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¿Por qué es importante potenciar las habilidades sociales en los niños?
¿Por qué es importante potenciar las habilidades sociales en los niños?

APRENDER A RELACIONARSE

¿Por qué es importante potenciar las habilidades sociales en los niños?

Las habilidades sociales son un conjunto de capacidades que forman la llamada inteligencia emocional, y es importante aprenderlas desde pequeños.

Los seres humanos tenemos la capacidad de socializarnos y de establecer relaciones sociales a través de varios medios, entre ellos, el lenguaje verbal. El éxito social viene determinado por nuestra habilidad social para relacionarnos con los demás. Así pues, las habilidades sociales se convierten en una competencia necesaria que debe ser adquirida por niños y niñas desde edades tempranas.

Dentro de las inteligencias múltiples, teoría propuesta por Howard Gardner a principios de la década de los 80, nos encontramos con la inteligencia emocional que se define como la capacidad para percibir, comprender y regular nuestras propias emociones y las de los demás. Las habilidades sociales son un conjunto de capacidades que componen la inteligencia emocional. Por ello, las personas que han aprendido y adquirido diferentes habilidades sociales son más competentes para establecer y mantener interacciones sociales con las personas que les rodean.

Frases como: "No tengo apenas amigos", "Me da miedo hablar en público", "Me da vergüenza preguntar a un extraño", "Me pongo muy nervioso/a ante situaciones difíciles", etc., son propias de personas que tienen inseguridad a la hora de comunicarse y son bastante comunes en general, puesto que no nacemos con esa capacidad adquirida, sino que debemos de aprenderla a través de la imitación y la experiencia.

Dentro de las habilidades sociales nos encontramos con numerosas capacidades que nos serán muy útiles a la hora de solucionar conflictos sociales. Las más importantes son:

- Escucha activa: esta capacidad implica, no sólo escuchar lo que otra persona nos está comunicando, sino saber respetar el turno de palabra, dar un feedback apropiado y adaptado al momento. Se trata de transmitir a la otra persona que además de escucharla, comprendemos lo que nos está diciendo e intentaremos no mencionar algún comentario que pueda ofender o herir sus sentimientos.

Enseñar estas habilidades a los niños mejorará sus relaciones en la adultezEnseñar estas habilidades a los niños mejorará sus relaciones en la adultez

- Empatía: "ponerse en el lugar del otro". Implica atender, comprender y apreciar los sentimientos o emociones de otras personas. Esta capacidad nos ayudará a tener en cuenta a otras personas a la hora de llevar a cabo una acción o decir algún comentario. También implica la capacidad de conocerse a uno mismo y la habilidad para saber leer el lenguaje no verbal, con el cual transmitimos más de la mitad de la información a través de la mirada, la sonrisa, el espacio, los gestos faciales, la postura corporal, etc. Las personas empáticas son más sensibles, flexibles, bondadosas y capaces de mantener relaciones sociales estables, sólidas y positivas.

- Asertividad: es el estilo de comunicación más eficaz. Se trata de defender nuestros propios derechos respetando los derechos de los demás. Esta habilidad es bastante difícil de adquirir, pues requiere mucho entrenamiento personal y social. Para llevar a cabo una comunicación asertiva, es importante saber reconocer y regular las emociones, así como mantener un equilibrio interno, pues es en las situaciones más problemáticas o conflictivas donde esta habilidad es necesaria. Saber qué decir sin dañar a otra persona o a nosotros mismos no es fácil, pero con la práctica puede llevarnos al éxito en muchos ámbitos de nuestra vida.

¿Cómo podemos aprender este tipo de habilidades?

Las habilidades sociales pueden ser aprendidas, a cualquier edad, a través de diferentes medios, siempre y cuando las personas tengan la oportunidad de socializarse y mantener relaciones con la familia, amigos y compañeros de clase o trabajo.

En el caso de los niños y niñas, los referentes más cercanos son los padres y educadores. Existen diversas maneras para potenciar las habilidades sociales de los niños y niñas, pero las más importantes son:

1. Reforzar las conductas apropiadas: es importante que los niños y niñas reciban comentarios positivos cuando su comportamiento es adecuado, y no se señalen tanto los errores o fallos. La autoestima es un factor imprescindible, si nos sentimos bien con nosotros mismos, seremos capaces de sentirnos mejor con los demás. Si los niños y niñas sólo reciben comentarios negativos por fallar en alguna tarea escolar, adquirirán temor y ansiedad para enseñar sus ejercicios o su conocimiento y llevaran a cabo conductas de evitación hacia los compañeros del aula, profesores/as y progenitores. Por lo tanto, es importante reforzar la autoestima de nuestros hijos/as para lograr una mayor competencia personal y social.

Los niños imitan la forma de comportarse de sus padres, así que debemos darles ejemploLos niños imitan la forma de comportarse de sus padres, así que debemos darles ejemplo

2. Aprendizaje por imitación: la mayor parte de nuestros comportamientos son el resultado del aprendizaje que hemos adquirido mediante la observación de modelos de referencia. Por lo tanto, debemos evitar aquellas conductas que no queremos que los niños y niñas aprendan, y mostrar aquellas que sí. Cuando los niños y niñas observan que sus modelos obtienen refuerzos positivos por las conductas que realizan, sentirán mayor motivación para imitarlas y llevarlas a cabo. Así pues, mostrar cariño, empatía, una comunicación adecuada, etc. y recibir a cambio cosas positivas, servirá para que los niños y niñas aprendan ese tipo de conductas.

Nos comportamos como respuesta a nuestra adaptación al medio

Comprender el significado que tienen los comportamientos de los niños y niñas es necesario para responder a los mismos de la manera más apropiada posible. Recuerden que tratando de potenciar las habilidades sociales de nuestros hijos/as, estamos entrenando nuestras habilidades sociales al mismo tiempo.

Las consecuencias por tener una conducta social inadaptada pueden derivar en diferentes problemas. Las personas, cuya conducta social es agresiva o retraída, muestran su incapacidad para adaptarse de forma efectiva y apropiada al medio social. De esta forma, los niños y niñas que poseen mayor competencia social, serán más aceptados y queridos por las personas que les rodean, mientras que los que poseen una menor competencia social, serán ignorados y rechazados, dañando no sólo sus relaciones interpersonales, sino también su autoestima, su rendimiento académico, capacidad de logro y motivación, y su capacidad para manejar conflictos internos y externos. Todo ello conducirá a una mayor inseguridad e impotencia a la hora de enfrentarse a metas y situaciones sociales, lo que dificulta la obtención del éxito personal, social y laboral.

Cuanto antes comencemos a desarrollar nuestras habilidades sociales, antes recibiremos recompensas personales y sociales positivas. Fomentar el respeto, la tolerancia, la empatía, la asertividad, la comunicación eficaz como principal medio para obtener éxito y resolver situaciones problemáticas, etc., no es tarea sencilla, pero el esfuerzo por trabajarlo cada día nos convertirá en mejores personas y nos acercará cada vez más al éxito en todos los aspectos de nuestra vida.

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