Ir al dentista es una situación traumática para los niños. Es debido a que como humanos nos da miedo lo desconocido. No sabemos a que nos vamos a enfrentar dentro de la consulta y eso nos produce incertidumbre e inseguridad. El miedo a los dentistas suele ser aprendido. Tal vez por algo que el niño vio en la televisión, por historias que le cuenten sus amigos e incluso a veces esos miedos se transmiten de los propios padres a los hijos. La mejor manera de reducir estos miedos es realizando la primera visita desde edades tempranas para que poco a poco se vayan familiarizando y no se dejen influenciar por las historias de los demás, que comprueben ellos mismos que no hay peligro.
Bien, una vez decidido el primer paso, ¿cuándo es la edad ideal para llevar a mi hijo a una primera visita? No hay una edad consensuada. Algunos dentistas afirman que cuando antes mejor, que a partir de los 6 meses ya se puede llevar al niño al dentista a realizar una primera revisión, incluso antes de que le haya salido el primer diente de leche, para comprobar el estado de la encía y dar medidas preventivas. Otros dicen que la primera visita puede ser a partir del primer año.
Dar medidas preventivas a los padres es importante porque en los últimos años se han visto cada vez más preescolares con caries, esto es debido a malos hábitos que tienen algunos a la hora de alimentar al pequeño y que desconocen. Algunos ejemplos de malos hábitos es poner azúcar en los biberones o acostumbrarse a darle zumos azucarados entre horas. La aparición de caries se debe principalmente no a la cantidad de azúcar total que toma el niño sino a la frecuencia con la que se toma. En este sentido, es más peligroso que tome dos zumos repartidos en seis veces durante el día que si solo se toma uno para acompañar la comida y otro para acompañar la cena.
Independientemente de los meses, lo más importante es ir con el bebe a una primera visita para que nos asesoren para un correcto cuidado de las encías y dientes de los niños. A partir de ahí es recomendable volver aproximadamente cada año para una rápida revisión de la boca.
¿Cómo preparar al niño para una primera visita al dentista?
Aunque los profesionales recomiendan que vayan antes del año es cierto que la mayoría de los padres llevan a sus hijos mucho después en edades preescolares. Si es ese el caso tenemos que intentar que las primeras veces sean agradables para el niño y que no lo viva con ansiedad. Poco a poco debe de ir familiarizándose con la consulta, el dentista, los instrumentos que se utilizan en una revisión, el resto del personal, los olores...
- No esperes a que tus hijos les duelan los dientes para ir al dentista. Intenta ir antes, cuando no lo necesiten, con el fin de que el niño no asocie el dentista con el dolor de dientes y queden marcados por lesa mala experiencia. Si lo llevas cuando le aparezca su primera caries será muy difícil quitarle el miedo en el futuro.
- Habla con tu hijo y dale seguridad. Puedes decirle que esa visita es para comprobar que tiene la boca limpia y nada más. Si se porta bien prémiale con algo, tampoco hace falta gastarse dinero, dale un detalle, déjale media hora más en el parque... una pequeña recompensa para que asocie el recuerdo positivo de la recompensa con la visita al dentista. Lo agradecerás en un futuro.
- Intenta que la primera consulta sea por la mañana. Así, el niño estará más despejado y tendrá una mejor predisposición, por las tardes están más cansados. También habrá menos atrasos porque normalmente hay menos citas por las mañanas. Esto significa esperar menos a ser atendidos. A los niños las esperas se les hacen eternas.
- Las visitas mejor si son de corta duración hasta que poco a poco los niños se vayan familiarizando y quitando los posibles miedos. Los dentistas informarán de todo lo que le van a hacer al pequeño para que no les pille nada por sorpresa.
- Jugar a dentistas. Si tu hijo es preescolar es buena idea que dediquéis un rato a jugar juntos a "dentistas". Le podrás explicar que es exactamente lo que hacen, por ejemplo podéis utilizar una muñeca como si fuese un paciente y vosotros los profesionales. Se divertirá jugando y mejorará su predisposición a ir.
- Y sobre todo... nunca mostréis vuestro miedo al dentista (en el caso de que lo tengáis) los niños aprenden por observación y los padres son la figura en la que más se fijan. Los padres miedosos dan lugar a hijos miedosos.
Cuando comenzar la higiene bucodental
En realidad, la higiene debe empezar desde que el niño nace con el lavado de las encías. Basta con pasar un pañito mojado alrededor de las encías para quitar las posibles bacterias que puedan quedar acumuladas sobre ellas. Más adelante, con los primeros dientes los padres pueden comprar un cepillo especial indicado para bebes y encargarse de cepillarlos ellos mismos. Con agua es más que suficiente. Cuando el niño tenga aproximadamente 5 años es recomendable enseñarle a lavarse los dientes de una manera correcta para que no se dañe las encías y con un dentífrico especial para niños, con dos veces al día es suficiente (una por la mañana y otra por la noche). A esas edades ya suelen tener la destreza necesaria para poder hacerlo ellos mismos aunque obviamente no lo hagan a la perfección.
Una forma divertida de implicarles en el lavado de los dientes es decirle que os los lavéis juntos y luego os superviséis mutuamente. Pregúntale: "¿Me han quedado los dientes limpios?" y abre la boca. Después al revés "A ver abre la boca... ¿te has limpiado bien?" Más que el lavado de los dientes aquí lo interesante es que aprendan un hábito de higiene para que se acostumbren a hacerlo por si mismos sin que los padres tengan que andar insistiendo todos los días.
Por último, si a tu hijo no le gusta lavarse los dientes puede ayudar el comprar un cepillo con dibujos de sus personajes favoritos. Los hay de todo tipo. Además para que el niño adquiera una buena higiene dental es importante que a nosotros nos vea lavarnos los dientes todos los días con una actitud positiva, sin que parezca que lo hacemos por obligación. Hay que predicar con el ejemplo.