Seguro que, en algún momento, habéis visto a un bebe que se chupaba el dedo. Y es que esta conducta, algo que nos choca tanto a los adultos, es algo totalmente habitual en los bebés, algo que hacen de forma casi fisiológica. Eso sí: es un hábito que no debe prolongarse en el tiempo, puesto que podría acabar generando complicaciones en la boca del bebé.
Pero, ¿por qué los bebés se chupan el dedo? ¿O por qué tienen la necesidad de chupar el chupete, o cualquier objeto que esté a su alcance? Es muy fácil de explicar: este reflejo de succión es algo innato durante los primeros meses, e incluso hasta los dos años. Si pruebas a tocar alrededor de la boca de un bebé (con cuidado, y con las manos limpias) podrás comprobar que comienza a succionar de forma casi instantánea, porque es un reflejo, no es algo que controla.
Esta succión les hace sentirse muchos más seguros, les hace comprender de otra forma el mundo que les rodea. Es una especie de consuelo, algo que les tranquiliza considerablemente, y que lleva haciendo prácticamente desde el útero. Si el bebé se encuentra asustado, cansado, aburrido... Seguramente acabe con el dedo en la boca para hacer frente a ese duro mundo exterior con más fuerza. Ese chupar su dedo les hace sentirse mucho más relajados, con lo cual no es algo que deba preocuparnos en exceso. A menos que esto se alargue más de la cuenta, por supuesto, porque entonces sí que podría acabar haciendo que el niño tenga afecciones en la boca. Pero estamos hablando de, más o menos, los seis años, que es cuando comenzarán a salir los dientes permanentes.
¿Chupar el dedo siempre es perjudicial?
Como ya hemos señalado, este gesto de chupar el dedo es algo habitual en los bebés. Se han llegado a ver ecografías de fetos de unas catorce semanas chupando sus dedos, con lo cual es lo más natural del mundo. Es positivo que sepan cómo succionar, puesto que les será necesario a la hora de alimentarse. No obstante, estas ganas de succionar pueden saciarse con un chupete, e incluso es preferible. Sobre todo porque, para cuando esto sea un hábito, será mucho más fácil conseguir que el bebé lo abandone si hablamos de un chupete que si hablamos del dedo. En el momento en el que desaparezca el chupete, ya no habrá mucho problema (llantos aparte, por supuesto), pero será imposible hacer que desaparezca el dedo.
Según la Asociación Dental Estadounidense, los bebés pueden chuparse el dedo sin que haya ningún tipo de problema por regla general. Porque el hecho de chupar no es perjudicial per se; depende mucho del empuje que se haga con la lengua y de la intensidad con la que chupe el dedo. Si se hace con mucha fuerza, probablemente sí que se deformen los dientes. En este sentido, lo mejor que puedes hacer es empezar a vigilarle, ver cómo se chupa el dedo, y decidir tú mismo si es buena idea comenzar a quitarle el hábito. No será fácil, pero sí que es posible.
¿Cuándo dejan los niños de chuparse el dedo?
Los niños suelen dejar de chuparse el dedo en torno a los dos y cuatro años, más o menos. Suelen hacerlo sin que nadie les obligue, de forma autónoma, y porque se irán cansando de hacerlo. Además, al ver que el resto de niños no se chupa el dedo, irán adaptándose a lo que ellos hacen.
Lo mejor que puedes hacer es dejar que lo haga, e ir corrigiéndole poco a poco si ves que la situación se alarga más tiempo de la cuenta. Porque si le presionas para que pare, seguramente tenga muchas más ganas de hacerlo. Hay técnicas que se usan para evitar que el niño se chupe el dedo, pero le parecerán castigos injustos, y harán que busque otras alternativas, con lo cual lo mejor es dejar que todo siga su ritmo natural.