Cuando nos encontramos con familiares o amigos cercanos siempre decimos a nuestros hijos que vayan a darles un beso. Pero, ¿qué ocurre si el niño no quiere? es una situación incómoda para el niño, para la otra persona e incluso para nosotros. Vemos como el niño de repente huye y se pone tras nuestras piernas mirando de reojo al adulto. ¿Qué hacer entonces? ¿Reír? ¿Enfadarnos? ¿Restarle importancia? En definitiva, ¿deberíamos obligar al niño a que de un beso si no quiere?
Hay muchas opiniones al respecto, a favor y también en contra. Entre las que están a favor de "obligarles", defienden en que deben acostumbrarse a hacerlo más por norma social que por afecto, un beso no se da solo por amor, si no por educación, y muchos entienden que el beso es una forma de aprendizaje social, de volverlos menos tímidos y más educados. También piensan que nuestra sociedad poco a poco se está volviendo más fría porque premiamos el distanciamiento y que son pensamientos como estos los que fomentan la frialdad y falta de empatía con los otros.
Entonces, ¿deberíamos obligar el beso?
Desde el punto de vista de muchos psicólogos no es correcto obligar a que den besos si no quieren por varios motivos.
1- Respetar la voluntad del niño. Hay niños que cuando llegan a cierta edad dejan de dar besos, o al menos ya no tantos como al principio. ¿Por qué? Puede ser por timidez, porque no conoce bien a la persona, porque le da asco hacerlo o simplemente porque tiene un día malo y está enfadado. Cuando se da esa situación ¿deberíamos insistir? Ponte en el lugar del pequeño, ¿a ti te gustaría que te obligasen a dar un beso a alguien cuando no te apetece? imagínate la escena, ¿cómo te sentirías?
2- Cuestión de significado. Para nosotros un beso es solo una norma social. Aquí en España estamos acostumbrados a dar dos besos para saludar y despedirnos. Sin embargo, para los niños que aun son pequeños los besos son una muestra de amor, por eso no está bien que lo hagan de forma obligada, no deben quedarse con la idea de tener que hacer algo que no quieren con su cuerpo solo por no ofender a otra persona, y mucho menos hacerles sentir mal consigo mismos por negarse. Si tu hijo no conoce, no quiere o simplemente no siente la confianza suficiente hacia esa persona debe respetarse su opinión no enseñarle a abrir su espacio físico aun sin estar a gusto.
Si respetamos su decisión ler estamos ayudando a protegerse en un futuro contra las personas que quieran traspasar sus límites. Deben aprender que su cuerpo es suyo y que solo él tiene derecho a tomar las decisiones sobre él. No te tomes la negación como una ofensa, interprétalo desde su punto de vista.
3- No se va a volver más frío. Si está pasando por una etapa en la que tu hijo se niega a dar besos no te preocupes, incluso si se niega a dárselo a la familia eso no significa que se vaya a volver más distante con vosotros. Dará los besos cuando realmente le apetezca y tenga ganas. Incluso forzándole solo conseguirás que sienta más rechazo a hacer eso que no quiere.
4- Más vulnerables a un posible abuso. Puede que suene un poco exagerado, sin embargo, si obligamos a dar un beso cuando no quieren estamos cortando la barrera natural que el hombre como especie ha creado desde el inicio de los tiempos, una barrera que nos separa de lo desconocido y en cierto modo nos protege. Si no aprenden a decir que "no" al contacto físico con otra persona cuando son pequeños pueden quedarse con la idea de que ser cariñosos con los desconocidos es lo mismo que ser educados, es decir, que tenemos que hacer cosas que no nos gustan solo por agradar a las otras personas.
Obligándoles a besar les estamos transmitiendo que no son dueños de su cuerpo
¿Qué debería hacer entonces?
Lo mejor es no dar importancia al tema y nunca tratar de obligar al niño a hacer algo que no quiere con su cuerpo. Si te gusta que tu hijo salude y se despida con un beso la mejor forma de que lo haga es primero preguntarle directamente pero sin insistir, y siempre dejando claro que es porque él quiere y como forma de saludar: "¿saludas a la tia con un beso?". Si dice que no déjale y no le insistas, ya lo dará cuando tengas ganas, evitarás un momento incómodo para todos los presentes. Normalmente, los niños según maduran empiezan a diferenciar los besos de amor de los besos de cortesía y la forma más rápida es que te vean a ti hacerlo. Al observar que tu das dos besos al saludar y despedirte ellos te acabarán imitando y adaptándose a las normas sociales.
Incluso dentro de la familia los padres tampoco deberían presionar a los hijos para que les besen, más que nada porque solo conseguirás que se agobien y que se cierren más en banda. Durante su desarrollo los niños pasarán por etapas en las que estén muy cariñosos e incluso pesados y otras en las que estén más ariscos, sea la etapa que sea respétala.
Finalmente, los padres deberían tener una charla con su hijo o hija y explicarle la diferencia entre ser educado y ser cariñoso. El cariño se debe de dar porque sale de nosotros, porque la otra persona nos gusta y le tenemos aprecio... No como una forma de agradar. Por eso, enséñale para que sea amable, empático y respetuoso, recuerda que hay muchas formas de ser educado con la gente sin necesidad de dar un beso, no hay que confundir conceptos.