Los niños empiezan a mentir sobre los 5 o 6 años. Antes de esa edad no es común que lo hagan o si lo hacen no es con la intención de engañar a la otra persona de manera consciente, lo hacen porque forma parte de sus juegos fantasiosos o porque en cierta manera se creen lo que dicen. Por eso, muchos padres se asustan cuando a partir de esas edades sus hijos empiezan a mentir exageradamente. Los pequeños están descubriendo la diferencia entre la verdad y la mentira, y lo que es mucho más importante, la utilidad que tiene el engaño a la hora de relacionarnos con los demás.
¿Cuáles es la causa de las mentiras?
Los niños mienten básicamente por los siguientes motivos:
1. Para llamar la atención de los demás. Mienten a sus compañeros por ejemplo para hacerse "los interesantes". Es como una manera de ganar popularidad, para sorprender, para que los demás lo admiren. Lo mismo ocurre con los adultos, al niño le gusta ser el centro de atención y con las mentiras consigue eso. Por ejemplo, es común que los niños mientan sobre que han conocido gente famosa o si sobre tienen ciertas cosas en su poder.
2. Para evitar un castigo. Es la causa principal, una mentira a tiempo puede suponer la diferencia entre quedarse una semana con consola o sin ella. Por eso la pregunta que los padres deben hacerse cuando sospechan que su hijo les está mintiendo es: "¿qué puede conseguir mi hijo si miente?" o "¿de qué se libra? ¿qué evita?". En conclusión: "¿es útil la mentira para él?"
3. Baja autoestima e inseguridad. Los niños que son muy ansiosos pueden mentir para no defraudar a padres o a adultos exigentes, como una manera de no decepcionarlos porque sienten que se espera mucho de ellos y que no cumplen sus expectativas.
4. Probar hasta dónde pueden llegar. En niños que son muy desafiantes y que son conscientes de lo mucho que sus padres odian las mentiras pueden hacerlo solo por el mero hecho de probar los límites.
Si lo pensamos en frío, la mayoría motivos por los cuales los adultos mienten son exactamente los mismos: evitar una consecuencia negativa (o conseguir algo positivo), llamar la atención de los demás y no decepcionar/hacer daño a los seres queridos, las llamadas "mentiras blancas".
En realidad, los niños con facilidad para mentir suelen tener las funciones cognitivas relacionadas con el razonamiento y la abstracción más desarrolladas porque el cerebro necesita "disfrazar" una realidad de forma creíble para conseguir un objetivo concreto.
¿Cómo saber si mi hijo me miente?
Normalmente son fáciles de descubrir. Cuando dicen la verdad suelen ser espontáneos y estar relajados. Cuando mienten desvían la mirada, se tensan y se ponen nerviosos. ¿Suena ensayado lo que dicen? ¿Tardan en responder o evitan hacerlo? ¿Recuperan algún tic en ese momento? Sigue haciendo preguntas y valora la calidez de sus respuestas.
¿Qué hacer para que los niños dejen de mentir?
Al igual que los niños aprenden a mentir, pueden aprender a no utilizar este recurso para conseguir sus objetivos. Os damos algunos consejos para ayudarles:
1. Da ejemplo. Si los niños ven de manera regular a sus padres u otros adultos diciendo mentiras u ocultando parcialmente la realidad, es totalmente normal que lo lleven a la práctica porque les estamos enseñando que es algo útil. Somos un modelo para ellos. Por ejemplo, ¿te ha oído tu pequeño poner una excusa a alguien por teléfono para no hacer algo? Ten en cuenta que los pequeños les cuesta diferenciar entre las mentiras pequeñas y las grandes, para ellos son todas iguales.
2. Fomenta un ambiente de honestidad. Alaba la importancia de la verdad frecuentemente. Aprovechad cualquier oportunidad para recalcar lo importante que es decir la verdad y ser sincero con los demás. Utilizad la sutileza.
Ejemplo: "El otro día en esa serie de tv Fulanita reconoció que había dicho una mentira. Al final sus amigos le perdonaron. ¡Vaya valiente que fue!"
3. Hablad claramente con el niño y explicadle los beneficios de la verdad, la honradez y la confianza. Habladle también de que causa la mentira y el engaño en los demás. Por ejemplo, la desconfianza, perder su credibilidad y sentirse mal consigo mismo.
4. No castigéis las mentiras. Decidle lo mucho que confiais en él y que os gustaría que dijese la verdad. Sobre todo al principio es MUY importante que nunca le castiguéis después de haber dicho la verdad y que a él le quede claro. Decidle que si os dice la verdad no le vais a castigar (o si es algo muy grave que será menor) porque en estos momentos lo que buscáis es que sea sincero con vosotros, que lo consideráis más importante. Si después se sincera no podéis castigarlo porque si no lo que le estáis enseñando es que si no hubieseis sabido la verdad no le hubieseis castigado porque siempre quedaría la duda.
5. Dadle el beneficio de la duda. Si después de hacer todo lo anterior vuestro hijo os sigue mintiendo no os enfadéis porque demostraréis que en el fondo desconfiáis . Decidle que le creéis porque confiáis en él y tragaros la mentira, no sin antes recordándole que al final todo se sabe por otras terceras personas. Esperad unos días, si no confiesa podéis decirle que al final alguien os ha dicho la verdad y lo decepcionados que estáis.
6. Refuerza la verdad. Si al final reconoce la mentira felicítale. Decidle que estáis muy orgullosos porque se ha comportado como una chico mayor y que ahora confiáis más en él/ella, que estáis muy contentos, etc. Si le reprendes por haber dicho la verdad, no le estás enseñando el beneficio de ser honrado.
Ejemplo: "Muy bien. Estamos muy orgullosos de ti porque has dicho la verdad, nos alegramos muchísimo porque te queremos un montón y no nos gusta que nos mientas. Has hecho mal portándote de esa manera pero por haber sido sincero el castigo va a ser menor, y que sepas que aunque hayas mentido estamos muy contentos porque al final has sido honesto" A continuación le dais un abrazo.
7. No reaccionar de manera exagerada. Es mejor no alarmarnos demasiado ante las mentiras de los niños porque les estaremos demostrando a los pequeños que la mentira causa un gran impacto en los demás y que por lo tanto, tienen un gran poder. Les estamos descubriendo su utilidad dándole más importancia de la que realmente tienen. Por eso, serán más propensos a decirlas de nuevo en el futuro.