La fimosis es una enfermedad muy común en hombres que consiste en que la piel que rodea el prepucio no puede retirarse adecuadamente y por lo tanto no puede mostrarse el glande. Por su fisiología los niños suelen presentarla pero con el paso de los años se va arreglando solo. Sin embargo, no siempre es así y hay veces que se requiere una operación.
La intervención quirúrgica no es el tratamiento de elección para solucionar la fimosis en niños, normalmente los médicos recetan primero cuidados con corticoides en forma de crema con el fin de que poco a poco con su aplicación la piel se vaya retrayendo. Para ello se echa la crema en la piel que rodea el glande y a continuación se hacen movimiento rítmicos, muy suaves y de retracción de la piel. Este tratamiento suele ser efectivo en gran parte de los niños. Sin embargo, si al cabo de unos meses no hay resultados, los médicos pueden recomendar la intervención quirúrgica. La edad ideal para la operación es entre los 5 y 7 años de edad.
La operación clásica que se ejecuta es la circuncisión o postectomía y es seguramente una de las operaciones más practicada a lo largo de toda la historia, debido a motivos culturales y religiosos. Por ejemplo, el 10% de los niños a partir de los 3 o 4 años suelen presentarla. A pesar de que es una operación muy sencilla pueden aparecer también algunas complicaciones, en una proporción de 2-5 complicaciones cada 1000 casos, de todos modos son mínimas y todas ellas tratables. Si se llevan los cuidados necesarios es una operación apenas sin riesgo. Por eso, a continuación os dejamos con los cuidados que un niño debe tener tras una operación de fimosis.
¿Qué tipo de complicaciones pueden ocurrir si no se cuida el postoperatorio?
Cuidados postoperatorios en niños
1- Manejo del dolor. Tras la operación de fimosis el niño puede volver a casa unas horas después cuando esté algo más estable. Durante las primeras horas el pene estará abultado y seguramente tenga alrededor de la zona operada una costra amarilla. Sentirá dolor al miccionar porque la herida está reciente y porque los puntos le tirarán, por eso, podría necesitar analgésicos para mitigar el dolor, siempre bajo preinscripción médica. Durante ese primer día si el dolor al orinar es muy fuerte puedes darle un baño tibio y permitirle la micción en la bañera pero normalmente no duele cuando lo hacen, eso si, tienes que asegurarte de que la venda está seca o en su defecto cámbiala.
2- Sangrados tras la operación. Durante el primer día el niño puede seguir sangrando por el pene, el procedimiento para que pare es presionar levemente con una gasa limpia hasta que pare, 10-15 minutos. Después normalmente la herida empezará a curarse y reabsorber los puntos pasados 7 días aproximadamente, sin embargo a las 15 días seguramente se habrá curado por completo.
3- Aplicación de curas. La gasa que envuelve el pene (y que se debe cambiar todos los días) es recomendable que unte un poco de vaselina estéril para disminuir el roce, aunque tampoco es imprenscindible. Si no las quieres hacer tú puedes comprarlas, en las farmacias se venden un tipo de gasas antiadherentes que funcionan muy bien porque evitan que se peguen a la herida y arranquen la costra que tendría que ir formándose.
4- Con el fin de reducir la hinchazón se debe aplicar compresas de hielo al principio en el caso de que esté muy inflamado.
5- Usar ropa cómoda para que haya el mínimo roce posible. Si le molesta demasiado también puede ir sin la parte de abajo, no es malo siempre que tenga la venda puesta y esté vigilado, con el fin de que no se acerque a sitios que puedan tener suciedad.
6- Baños diarios. Tras la operación, es recomendable que el pene del niño sea lavado 3 veces al día por lo menos con agua o manzanilla tibia, al menos durante toda la primera semana. También se debe de cambiar la venda cada día. Si el médico te ha recomendado una crema antibiótica pónsela después del baño.
7- Vida normal. El postoperatorio durará 15 días como mucho pero a partir de los 3 el niño puede hacer vida normal, puede ir al colegio, ir al parque a jugar, etc. No debería sentir dolor a no ser que le den un golpe en la zona. Por otro lado, los niños cuanto más pequeños son menos les va a doler el postoperatorio, por ejemplo, le dolerá menos a un niño de 5 años que a uno de 10.
¿Puede complicarse el postoperatorio?
Desgraciadamente si, pero en niños pequeños es raro. Siempre es mejor que se haga antes de los 14 años porque sobre esas edades las erecciones nocturnas empiezan a ser muy frecuentes y los puntos tienen más riesgos de abrirse, cosa que no ocurre con los más pequeños.
Una de las complicaciones más comunes es la parafimosi s, consiste en que hay un exceso en el retraimiento del prepucio, por lo que se inflama y el glande no puede volver a resguardarse, es decir, el prepucio se queda como "pegado" por detrás al glande. La zona se empezará a llenar de líquido amarillento y es un riesgo serio.
Duele bastante y puede alterar la circulación de la sangre. En el caso de que notes estos síntomas en tu hijo acude rápidamente a urgencias para que lo vea un médico. La parte buena es que es un cuadro clínico cuya recuperación es muy buena cuando se coge a tiempo, pero claro, hay que estar atentos. Para evitar este tipo de situaciones es recomendable hablar con el niño y explicarle que debe evitar tocar la zona por un tiempo porque aunque nos lavemos las manos regularmente pueden quedar en nuestras uñas restos de bacterias que pueden fomentar el que se infecte. Por eso, deberás estar atento a posibles síntomas que puedas observar en él que indiquen que la zona se ha infectado. Por ejemplo, es normal observar hinchazón del área el primer y segundo día, pero si no se reduce, se vuelve demasiado roja, supura y duele ve al médico.