La mononucleosis infecciosa, o simplemente mononucleosis, es una enfermedad que muestra un grupo de síntomas causados por el virus Eipsten-Barr (VEB). Normalmente es adquirida por niños y adolescentes pero se puede coger a cualquier edad. La transmisión del virus es a través de la saliva, por eso es también llamada la enfermedad del beso.
En la mayoría de los casos la mononucleosis provoca fiebre alta, dolor de garganta e inflamación los ganglios linfáticos, pero no se trata de una enfermedad seria: al cabo de un mes más o menos desaparece con un tratamiento general y poco agresivo que veremos más adelante.
¿Cuáles son los síntomas de la mononucleosis?
Entre los síntomas de la enfermedad del beso encontramos la fiebre y el malestar en garganta, pero pueden haber más dependiendo de la salud de cada persona. Entre ellos puede manifestarse:
- Fatiga.
- Dolor de cabeza.
- Dolor y debilidad muscular.
- Hinchazón de amígdalas.
- Sudores nocturnos.
- Agrandamiento del hígado o el bazo.
Debido a los síntomas comunes puede confundirse la mononucleosis con otras enfermedades virales como la gripe. Por ello si tras pasar unas semanas siguiendo un tratamiento en casa no se nota ninguna mejoría hay que acudir al médico, ya que es la única manera de que se diagnostique la enfermedad del beso apropiadamente.
¿Cuáles son las causas de la mononucleosis?
La media de edad de las personas que contraen mononucleosis son jóvenes de entre 15 y 25 años, pero también es muy común en los niños. El virus que la causa, el VEB pertenece a la familia de los herpes y es uno de los virus más extendidos en el mundo. Su transmisión se produce directamente a través de la saliva desprendida por una persona infectada, pero no por la sangre. Es fácil estar expuesto al virus ya que puede cogerse a través de un estornudo, de tos, de un beso, de compartir bebida o comida o simplemente por una conversación mantenida muy de cerca.
En muchos casos es común que al principio la persona infectada no sienta ningún síntoma y no sepa que ha contraído mononucleosis. Por ello es posible que transmita la enfermedad sin saberlo. Para prevenir que esto ocurra lo mejor es no compartir cubiertos, envases o en definitiva cualquier elemento que propicie el intercambio de saliva.
Debido a su transmisión hay grupos de personas con más riesgo de contraer mononucleosis. Además de los niños y jóvenes, aquellos que trabajan en contacto directo con otras personas como los médicos, enfermeros y cuidadores tienen una mayor probabilidad que otros de contraerla.
¿Cómo se diagnostica la mononucleosis?
El médico puede diagnosticar la enfermedad del beso siguiendo los síntomas que hemos mencionado anteriormente. De la misma manera, la edad es un factor indicador. Para confirmar que se trata de esta enfermedad se suelen realizar pruebas Monospot, un rápido test utilizado para detectar la presencia de anticuerpos en el VEB.
Otra posible prueba, pero menos fiable es la del recuento de células blancas de la sangre. Cuando el cuerpo contrae mononucleosis produce más células blancas para intentar defenderse, por eso si se comprueba que el nivel es alto hay una fuerte posibilidad de que sea a raíz de la enfermedad.
¿Cuál es su tratamiento?
Aunque no existe un tratamiento preciso para la mononucleosis podemos tomar ciertos fármacos que ayudan a sentirse mejor. Los corticosteroides son indicados para reducir la hinchazón de garganta y amígdala. Para el malestar general se suele recetar paracetamol o ibuprofeno. Aparte de estas medidas habrá que tomar mucho líquido, especialmente agua. A cada persona le afecta la mononucleosis de manera diferente si el caso es que el paciente se encuentra muy agotado tendrá que descansar el tiempo suficiente.
Los síntomas pueden permanecer desde varias semanas a pocos meses. Durante la enfermedad hay que tener el máximo cuidado para intentar evitar la transmisión a la gente de nuestro alrededor. Es necesario no compartir saliva con nadie y lavar las manos cada vez que se tose o estornuda.
Para los niños lo mejor es no ir a clase durante los días que se encuentren peor. Los deportes en equipo no están recomendados hasta que pasen la enfermedad, ya que las probabilidades de transmisión aumentan debido al contacto cercano entre los niños.
El tratamiento de la mononucleosis sirve para paliar sus molestos síntomas, pero la enfermedad se va sola al cabo de un tiempo. Por eso lo mejor es intentar descansar lo máximo posible y cuidar la higiene para no transmitirla a nadie más.