté provocando este malestar.
3- Si le das cereales dormirá mejor por la noche
Si tienes sueño es normal que quieras encontrar cualquier 'fórmula mágica' para conseguir que tu bebé duerma toda la noche, y si esto consiste en darle leche con cereales en su biberón de la cena, es lo que harás para conseguirlo, ¿verdad? Pero en realidad no hay evidencias de que esto sea cierto al 100%.
Los estudios indican que añadir sólidos a la dieta de tu bebé no le ayudará a dormir más tiempo. Los estudios no encontraron diferencias en los patrones de sueño de aquellos que tomaban sólidos antes de acostarse y aquellos que no recibieron sólidos para cenar. Muchos bebés simplemente están listos para dormir durante la noche entre los cuatro y los seis meses, casi al mismo tiempo en que se introducen los sólidos, pero no tiene que estar ligado una cosa con la otra.
4- Tu bebé está estreñido si no hace caca un día
Los bebés que tienen más de 8 semanas de vida a menudo pueden estar hasta 4 días sin hacer caca y esto no significa que esté estreñido. De acuerdo con los expertos, los bebés alimentados con leche materna, particularmente aquellos que no han comenzado a comer alimentos sólidos, pueden pasar hasta dos semanas sin defecar. Los bebés exclusivamente amamantados rara vez están estreñidos, pero si tu bebé está incómodo o si las heces se ven como bolitas duras y pequeñas, estos son síntomas de estreñimiento y tendrás que acudir a tu pediatra.
5- Si coges en brazos a tu bebé estarás malcriándolo
En absoluto malcriarás a tu bebé por cogerle en brazos y darle tu amor, es más, los bebés y los niños pequeños necesitan estar a tu lado y sentirte cerca. Nunca se malcriará a un recién nacido por abrazarle y sostenerle en tus brazos. Un recién nacido llora como una forma de comunicarse contigo, pidiendo que lo alimenten, que lo sostengan, lo consuelen y lo amen. Sostener a tu bebé cerca de ti, en una bandolera o en tus brazos, ayuda a satisfacer sus necesidades, lo que a su vez le está enseñando a sentirse seguro y protegido. Los bebés que sienten esta seguridad, crecen para desarrollar un sentido más fuerte de sí mismos a medida que evolucionan.