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El niño y niña de 1 año
El niño y niña de 1 año

CRECIENDO

El niño y niña de 1 año

Conoce todo lo relativo al niño o niña de 1 año, alimentación, sueño, vacunas, sus primeras palabras, las rabietas, etc.

Los primeros años de desarrollo de un niño son los más importantes de toda su vida. Son los años en los que sufrirá más cambios, en los que irá transformándose de un bebé a un niño propiamente dicho, años en los que su crecimiento será mucho más notable. Esto se nota, sobre todo, cuando el niño cumple 1 año. Y es que en tan solo doce meses su desarrollo será tan grande que apenas podrás creerlo; de tener un bebé que no es capaz de hacer nada por sí mismo pasarás a tener un niño inquieto, que puede que ya haya dado sus primeros pasos y que esté balbuceando sus primeras palabras.

Los cambios más notables en el niño de 1 año es que comenzará a andar, a gatear mucho más rápido, a ponerse de pie y, sobre todo, a inspeccionar todo aquello que le rodea. Sus primeros pasos los recordarás como algo muy tierno, pero también muy inestable; es por eso que hay que prestar especial atención al niño cuando está jugando, para así evitar cualquier caída grande. No conocen ni lo que es el riesgo ni lo que es el miedo, así que hay que estar muy pendiente de cualquier paso que dé, aunque sin exagerar. El problema de que sufra una caída no es solo que se haga daño, sino que, además, podría acabar cogiéndole miedo a andar, y entonces te costará mucho más que arranque definitivamente.

Qué es lo que puede hacer el bebé de 1 año

Notarás que tu bebé ya comienza a ser ligeramente más independiente, busca menos tus brazos y querrá estar jugando todo el día de un lado a otro. No te preocupes, porque esto es totalmente normal. Está aprendiendo a relacionarse con su entorno, a jugar, a entretenerse a sí mismo, y esto es necesario para su posterior desarrollo.

Recuerda las vacunas que tiene que poner tu hijo a los 12 mesesRecuerda las vacunas que tiene que poner tu hijo a los 12 meses

No obstante, no creas que tu bebé ya no te necesita, o ya no quiere tenerte a su lado. En el momento en el que se vea solo, o en el que vea que ya no estás a su lado, comenzará a llorar desconsolado. Porque el niño de 1 año continúa siendo muy sociable, y busca tener compañía constante.

Además, el bebé comenzará a mostrar su temperamento. Cada niño, al igual que cada adulto, es un mundo y tiene un carácter propio que dependerá mucho no solo de su entorno sino también de su propia personalidad. Hay niños que son mucho más tercos, otros que son muy dóciles, y otros que lloran por cualquier cosa que les pase. Será en este punto en el que comiences a conocer a tu hijo de verdad; comenzarás a ver qué es lo que le molesta y qué es lo que le gusta. Todavía no será capaz de comunicarse como un niño más grande, pero irá balbuceando algunas palabras y será capaz de pedir cosas fundamentales como agua o comida.

Notarás también que el desarrollo intelectual del niño aumenta considerablemente. Comenzará a comprender todo lo que le dices y, aunque le cueste hablar, también empezará a hacerlo. Poco a poco, y con mucho esfuerzo, acabará haciéndose entender a la perfección. Esto depende también mucho del niño, puesto que hay niños que comienzan a hablar antes y otros que requieren más tiempo; no te impacientes, puesto que todo llegará. Y si tienes alguna duda, o crees que el desarrollo de tu bebé comienza a ralentizarse, acude al pediatra y consúltaselo.

¿Qué come un niño de 1 año?

Una vez que el pequeño cumple 1 año, su alimentación se vuelve mucho más abierta. Depende también mucho de la alimentación que el niño haya tenido hasta el momento, puesto que no es lo mismo si se ha estado alimentando a base de purés que si ha seguido una alimentación basada en el Baby Led Weaning, por ejemplo.

El niño de 1 año empezará a tener esas rabietas típicas de la edadEl niño de 1 año empezará a tener esas rabietas típicas de la edad

Con 1 año es el momento de dejar atrás las papillas y comenzar a comer alimentos sólidos, por regla general. Si el niño ya comía alimentos sólidos, notarás poca diferencia, puesto que continuará comiendo lo mismo, aunque quizás en más cantidad. La carne, el pescado y las legumbres serán ya parte fundamental de su alimentación, y el niño querrá empezar a comer solo, acompañado de sus padres en la mesa. Puede que tu hijo quiera continuar tomando leche materna, y esto no tiene nada de malo; hay estudios que demuestran que la leche materna puede continuar siendo un suplemento hasta bien pasados los dos años.

Junto a la comida, también cambiarán los hábitos de sueño de los niños. Si antes se despertaba mucho por la noche, lo normal es que ahora comience a tener patrones de sueño mucho más estables, y duerma durante toda la noche sin ningún tipo de problema. También te pedirá dormir algunas horas sueltas durante el día, y es que no debes olvidar que los bebés de 1 año todavía duermen una media de entre doce y trece horas al día.

Vacunación y otros datos de interés

No debes olvidar que entre los doce y los veinticuatro meses comienza a haber una gran cantidad de vacunas que son consideradas obligatorias. Esto cambia mucho según el país en el que residas en ese momento, pero en casi todos es así, con lo cual quizás sería buena idea acudir al pediatra y que sea este el que te informe de las vacunas que debes ponerle a tu hijo. Puedes elaborar tu propio calendario de vacunas para tenerlas siempre presentes.

En cuanto a medidas y peso, eso depende mucho del niño en cuestión. Lo habitual es que haya crecido cerca de la mitad de lo que pesaba al nacer, puesto que es la etapa en la que crecen más rápido.

Algo que debes saber también sobre los niños de 1 año es que sus rabietas comenzarán a ser mucho más fuertes. De nuevo, depende del niño, pero por regla general se enfadarán con mucha más frecuencia. Puede que incluso te intenten llorar en medio de la calle, o tengan algún enfado de proporciones astronómicas donde menos te lo esperas. Lo mejor que puedes hacer es tener paciencia, y pensar que es solo una racha. Si en lugar de alterarte tú también tratas de mantener la calma, de explicarle por qué no le das ese juguete o por qué tenéis que volver a casa ya, seguramente el niño reaccione mucho mejor y acabe dejando de tener esas rabietas.

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