Hoy en día el hacerse un piercing o un tatuaje está a la luz del día y es sin lugar a dudas uno de los quebraderos de cabeza de cualquier padre. A pesar de la oposición de los padres, la mayoría de los jóvenes acaban por ponerse uno o varios en diversas partes del cuerpo. Acto seguido te hablo un poco más de los piercings y el riesgo que puede suponer el ponerse uno si no se han tomado las medidas y precauciones necesarias.
Los piercings en los adolescentes
Los piercings consisten en perforar alguna parte del cuerpo como pueden ser las orejas, los labios o la lengua e insertar pendientes o aros en los mismos. Dicha moda está en pleno auge y muchos jóvenes optan por hacerse dicho piercing con el fin de experimentar algo nuevo o para destacar frente a los demás.
A día de hoy llevar piercings es algo normal y que no suele crear rechazo social aunque la mayoría de padres estén totalmente en desacuerdo de que sus hijos lleven alguno en su cuerpo.
Cómo hay que actuar si tu hijo quiere ponerse un piercing
Si tu hijo quiere ponerse un piercing no hay que ponerse nervioso y hablar en todo momento con él. Es importante dialogar con él y hacerle saber las ventajas y desventajas que puede tener el ponerse un piercing. En el caso de que quiera hacérselo debe conocer en todo momento que riesgos puede tener y los cuidados que debe tomar para que dicha perforación no llegue a infectarse. El ponerse un piercing no es el fin del mundo para un padre y es algo que hay que hablar y aceptar dentro de unos límites.
Qué riesgos entraña el ponerse un piercing
El ponerse un piercing en una zona del cuerpo puede entrañar algún que otro riesgo que tu hijo debe conocer:
- El mayor riesgo que supone el ponerse un piercing es el de una posible infección. Es por ello que es esencial el hacerse la perforación en un lugar que cuente con las mínimas condiciones de seguridad y de higiene. Es bueno el acudir a un local del que se tenga buenas opiniones y referencias.
- Otro de los riesgos de hacerse un piercing es el de tener algún que otro problema con la cicatriz propia de la perforación. En un principio no tiene que haber problemas ya que la herida suele cicatrizar de una manera rápida, sin embargo en zonas húmedas como en la lengua suele tardar algo más.
- Otro riesgo que puede suponer el ponerse un piercing es el de la alergia o un posible rechazo. En tal caso es aconsejable el sustituir el material por otro que no provoque alergia. En el caso de rechazo es importante el quitar el pendiente antes de que la inflamación puede ir a más.
Cuidados de un piercing
Si tu hijo al final decide optar por hacerse un piercing es importante el recordarle una serie de cuidados en materia de higiene y limpieza que debe tener en cuenta:
- Antes de tocar el piercing o la herida es esencial el lavarse bien las manos con agua y jabón.
- En el caso de que el piercing se en encuentre en la lengua o en los labios, es importante que tu hijo se limpie muy bien la boca con el fin de evitar de que el piercing pueda infectarse.
- La ropa de la cama debe estar bien limpia y a ser posible de algodón con el fin de evitar una posible infección.
Si tienes un hijo en edad adolescente es probable que llegue el momento en el que le apetezca hacerse un piercing. Ante ello, solo queda sentarse junto a él y hablar de una manera tranquila del tema.