Los niños con mutismo selectivo prefieren no hablar en entornos sociales como resultado de la extrema ansiedad que sienten. Una escuela no es un lugar tranquilo para ellos. Si tu hijo tiene mutismo selectivo es posible que te preocupes por él. En algunas ocasiones es un problema que se solventa solo con la madurez del pequeño, pero en otras ocasiones, necesitará la ayuda de un profesional para poder avanzar.
El mutismo selectivo es un trastorno de ansiedad
El mutismo selectivo es un trastorno de ansiedad. Es importante saber que muchos niños con mutismo selectivo hablaron sin ningún retraso o trastorno en el habla. Los padres a menudo se sienten confundidos y sorprendidos cuando reciben comentarios de que su hijo nunca se comunica en la escuela, ya que estos niños suelen ser ruidosos en el hogar y extremadamente verbales. Esto demuestra que pueden hablar de forma selectiva y comunicarse en entornos donde se sienten cómodos y relajados.
Es muy importante que el niño con mutismo selectivo sea tratado con normalidad, igual que a cualquier otro niño de la clase, aunque no hablen en el entorno en el que se espera que lo hagan. También puede ocurrirles en lugares públicos como un restaurante, reuniones familiares o como estamos comentando, en el entorno escolar... Es decir, en cualquier lugar donde requiera interacción social que le produzca cierto nivel de ansiedad. Estos niños intentan pasar desapercibidos.
Cómo ayudar a un niño con mutismo selectivo
Lo más importante es centrarse en cómo aliviar la ansiedad. Se debe ser consciente de la tendencia del niño a pasar desapercibido en clase para su propia tranquilidad. Eliminar toda la presión y las expectativas para que el niño hable es fundamental. T
Como maestro, hay una tendencia a hablar por el niño o solo a responder preguntas de sí o no. El trabajo como maestro no es hacer que el niño hable, sino minimizar la ansiedad que siente por las actividades en el aula. En algunos casos, estos niños desarrollan una o unas pocas amistades y susurrarán o incluso hablarán con algunos niños en la escuela, especialmente en el patio de recreo.
Ellos experimentan la necesidad de interacción social. También pueden comunicarse de forma no verbal en clase asintiendo con la cabeza o señalando si necesitan responder una pregunta. La comunicación no verbal es aceptable cuando un niño es nuevo en el entorno del aula. Sin embargo, se deben implementar estrategias e intervenciones para ayudar al niño a progresar de la comunicación no verbal a la verbal.
En clase
Sienta al niño en el aula en un lugar donde no sea el centro de atención y evita el contacto visual al principio para darle comodidad. Es mejor ganarse la confianza del niño al no tener ningún tipo de presión sobre ellos y también al no excluirlos de las actividades de clase. Lo ideal es crear oportunidades espontáneas para que hable.
Los niños con mutismo selectivo se involucran y se emocionan igual que otros niños cuando se les da la oportunidad de responder, aunque no siempre lo hagan, por ejemplo, en una asamblea pasando una pelota para cada niño para que diga algo relacionado con lo que se esté trabajando en un momento determinado.
Si el niño no contesta no hay que darle mayor importancia y continuar con el juego y actuar como si ese comportamiento fuese normal. No juzgues ni tampoco minimices la ansiedad que pueda estar sintiendo el pequeño en ese momento. Si ves que la situación se complica, entonces tendrás que hablar con sus padres para involucrarte en el posible tratamiento que reciba fuera de la escuela para reducir la ansiedad, ya que ella, es la mayor culpable del mutismo selectivo. Necesita sentirse apoyado y comprendido todo el tiempo, porque de esta manera empezará a tener la confianza necesaria para poder comenzar a hablar sin miedo.