Tras los primeros meses de vida del bebé podremos ver que le irán apareciendo los dientes en unas encías vacías. Estos dientes son simplemente provisionales y constarán de 20 piezas que estarán completadas en su totalidad sobre los tres años de edad. Durante todo este tiempo podremos empezar a alimentar al bebé con papillas y alimentos sólidos, de forma progresiva. Sin embargo, estos dientes también llamados dientes de leche no serán para siempre, sino que a partir de los cinco años de edad empezarán a caer para dar pie a otros nuevos.
El proceso de caída de los dientes de leche puede tardar años y tiene un orden bastante característico, siendo los dientes frontales (como los de arriba y los de abajo) los que caen primero y siendo las muelas las últimas en caer. Las muelas del juicio se caracterizan por su tarde crecimiento y son cuatro piezas extra, ya que no sustituyen a ningún diente de leche y no aparecen en todas las personas.
En muchas ocasiones, como padres, se nos habrá dado la ocasión de que nuestro hijo tenga un diente de leche que se le mueva mucho y esté a punto de caérsele durante muchos días, pero que no se le caiga. Te contamos cómo saber si tenemos que ayudarle a arrancarlo o si es mejor esperar a que caiga solo.
Qué hacer si un diente de leche está a punto de caer
La mayoría de los niños estarán muy contentos de saber que se les va a caer un diente si están esperando al Ratoncito Pérez o al hada de los dientes y a su regalo. Sin embargo, no debemos arrancar un diente antes de tiempo, ya que le sangrarán más las encías y quizás estemos haciendo algo contra naturaleza.
El cuerpo humano es muy sabio y las encías nos dan la señal de si ya es el momento de desprenderse del diente o si no. La mayoría de dentistas recomiendan esperar lo máximo posible antes de arrancar el diente o esperar a que este caiga solo. No obstante, en algunos casos es probable que veamos que el diente está casi suelto y a punto de caer y tengamos miedo de que nuestro hijo o nuestra hija puedan tragárselo o ahogarse.
En los casos en los cuales el diente está muy suelto podemos intentar arrancárselo suavemente. Si vemos que la encía casi no sangra cuando estiramos y no le hacemos daño a nuestro pequeño o a nuestra pequeña es que realmente era el momento de ayudarle a hacer que ese diente caiga. No debemos caer en la trampa de arrancar un diente antes de que sea el tiempo necesario, puesto que estaremos haciendo algo en contra de la naturaleza y además podemos hacerle daño al niño o a la niña provocando que la encía sangre más de lo normal.
Intenta que tu hijo o tu hija no estén todo el día tocándose ese diente de leche que está casi suelto, ya que tendrán las manos sucias y muchas bacterias en ellas, por lo que pueden hacer que su salud en general empeore. Además estará forzando un proceso que no será el natural, por lo que puede afectar a la salud de sus encías y a la forma en como crecerán los dientes definitivos.
En casos en los cuales el diente no termine de estar nunca suelto, que notes que está cambiando de color u oscureciéndose o que le esté creciendo el diente definitivo por encima o paralelamente al diente de leche que está o no todavía suelto deberás consultar con tu dentista o médico especializado con tal de determinar si ha llegado el momento de arrancar el diente o si debemos esperar que sea la propia naturaleza el que deje que caiga y podamos posteriormente tomar las medidas que sean necesarias, siempre para la mejor salud y estética bucal para tu hijo.