No es el qué dices a tus hijos, es el cómo lo dices... Y afecta a su temperamento. Los resultados de un reciente estudio experimental publicado en la edición de marzo de 2016 de Developmental Psychology descubrieron que no solo lo que decimos sino cómo decimos que puede afectar el desarrollo de los rasgos emocionales de un niño que comienza a una edad muy temprana.
El experimento
Una vez pensamos que la forma en que una persona estaba conectada (temperamento) estaba determinada genéticamente, pero este estudio indica que el entorno también juega un papel importante. El experimento consistió en un investigador que enseñó a los niños (15 meses de edad) cómo jugar con juguetes mientras el niño se sentaba en el regazo de sus padres.
Otro investigador se sentó cerca y lo haría con emfado o afecto neutral, mientras los bebés miraban la demostración. Luego dejaron que los niños jugaran con los juguetes. Los bebés que escucharon una reacción enfada tenían menos probabilidades de jugar con los juguetes que aquellos que escucharon la reacción neutral. Entonces, ¿qué significa esto para los padres?
El significado para los padres
Primero, muestra que lo que decimos y cómo lo decimos afecta no solo el comportamiento de un niño en este momento, sino cómo reacciona ante situaciones futuras que son similares. Por lo que sabemos sobre el desarrollo del cerebro, es muy posible que la exposición continua a este tipo de estímulos (especialmente si ocurre en diferentes tipos de circunstancias) se generalice gradualmente a un estilo de reacción más permanente a las cosas nuevas y novedosas que encuentren.
Cuando se generaliza un patrón de respuesta como este, lo más probable es que indique que el cerebro del niño ahora está conectado para que el niño se vuelva más vacilante y temeroso de varias cosas a las que está expuesto en su entorno. Los padres pueden usar esta información de manera positiva.
Al usar un tono positivo y declaraciones positivas mientras un bebé o un niño pequeño observa y experimenta diversas situaciones, los ayudamos a reaccionar positivamente. Un miedo importante que los niños suelen tener es el miedo a la oscuridad.
Si desde bebés acostumbras a tus hijos a la oscuridad, cantando sobre lo genial que es estar en ella, tus hijos no tendrán miedo a la oscuridad. En cambio, si utilizas una voz severa y les dices lo peligroso que es la oscuridad, entonces es probable que sí tengan miedo a ella.
No es solo lo que dices, también es cómo lo dices
Te animo a que te des cuenta de lo que dices y de cómo lo dices, de modo que seas mejor para alentar a tu hijo a explorar e interactuar con su entorno, especialmente a las cosas nuevas para que se sientan seguros de explorar e interactuar.
Cuando los veas haciendo cosas apropiadas, puedes decirles cosas positivas y motivadoras en un tono que también es alentador. Usa esto para alentar a los niños a probar cosas nuevas y aprender nuevas habilidades. La comunicación entre padres e hijos es clave para llevar a cabo las tareas básicas de un padre, que incluyen formar un vínculo estrecho, comprender el punto de vista de su hijo, proporcionar límites y orientación apropiados y enseñarles habilidades, conocimientos y valores.
Comienza a ser consciente de cómo te comunicas con tu hijo y cómo le afecta. Modifica tu estilo de comunicación en función de lo que aprende y comienza a filtrar y a formular lo que dices y cómo decirlo antes de comenzar. Estas modificaciones "reconectarán" con tu estilo de crianza y descubrirás que comenzarás a responder a tu hijo espontáneamente en un estilo muy positivo y efectivo.