De todos es sabido los grandes beneficios de la lactancia materna. Ninguna leche de fórmula puede igualar a la fórmula natural de la leche materna (ni nunca lo hará). La OMS recomienda la lactancia materna exclusiva durante los primeros seis meses de vida. Es lógico pensar que hoy en día esta pauta sea a menudo difícil de seguir, generalmente por la dificultad a la hora de conciliar la maternidad con la vida laboral. Además, dar el pecho no es siempre la primera opción para todas las madres, algo totalmente respetable.
Lactancia materna
La lactancia materna tiene todos los componentes y nutrientes necesarios para el bebé. De manera natural, le estamos aportando todo lo que necesita para crecer y desarrollarse. Son muchos los estudios que confirman la reducción del riesgo de contraer múltiples enfermedades, no sólo por parte del bebé. La lactancia materna parece ser también tremendamente beneficiosa para las madres.
Además, más allá de un punto de vista estrictamente nutricional, la dar el pecho favorece de forma única el establecimiento del vínculo de apego entre madre e hijo.
De todas formas, a una madre que esté practicando la lactancia materna pueden surgirle dudas en momentos puntuales. Una de las dudas más frecuentes es: ¿puedo darle el pecho a mi bebé si estoy enferma?
Lactancia y enfermedad
A priori podemos pensar que lo más lógico es que le transmitamos los virus al bebé a través de la leche. Sin embargo, incluso para esta situación también la naturaleza es muy sabia. La mayoría de los virus no se transmiten a través de la leche y, de hacerlo, son una cantidad tan pequeña de ellos que no afectarían al bebé.
Por tanto, en situaciones de enfermedades comunes como catarro, resfriado, gripe, etc, no hay ningún riesgo de contagio al bebé. Debemos pensar también que la mayoría de estas enfermedades tienen un periodo de incubación asintomático y en ese momento en nuestro cuerpo ya están presentes los virus. Si se transmitiesen tan fácilmente a través de la leche, correríamos un riesgo constante de contagio al no saber si estamos enfermas o no.
Anticuerpos
Dar el pecho no resulta peligroso cuando la madre padece gripe o un resfriado, es más, es beneficiosa. Durante estos procesos catarrales o gripales generamos unos anticuerpos de manera natural para combatir los virus. Aunque no transmitimos los virus a nuestro bebé, sí le pasamos nuestros anticuerpos. De esta manera, el bebé contaría con una protección de cara a padecer este tipo de enfermedades, incluso en años venideros, como demuestran algunos estudios.
Otro tipo de enfermedades y medicamentos
Además de la gripe o el resfriado común, existen otras enfermedades más graves que tampoco se transmitirían vía lactancia materna. De todas formas, ante la duda conviene siempre consultar con el médico para que nos confirme la existencia de riesgo o no. En el caso de los medicamentos, también conviene fiarse de lo que nos diga nuestro médico. Generalmente tampoco suele haber problemas con los medicamentos más comunes.
Durante el embarazo, la medicación pasa directamente a través del torrente sanguíneo, pero no sucede así con la lactancia. Sin embargo, una vez más, lo mejor es asegurar nuestras dudas con un profesional médico y que un resfriado no nos impida dar el pecho a nuestro bebé.