Son muchos los padres que piensan que sus hijos no cooperan en la educación que les proporcionan porque son desobedientes o unas vagos, pero nada más lejos de la realidad, en la gran mayoría de ocasiones tiene más que ver con en cómo se dan las órdenes y en cómo se dicen las cosas que en otros aspectos.
Cuando los padres dan opciones tendrán las herramientas más útiles para la gestión y control en la vida con hijos pequeños. Con las opciones los niños estarán más dispuestos a cooperar en la educación y en el día a día.
Dar opciones a los niños es casi como una varita mágica les ayuda a entender que ellos también tienen el control, al menos hasta que los niños tienen cinco o seis años. Por ejemplo, cuando un niño no quiere ir a la cama se le puede decir algo como: "¿Quieres ir a la cama ahora mismo o en cinco minutos? ¿En cinco minutos? De acuerdo, entonces irás a la cama en cinco minutos sin importar qué ocurra".
La eficacia de las alternativas y opciones
¿Por qué funcionan tan bien las alternativas y las opciones? Este pequeño truco para padres funciona porque no es una lucha ni una guerra de voluntades, es simplemente un "ganar-ganar". Estás ofreciendo opciones a tu hijo que están bien contigo y que si las escoge todo estarán contentos. Tu hijo podrá escoger una opción y sentirá que tiene derecho a elegir libremente, por lo que también será una buena idea para la educación de tu pequeño.
Para dejar de lado las luchas de poder las opciones y las alternativas son las mejores opciones. No estarás obligando a que tu hijo haga algo, le estarás dando a elegir libremente. El niño tendrá poder de elección dentro de unos límites y no se sentirá forzado a hacer algo en ningún momento. Es algo que elegirá, por lo que será más fácil su cooperación.
Entonces, ¿cómo se utiliza esta varita mágica para la ayuda de los niños?
Dar opciones limitadas
Dos o tres opciones como máximo es lo ideal, así serán opciones que estén pensadas para que sean agradables para el niño, pero podrás eliminar las opciones que sean inaceptables para ti. Así el niño escogerá una opción que le guste y tú habrás eliminado las que no pueden escogerse bajo ningún concepto.
Escoger una opción motivadora
Los niños pequeños pueden sentirse abrumados ante algunas circunstancias y antes de que estalle una rabieta, es buena idea darle una opción motivadora para potenciar su cooperación en el contexto. Por ejemplo, antes de salir de casa puedes decirle algo como: "Tenemos que salir ya de casa, ¿quieres ponerte tú los zapatos o prefieres que te ayude a ponértelos?" Así el pequeño sabrá que debe salir pero que antes es obligatorio ponerse los zapatos, ¡y no pensará que es una orden!
En este sentido, resulta muy importante que los niños no sientan que las opciones son una orden, porque en el caso de que sí lo sientan podrían comenzar una lucha de poder o una guerra de voluntades. Las órdenes se sienten como injustas y las opciones son totalmente justas y motivadoras.
A medida que los niños crecen las opciones cambian
Cuando los niños crecen sus necesidades también irán cambiando poco a poco. Por ejemplo si tiene que escoger entre varias opciones de actividades extraescolares puedes darle a escoger varias opciones que sean adecuadas a su personalidad para que escoja la que mejor encaje con sus intereses.
Los intereses de un niño de 3 años no tendrán nada que ver con los intereses de un niño de 8 o de 13 años, por eso es necesario pensar en las opciones que se les facilitan teniendo en cuenta su edad de desarrollo. Así los pequeños, entenderán que las opciones son buenas ideas y seguirán sintiendo que tienen el control sobre lo que hacen y escogen aunque sean opciones limitadas.
Las opciones les proporcionan auto control
Los niños pueden aprender auto control gracias a las opciones que deben escoger, porque quizá les interese dos o tres de una pero se deban centrar en escoger una sola. Además, si el niño por ejemplo tiene que acabar la tarea escolar, puedes decirle algo como: "Cuando acabes la tarea escolar, podrás salir a jugar al parque o ver un rato la televisión". El niño sentirá motivación para acabar la tarea de buena gana pero deberá escoger una de las dos actividades propuestas.
Las opciones enseñan a los niños las consecuencias
Las opciones también enseñan a los niños las consecuencias de sus acciones. Por ejemplo, si un niño tiene un examen de clarinete pronto, le puedes decir que la práctica extra le ayudará a sentirse más seguro, pero que es su elección hacerlo o no. Si no lo hace es posible que no le salga tan bien y se dé cuenta con las consecuencias naturales de sus elecciones.
Pero no ofrezcas opciones que no te parecen bien. Por ejemplo, si tu hijo tiene un examen en la escuela y no quieres que suspenda, entonces no le puedes decir que estudiar es una opción y deberás ayudarle a estructurar su estudio de una forma efectiva y flexible.
Con empatía la eficacia de las opciones se duplica
La empatía ayuda a que el niño se sienta comprendido, por lo que es algo menos molesto para ellos y se resistirán menos a cooperar. Eso significa que es más probable que sea realmente capaz de tomar una decisión y seguir hacia delante con ella, actuando sin rabietas ni enfados que puedan perjudicar el ambiente.
La resistencia con la fuerza o con las luchas de poder nunca serán buenas opciones, en última instancia un niño siempre será más resistente porque aunque quieras afirmar el derecho a tener control, si debes afirmarlo es porque no lo tienes. Los límites con opciones son la calve del éxito para que el cooperar en casa y en las tareas cotidianas no se vuelva una pesadilla.
Si el niño entiende que tienes cierto control pero que les das opciones y cierta parte de ese control para la toma de decisiones, el resultado será un niño más cooperativo, más feliz y que sabe que tú siempre estarás a su lado. ¡No subestimes el poder de dar opciones y alternativas a los niños para el equilibrio emocional en el hogar!