La hiperactividad puede estar presente en el trastorno por déficit de atención (TDAH.) Cuando un niño es hiperactivo tiene la necesidad de moverse continuamente, de no permanecer quieto. Dado que este concepto es muy subjetivo, por el hecho de que lo que puede llegar a ser un exceso de movimiento para una persona, para otra puede considerarse normal, es difícil de diagnosticar.
A la hora de valorar si un niño es hiperactivo se tiene en cuenta que esta conducta no sea un problema que dificulte el llevar una vida normalizada, un desempeño escolar positivo y que no le influya en el momento de relacionarse con los demás, ya sea con su familia o con sus amigos.
¿Qué es el trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH)?
El TDAH es un trastorno de la conducta. Los niños que lo padecen tienden a estar en continuo movimiento, sobre todo cuando tienen un exceso de energía, realizar acciones de manera impulsiva, distraerse con facilidad, mostrar comportamientos agresivos y presentar dificultades para concentrase y prestar atención.
En muchas ocasiones este trastorno se diagnostica por error, sin que el niño llegue a padecerlo realmente; ya que en muchos casos no se tiene en cuenta que en la etapa infantil, los niños son inquietos y movidos por naturaleza, y que tan solo se trata de niños más activos, que con los años irán disminuyendo su energía, sobre todo al llegar a la adolescencia.
Cabe destacar que la hiperactividad no es lo mismo que TDAH, tan solo se considera un síntoma de lo que ese trastorno conlleva. No obstante tener un comportamiento hiperactivo ya es en sí un problema; por ello que se confundan a menudo y ambos se traten como trastornos del comportamiento.
¿Qué síntomas presentan los niños hiperactivos?
A la hora de saber si tu hijo padece o no de hiperactividad, es importante que observes su comportamiento, teniendo en cuenta varios aspectos que hacen visible este problema. Algunos de los signos más comunes con los que debemos alertarnos son:
- Habla en exceso y sin parar. A menudo interrumpe o se mete en las conversaciones ajenas.
- Le cuesta permanecer quieto cuando la situación lo requiere, por ejemplo, en las comidas, reuniones, salas de espera, etc.
- Muestra dificultad a la hora de concentrarse o prestar atención, distrayéndose continuamente y con cualquier cosa.
- Se mueve en momentos que no es adecuado hacerlo.
- No consigue acabar ninguna actividad antes de cambiar a otra nueva, por ejemplo: Deja a medias la construcción que con tantas ganas estaba haciendo y se pone a pintar.
- No es constante en lo que realiza.
- Le cuesta recordar información, por falta de atención, como por ejemplo: lo que se le ha pedido, lo que tiene que coger, etc.
- No es capaz de realizar actividades relajantes que le gusten sin que se mueva, por ejemplo: Ver la tele, leer, etc.
- Tiende a mostrar actitudes agresivas o comportamientos destructivos, como puede ser romper cosas, gritar, etc.
- Hacer ruidos de manera repetitiva o realiza pequeños movimientos cuando se encuentra tranquilo.
A demás de lo dicho anteriormente, es muy común confundir la hiperactividad con:
x Hipertiroidismo : Esta afección no suele ser común en niño, pero en algunos casos si lo padece, puede equivocarse con hiperactividad por el hecho de que se muestran excesivamente inquietos, distraídos, etc.
x Trastorno de la ansiedad : ya que hace que los niños se muestren inquietos, con dificultad para concentrarse, ansiedad, etc.
x Complicaciones en el desarrollo sensorial del niño : En muchos casos por falta de estímulos sensoriales o por un exceso de ellos, se origina una hiperactividad.
x Trastornos a nivel auditivo: ya que la carencia auditiva hace que no escuchen lo que se les dice, confundiéndose con una actitud pasiva, distraída, sin hacer caso, rebelde, etc.
x Trastorno de personalidad limite : En este caso es confundido por las conductas impulsivas que se presentan en ambos casos, la dificultad para concentrarse, la posible agresividad o desobedeciemiento de las normas, etc
¿Qué signos de alerta debemos tener en cuenta?
Como hemos dicho antes, en muchas ocasiones se tiende a diagnosticar de hiperactividad, confundiendo actitudes naturales de la infancia con los síntomas. Para ello hay ciertos puntos que hay que tener en cuenta antes:
- Que el niño tenga un movimiento o una inquietud desproporcionada en comparación con la que presentan otros niños de su edad y respecto a su grado de desarrollo tanto físico como psicológico.
- Que estos comportamientos interfieran de manera negativa en su vida, haciendo que su calidad disminuya o se vea afectada.
- Que este comportamiento sea detectable antes de los 12 años, es decir, en edades tempranas.
- Que el problema afecta a mínimo dos de los tres ámbitos de la vida del niño: Social, escolar y familiar.
- Que dicho comportamiento no esté originado por el consumo de fármacos, problemas psicológicos, etc.
No obstante, si cree que su hijo puede estar sufriendo de hiperactividad o un trastorno por déficit de atención (TDAH), es aconsejable que acuda a un especialista que valore su caso y pueda detectar a tiempo si se padece o no este tipo de trastorno.
¿Por qué es importante detectar la hiperactividad a tiempo?
Como cualquier trastorno de la conducta, la hiperactividad, cuanto antes se diagnostique, más fácil será a la hora de ayudar al niño a controlarlo. Detectar este tipo de problemas a tiempo hace que se le ponga palabras a su comportamiento, dándole de esta manera una respuesta adecuada, así como la ayuda necesaria, el apoyo, las herramientas, etc.
Son muchos los casos de niños que padecen hiperactividad, pero que al no estar detectada, sufren en silencio, siendo infelices e incluso con conductas depresivas. Esto ocurre, porque al no saber qué le pasa, se le considera un niño malo, inútil en los estudios, al que hay que castigar continuamente, molesto, etc; cuando tan solo tienen una dificultad para concentrarse o un exceso de energía que el por sí solo no puede controlar.
¿Qué puede causar que mi hijo sea hiperactivo? ¿Tiene tratamiento?
Gracias al doctor Tredgold se sabe que la causa de la hiperactividad puede radicar en una disfunción mínima a nivel cerebral, la cual origina que se vea afectada el área del comportamiento.
Por este motivo, en la mayoría de los casos de niños con hiperactividad se administran como tratamiento medicamentos que estimulen el cerebro, como puede ser la benzedrina, haciendo que la función cerebral se active y aumente.