Las familias ensambladas o reconstituidas son una realidad en nuestra sociedad. Las parejas que se juntan pueden haber estado casadas anteriormente y/o haber tenido hijos de las relaciones anteriores. Muchas de estas relaciones o matrimonios involucran a los niños y tienen nuevos hermanastros, padrastros, hermanastros, madrastras y abuelos. Convertirse en una nueva familia no siempre funciona tan bien como parecía en la mente de la pareja. Reunir a dos familias bajo un mismo techo puede ser todo un desafío.
No esperes que tus familias se fusionen de la noche a la mañana. Las familias mixtas pueden tardar de uno a dos años en adaptarse a los cambios. Pero los padres que son proactivos en reducir y abordar problemas potenciales pueden hacer que el período de ajuste sea más suave. Es necesario evitar algunos errores para que no se vinieran en un problema futuro.
La rivalidad entre hermanos
Los niños suelen tener rivalidad entre los hermanos de sangre, pero cuando se añaden hermanastros el problema puede empeorar. Para un niño que no ha tenido que compartir un padre en mucho tiempo, ese período de ajuste puede ser un poco más largo.
Para resolverlo se tendrá que hablar con la pareja e ir por el mismo camino. Nada funcionará si uno de vosotros piensa que el hijo biológico de la otra persona es el que está causando los problemas, y tampoco sucederán cosas buenas si se tiene diferentes estilos disciplinarios. Las consecuencias y recompensas deben ser las mismas para todos los niños, sin importar cómo "solían funcionar" antes de unir a las familias.
No esperes que todo funcione bien al principio porque llevará un tiempo que eso suceda. Evita también las etiquetas, aunque sean positivas. Por ejemplo decir, 'él es el atleta estrella de la familia' porque esto puede aumentar la tensión entre los miembros de la familia. Señala que todos tienen muchas habilidades y talentos y que es saludable seguir explorando nuevas áreas de interés.
Todos necesitan atención
Cuando aumenta el número de niños, como ocurre con frecuencia en las familias ensambladas, uno o todos los niños pueden sentir que no reciben la atención a la que están acostumbrados. Además, las familias combinadas a veces tienen menos recursos financieros para las actividades extra escolares de cada niño o para las salidas familiares debido al aumento del tamaño de la familia o el apoyo financiero que se le brinda a una ex pareja.
Para resolver esta situación (al igual que otros muchos problemas), en la medida de su posibilidades debéis actuar como lo que sois; una familia. Crea un cronograma establecido que todos hayan tenido en cuenta, con cada niño eligiendo una actividad dentro de un cierto presupuesto a lo largo del mes.
Además, ambos adultos deben asistir a las actividades de cada niño, como juegos deportivos, obras de teatro o conciertos, así no sentirán que se favorece a unos por encima de otros. También es necesario dar a cada niño atención individual, aunque sea solo 10 minutos por día. Programa salidas una vez al mes de forma individual con cada miembro de la familia, la atención positiva es necesaria también para fortalecer el vínculo.
La disciplina de los padrastros puede ser un desafío
Mientras que una vez que el novio o la novia del padre biológico era alguien con quien divertirse, ahora, cuando la familia se ha unido del todo, se ha convertido en una figura de autoridad y esto puede causar desconcierto y problemas en el hogar.
Para resolver este problema será necesario hacer una reunión familiar, pero primero tendrás que hablar con tu pareja para determinar las reglas de casa. Escribe las reglas y las consecuencias positivas de cumplirlas y las negativas de romperlas.
Si ambos tenéis hijos, una buena posibilidad es que tengáis formas de ver las reglas diferente y entonces, tendréis que unificar la forma de educar a los hijos para poder ir por el mismo camino. No es viable que vivan dos familias separadas bajo un mismo techo, puesto que esto solo causará confusión en los niños.
Identifica el comportamiento a disciplinar, cómo se disciplinará y si existen circunstancias especiales en torno a esa disciplina. Debéis estar como pareja y padres unidos en esto para poder transmitir seguridad y confianza a los niños. A veces, uno de los padres quiere ser "el más divertido". En otros momentos, uno de los padres espera que el nuevo padrastro o madrastra pueda establecer disciplina y que se restablezca el orden rápidamente.
Pero ambos padres, en una familia reconstituida significa que ambos padres presenten un frente unido. Los niños aprenden rápidamente quien es el blanco fácil cuando quieren salirse con la suya y manipular para enfrentar a los adultos.
Una vez que tengáis todas las normas acordadas, reunid a la familia y habladlo con los hijos. Dejad claras cuáles son las normas y cercioraros de que todos las entienden y saben cuáles son. Si es necesario ponedlas escritas en un lugar de la casa donde todos puedan verlas. Los niños deben saber que en casa, ambos adultos tendrán la misma autoridad y podrán imponer las consecuencias a cualquiera de los niños. Sois la figura de autoridad y eso los niños deberán entenderlo desde ese momento.
Es importante que los padrastros se centren más en construir un vínculo en lugar de disciplinar a los niños inicialmente. Sin una relación sana, la disciplina no funcionará. Esto es especialmente importante con hijos adolescentes.
Cuando se siente como dos familias separadas
Tanto tú como tu pareja os queréis sentir como una unidad familiar que pueda pasarlo bien juntos, compartir buenos momentos y confiar los unos con los otros. Sin embargo, los niños no se sienten cómodos en muchas ocasiones, sobre todo cuando parece que sois dos familias totalmente diferentes conviviendo bajo el mismo techo.
Para resolver esta situación, debes saber que no se puede forjar un vínculo de la noche a la mañana, y que tampoco se puede (ni se debe) forzar las cosas. Se necesita tiempo, se necesitan vivir experiencias juntos, compartir el día a día y descubrir que las nuevas relaciones se pueden llevar bien en normalidad.
Será un proceso lento y podéis hacerlo creando nuevas tradiciones familiares. Puede ser leer un libro por las noches todos juntos o hacer arroz para comer el domingo.