A todas las mujeres durante el embarazo les preocupan los posibles riesgos que puede correr el feto tras tomar determinados medicamentos. Es cierto que muchos de ellos pueden llegar a ser perjudiciales para el feto, pero también hay que tener en cuenta que durante los 9 meses que dura el embarazo es bastante posible que enfermemos, necesitando algún tipo de analgésico, antiinflamatorio o incluso antibiótico. Lo más normal, si nos cuidamos, es que nuestras necesidades no vayan a más de un analgésico, y con el paracetamol podremos aliviar nuestros dolores.
La placenta o barrera fetoplacentaria
Podemos decir que la placenta es la barrera que separa o une al feto de su madre, es la encargada de filtrar lo que le llega al feto, todas las sustancias necesarias para su crecimiento y desarrollo pasan por aquí. Le llegarán proteínas, vitaminas, minerales, hormonas... y las inmunoglobulinas del sistema inmune materno que protegerán al bebé durante los primeros días. Además de todo esto necesario, la barrera no es perfecta, y puede dejar pasar también algún virus o bacteria, como los de toxoplasma, listeria, rubeola... de ahí la importancia de cuidarnos frente a estos microorganismos, y además también deja pasar gran parte de los medicamentos de hoy en día.
Paracetamol y embarazo
El paracetamol es uno de los medicamentos que sirve como analgésico y antipirético, es decir, elimina el dolor y la fiebre, y también es uno de los medicamentos que atraviesan la barrera fetoplacentaria, es decir, que pueden llegar al feto, sin embargo esto no debe alarmarnos en exceso ya que los riesgos para el bebé, si seguimos las indicaciones de nuestro médico, son mínimos o nulos.
Muchas mujeres prefieren pasar los dolores o la fiebre sin ayuda, antes de tomar medicamentos por miedo a los riesgos que puedan tener para el feto. Sin embargo, no nos damos cuenta de que esto muchas veces es contraproducente. El dolor nos lleva a estar incómodas, estresadas e irritables, todas estas sensaciones se transmiten al feto, y ya sabemos que una de las cosas más importantes durante el embarazo es estar relajada, ya que de lo contrario es muy posible que el feto no asimile todos los nutrientes necesarios, lo que puede llevar a algún problema de crecimiento.
Otro factor más importante es la fiebre, no olvidemos que la fiebre es un mecanismo de defensa de nuestro cuerpo frente a bacterias, virus o cualquier microorganismo patógeno, al aumentar nuestro calor corporal se dificulta su desarrollo. Se sigue estudiando el posible efecto directo de la fiebre sobre el feto, y aunque no se ha podido relacionar con malformaciones, la bacteria o virus que nos la ha provocado si que puede ser perjudicial para el feto, causando daños, malformaciones o incluso una interrupción del embarazo. Por todo ello, no debemos dejarnos llevar por el miedo del uso de medicamentos, ya que no usarlos puede ser mucho peor.
El analgésico recomendado como seguro durante el embarazo es el paracetamol. Como siempre que hablamos de medicamentos, lo más importante es acudir al médico para que nos de la pauta a seguir y no automedicarnos, sobre todo durante este periodo tan importante. También, por muy seguro que sea, hay que hablar de efectos adversos.
Riesgos del uso de paracetamol durante el embarazo
Ya que es el analgésico que más se recomienda, también es el más estudiado para poder evaluar sus riesgos. Ningún medicamento es inocuo en su totalidad, y no olvidemos que el paracetamol puede atravesar nuestra placenta, por ello, ahora más que nunca seguiremos las pautas que nos dicte nuestro médico.
Los últimos estudios relacionados con el paracetamol muestran algunos posibles riesgos que pueden afectar a nuestro futuro bebé, pero estamos hablando de una toma prolongada de paracetamol, es decir durante al menos 12 días seguidos. Ningún médico nos recomendará tomarlo tanto tiempo, en su lugar buscarán el problema base que provoca el dolor o la fiebre para atajarlo desde ahí. Por ello, aunque el paracetamol esté recomendado no debes tomarlo sin prescripción y de una forma continuada.
Sin ánimo de alarmar, comentaremos los efectos adversos que puede tener el paracetamol sobre el desarrollo del feto, recordando que estamos hablando de un uso prolongado, tomas cada 6 u 8 horas durante al menos 12 días, siendo más representativos los resultados en mujeres que lo tomaron durante más de 26 días:
- Asma y trastornos pulmonares : parece ser uno de los posibles efectos adversos del paracetamol, aumentando el porcentaje de bebés afectados según el tiempo de duración del tratamiento y la dosis.
- TDHA (trastorno por déficit de atención e hiperactividad): en este estudio se comprobó que el porcentaje de afectados por este trastorno aumentaba sensiblemente en hijos de madres que habían tomado paracetamol durante un periodo prolongado, sobre todo en aquellos casos en los que la madre había acudido a este analgésico durante los tres trimestres del embarazo.
- Ausencia del descenso de testículos (criptorquidia) : por los últimos estudios, parece que en este caso más que el uso del paracetamol, lo que producía esta enfermedad fue la combinación de su uso con ibuprofeno, el cual ha sido desaconsejado durante el embarazo.
- Desarrollo neurológico del feto : por último, se han realizado estudios en los que se concluyó que el desarrollo motor, la conducta y el temperamento del bebé podía verse afectado si la madre había usado paracetamol durante el embarazo.
Todo esto puede alarmarnos, pero otra cosa a tener en cuenta es la forma en que se realizaron los estudios, ya que no se puede dar medicamentos a una madre para ver si afectan al feto, estos estudios se realizan preguntando a mujeres que han estado embarazadas o durante su embarazo si han tomado o toman paracetamol. Este tipo de estudios puede dar unos resultados sesgados, ya que si contactan contigo durante el tercer trimestre, es posible que no recuerdes con exactitud la pauta de uso de paracetamol que seguiste, o incluso si lo tomaste con algún otro medicamento. Así que lo mejor es dejarnos aconsejar por nuestro médico, y desde luego no pasarlo mal por un dolor que podría aliviarse o sin poder levantarnos de la cama por la fiebre, ya que esto si que podría ser perjudicial para nuestro bebé.