Traer al mundo a un ser vivo es la máxima experiencia que puede vivir alguien, pero es un proceso duro y requiere información y mucho esfuerzo. Durante la fase de expulsión en el parto natural, la madre realiza los denominados pujos. Conozcamos más en profundidad de qué se tratan.
¿Qué son los pujos en el parto natural?
En el momento que se produce el parto natural, la madre realiza ciertos empujones para que el bebé sea expulsado a través del canal de parto. Estos son los pujos. Ocurren entre el momento de la dilatación y el parto, cuando la madre ha dilatado hasta los 10 cm y tiene ganas de empujar. Así se facilita la salida del bebé. Los pujos suelen tener una duración de entre 1 y 3 horas y son de dos tipos.
- Pujos espontáneos, fisiológicos o guiados por la madre : Ocurren del modo más natural posible. Es la madre, por sí misma, quien siente ganas de empujar. Si los pujos son espontáneos, será la madre quien guie el proceso, ponga su tiempo y todo se producirá de un modo menos alterado. Al no existir intervención instrumental por parte del personal médico, habrá menos posibilidades de traumatismos en el suelo pélvico o en el perineo. Por lo general quienes acompañan a la madre en el parto, previsiblemente familia directa, son los encargados de alentarla, darle apoyo y palabras de ánimo, para que en momentos de dolor se sobreponga y no decaiga.
- Pujos dirigidos : Si la madre está ingresada en el hospital, lo normal es que el personal médico sea quien le indique cómo hacer los pujos y en qué momento. Ellos se rigen por la medida de las contracciones debido a la monitorización de la mujer. Es frecuente que tras administrársele la epidural a la madre no sienta esa necesidad tan fuerte y repentina de empujar, por lo que será el equipo médico quien deba indicárselo. De todos modos y pese a esto, el bebé sigue descendiendo y las contracciones cada vez se hacen más intensas. Aunque no las sienta, el bebé no parará en su salida.
Este tipo de pujos no deben ser habituales en el momento del parto natural. Crean controversia, dado que muchos profesionales no ven que aporten beneficio alguno ni a la madre ni al bebé. Para evitar desgarros en la zona vaginal, es normal que se le diga a la madre que pare de pujar cuando se halla durante el parto natural en el justo momento en que la cabeza del bebé asoma por la vagina. Con los pujos dirigidos existe mayor probabilidad de :
-Daños en el suelo pélvico.
-Mayor posibilidad de cesárea, uso de fórceps o ventosas.
-Desgarros en el perineo.
-Mayor cuadro de estrés y agotamiento de la madre.
-Mayor probabilidad de padecer de incontinencia urinaria en un futuro.
- Problemas cardíacos en el bebé.
Probablemente sea la enfermera o matrona la responsable de dar las indicaciones pertinentes a la madre durante el parto natural. Se pretende que la parturienta puje tres veces por contracción. Se le pedirá que respire profundamente cuando sienta que llega una contracción, que contenga la respiración y puje presionando hacia abajo. Normalmente la sensación es como si estuviese defecando. La mujer ha d inhalar y pujar durante el conteo de 10 que hace la enfermera.
¿Cómo pujar correctamente?
Si la madre siente la necesidad de empujar hacia abajo contrayendo el abdomen, debe hacer coincidir el pujo con el momento exacto de la contracción. Será así como el bebé salga con mayor rapidez y fuerza por la cavidad vaginal. Los pujos tienen lugar por la presión que el bebé ejerce sobre el suelo pélvico de la madre.
Respirar es muy importante, sobre todo hacerlo bien, con control y sin agobio para no perder la fuerza. Una vez la cabeza del bebé esté fuera, quienes asistan a la madre en su parto natural, pueden tirar de los hombros del bebé sin dañarle, permitiendo así una salida más rápida y exitosa.
Informarse y concentrarse
Expertos y la Organización Mundial para la Salud (OMS), recomiendan que las madres escuchen sus cuerpos y sientan cómo y cuándo pujar. Es positivo asistir a cursos de preparación al parto para saber cómo hacerlo adecuadamente y no encontrarse el día del parto perdida ante una situación totalmente novedosa y desconocida. En estas clases enseñan a respirar cuando aparece una contracción y que el dolor no se apodere de la parturienta. La OMS advierte que el personal médico no les debe dejar aguantar la respiración y pujar durante un periodo de tiempo prolongado.
La postura más óptima tanto para la dilatación como para el pujo espontáneo es la vertical. En muchos casos, durante el parto natural, lo mejor es esperar a sentir la necesidad de pujar, habiendo recibido o no, la epidural. Por lo general, puesta la epidural, sin existir ganas de pujar, es mejor esperar un par de horas hasta dilatar completamente. Quienes no reciben instrucciones para pujar, suelen esperar a notar cierta intensidad de la contracción para hacerlo. Estas personas pujan de manera más frecuente, sin tanta intensidad y suelen gemir o resoplar, a veces sin control.
Respecto al pujo dirigido existen muchos detractores. En el momento que se considera estar ante un parto prolongado, es decir, tras tres horas con epidural para una mamá primeriza, tras dos para una sin epidural o una hora menos en cada uno de los casos anteriores en madres no primerizas, se decide si intervenir con fórceps, ventosa o practicar una cesárea. Si todo ocurre con normalidad y no hay un dolor anormal que afecte a madre e/o hijo puede seguirse el curso sin este tipo de instrumental. Todo este proceso se iniciaría cuando la mujer quiere pujar activamente.
La falta de naturalidad de un pujo dirigido
Son muchos los profesionales de la medicina que consideran que el pujo dirigido no permite a la madre ser ni actuar como quisiera referente al momento de pujar y de cómo hacerlo. Aluden a que la madre no puede estar tranquila, concentrada ni hacerlo bien, además de los problemas físicos y psicológicos mencionados. Por esto es tan importante hablar previamente con el médico y consultar dudas y métodos de pujo para poder decidir y valorar personalmente, sobre todo en el caso de madres primerizas. Por lo general lo mejor es que todo se desarrolle con naturalidad y sin forzar la situación.
En las clases de preparación al parto hay que prestar atención a la información que se aporta. Prepararse bien antes del día es esencial. Aprender a respirar, a controlar las emociones y enfrentarse a los miedos, deben ser tareas a interiorizar antes del día del parto natural. Además podrá conocerse que hacer deporte es muy beneficioso para madre e hijo, al igual que cuidar la alimentación e hidratación. Sea cual sea el modo de pujar o el que permitan, cada vez más se opta por pujos más naturales y menos alterados.