Hace años, no existían los móviles como se conocen ahora con pantalla gigante. Salíamos a jugar y no teníamos una manera directa de comunicarnos con los padres a menos que pasaremos por casa o los viésemos por la calle.
Siendo niños, nuestro día a día era realizar las tareas de clase mientras que el tiempo libre que nos quedaba lo utilizábamos para jugar al escondite o cualquier otro juego del estilo. Esperábamos a que llegase la tarde para poder salir a jugar y no pensábamos en otra cosa. Estábamos centrados en lo nuestro. Por otra parte, éramos como éramos. Las fotos se hacían de vez en cuando, no existían las selfies ni se utilizaban las redes sociales, claro.
¿Qué quiero decir con esto? La base que tenemos de pequeños nos condiciona para el futuro. Hoy por hoy, los niños incluso de primaria utilizan móvil, pero la verdad es que no deberían. El uso de teléfonos móviles a edad tan temprana desarrolla una dependencia hacia dispositivos electrónicos de tal manera que se volverá una necesidad. Está claro que a medida que avanzamos las tecnologías forman parte cada vez más del ser humano, pero eso no quiere decir que tengamos que tener acceso a ello hasta una cierta edad porque realmente, no lo necesitamos.
Los niños y las redes sociales
Las redes sociales, mayoritariamente miradas desde una pantalla como Facebook, Twitter o Instagram, son el vehículo perfecto para crear dependencia en los más pequeños, como los selfies, donde creamos esa necesidad de percibirnos de manera bella en cada instantánea que realizamos, o la constante vigilancia de los me gusta. Son todo aplicaciones sociales que realmente, no aportan ningún valor de importancia. ¿Has pensado la necesidad que tienen estas aplicaciones en la vida de un niño? Ya incluso siendo adulto, no son necesarias.
Debemos ser conscientes de los peligros de las redes sociales en niños
No es necesario que un niño tenga un móvil con las últimas características de tecnología. Si la necesidad es estar comunicados, lo cual se entiende debido al mundo en el que estamos, puedes darle un móvil que tenga las funciones básicas de llamada y mensajería. Pero, de todas maneras, no le compraría un móvil que tenga pantalla táctil y una conexión a Internet, porque aunque existe Whatsapp, es una manera de estar expuesto a problemas mayores.
Además, llegados a una edad tendrán la oportunidad de conseguir un móvil algo mejor y serán ellos mismos los que decidirán si quieren tenerlo, o igual incluso deciden quedarse con el que tienen porque no necesitan una tecnología más avanzada.
Creando necesidades irreales
Deberíamos entender que los teléfonos móviles se crearon para disminuir la distancia de las personas no para vivir pegados a ellos. Entiendo que el ordenador es una plataforma más compacta pero el móvil es simplemente un medio de comunicación que completa un poco la seguridad de poder estar comunicado en casi cualquier sitio.
Las redes sociales nos venden una seguridad inexistente. Nuestro perfil contiene la información suficiente, en ciertos casos, para poder llegar a la calle en la que vivimos. Realmente cualquier persona interesada en rastrear a otra solo tiene que hacer un análisis exhaustivo de sus redes sociales y será capaz de encontrar la zona en la que vive e incluso a veces el número de teléfono.
Estudios científicos confirman que aquellas personas que no utilizan redes sociales son más felices que aquellas que las usan, y es por un aspecto muy sencillo. Cuando desconectamos de las redes sociales, dejamos de estar en constante vigilancia y dejamos la dependencia de exponer nuestra vida constantemente. Cuando llevamos tanto tiempo escribiendo sobre lo que hacemos día a día o poniendo fotos, dejamos de disfrutar realmente de los momentos que vivimos. Está claro que una foto no hace mal a nadie pero se llegan a extremos en muchos casos, alarmantes.
Es por eso que los niños no tienen necesidad real de tener tecnología de última generación salvo para rellenar esa angustia de querer tener lo mismo que los demás. Es mejor esperar a que tengan 13 ó 14 años, al menos.
Cómo explicarle que no debe tener móvil aún
Si podéis evitar darle un móvil de última generación a vuestro hijo, mucho mejor. Explicadle que no es una necesidad. Ha de entender lo que se esconde detrás de todo ello ya que si no más adelante igual es demasiado tarde para desengancharse.
Es más, muchos adultos llegan a la conclusión de que necesitan dejar las redes sociales porque no aportan nada importante, justo lo contrario que los niños.
El problema real se encuentra cuando los padres no entienden que su hijo no se va a morir por no tener un móvil de última generación, sino que seguramente rechistará porque quiere tener lo que tienen los demás. Es comprensible, porque el sentimiento de rechazo por parte de sus iguales les hace sentir mal. Es igual que con cualquier otra moda, lo que pasa que esta se extiende tanto como para abarcar todos los ámbitos de la vida de un ser humano.
Comprad un móvil con las funciones mínimas y hará la utilidad que de verdad queréis suplir que es la de tener a vuestro hijo vigilado para cuando vaya a salir con los amigos.