La cesárea es el método por el cual se extrae al feto y placenta mediante el corte del vientre y parte del útero.
Antiguamente solo se usaba la cesárea en los partos en los que, desgraciadamente, la madre moría y el niño seguía vivo en su interior, como último recurso para salvar al niño. Después, se extendió a los casos en los que el parto vaginal era casi imposible. Actualmente, la cesárea se ha convertido en una de las operaciones quirúrgicas más frecuentes en el mundo moderno. Es más, un 20% de las estadounidenses la realizan. En España es un 25%. Sin embargo, la OMS recomienda no sobrepasar de un 10-15% porque se ha demostrado científicamente que tanto para la madre como para el feto es perjudicial a corto y medio plazo. Por ejemplo, el postoperatorio se complica para la madre y hay más dificultades para amamantar porque la leche tarda más tiempo en formarse.
En el caso de los bebés el pronóstico no es mejor, se ha visto que el 50% de los niños con partos vía cesárea puntúan más bajo en el test de Apgar y tienen el cuádruple de posibilidades de desarrollar una hipertensión respiratoria. Por eso, a la hora de dar a luz siempre va a ser preferible un parto vaginal que una cesárea.
¿Cuándo es necesaria una cesárea ?
Pese a las muchas consecuencias negativas existentes muchas veces no queda otra opción que intervenir con una cesárea programada. Las causas más comunes se deben a:
- Mujeres con problemas cardiacos cuyo corazón no puede aguantar la presión del parto vaginal.
- Evitar una rotura del útero en mujeres que ya hayan tenido una cesárea o una operación quirúrgica en esa zona.
- El útero no es un entorno gratificante para el feto. Cuando no llegan al útero suficientes nutrientes y oxígeno es recomendable adelantar el parto y sacar mediante cesárea.
- El parto se pronostica de nalgas. Es un tipo de parto arriesgado, por eso muchos médicos prefieren una cesárea a arriesgarse con un parto de este calibre.
-Bajo o alto peso del feto. Si tiene bajo peso (bebés que pesan menos de 1.5 Kg) son demasiado delicados, si tienen alto peso (más de 4 Kg) puede haber complicaciones a la hora de salir vía vaginal.
Consejos para evitar una cesárea
Si queremos reducir las probabilidades de que se nos practique una cesárea, podemos poner en marcha los siguientes consejos:
1. Escoge adecuadamente al ginecólogo que te atenderá.
Investiga si es un médico con tendencia a realizar cesáreas, puede parecer una tonteria pero hay gineco-obstretas que tienden a realizar cesáreas para agilizar el parto cuando la mujer tarda más de lo normal en dilatar. Pregunta por la política que siguen respecto a las cesáreas. Un buen porcentaje es entre 10-15%. Más son demasiadas.
2. Contrata a una matrona
Se ha comprobado que cuando el parto es llevado por una matrona en vez de un obstreta o ginecólogo el porcentaje de intervenciones es menor. Es porque tienen mayor demanda de partos y la falta de tiempo les exige "actuar", cuando una mujer tarda más de lo normal pueden impacientarse y querer inducir el parto mediante oxitocina artificial. Una de las causas de cesárea es por "conveniencia", pero en realidad solo lo es para el ginécologo (menos tiempo en el que tiene que estar disponible para el parto). Antes de decidir nada pide varias opiniones.
3. Realiza ejercicio físico regular
Dado que uno de los factores de riesgo para una cesárea es la obesidad es recomendable que durante el embarazo la mujer realice ejercicio regular y moderado con el objetivo de mantenerse es un peso adecuado. El tipo de ejercicio más recomendable son los de bajo impacto:
- La natación: es un deporte perfecto para embarazadas porque el riesgo de lesión es mínimo. Por eso es un deporte recomendado para la mayoría de las personas.
- El yoga: te ayuda a mantener tus músculos fuertes y flexibles para que a la hora de dar a luz te sea más fácil y menos doloroso el parto vaginal.
- Caminar rápido. Caminar 40 minutos todos los días a una velocidad rápida es un ejercicio con bajo resgo de lesión y que puede hacer casi todo el mundo.
Por otro lado realiza también ejercicios que fortalezcan los músculos y les den elasticidad: estiramientos de la zona, pilates e incluso los ejercicios de Kegel que tan fáciles son de hacer.
4. Aliméntate correctamente
Cuando una mujer tiene sobrepeso durante el embarazo las posibilidades de que le practiquen una cesárea aumentan considerablemente. Por eso la dieta debe ser equilibrada y con todo tipo de nutrientes y vitaminas.
- Fortalece tus músculos con una alta ingesta de proteínas de calidad. Pescado, carnes magras y lácteos son obligatorios.
- Verduras, hortalizas y frutas. Al menos 5 raciones todos los días.
- Controla las grasas y azúcares. Limita las grasas saturadas y opta por las que nos proporcionan los frutos secos y pescados. Tienes que controlar las cantidades para evitar ganar demasiado peso, sin embargo, tampoco puedes irte al extremo contrario porque un bajo peso es igual de peligroso que un alto.
- Si sospechas que tu alimentación no es adecuada pregunta a tu ginecólogo o a un nutricionista especializado. Ambos pueden diseñarte una dieta acorde al tipo de cuerpo que tienes.
5. Descansa lo suficiente.
Es fundamental reposar para que cuando llegue el momento del parto tengas las fuerzas necesarias para realizar un parto vaginal. Para ello evita los sobresfuerzos durante el parto y sobre todo durante el tercer mes de embarazo.
Los ejercicios de relajación son una buena manera de evitar el estrés y ansiedad antes del parto. Si te ves con más fuerza practica el yoga, es un ejercicio que aparte de relajarte mentalmente también lo hará físicamente porque practicas posturas que aumentarán tu flexibilidad.
6. Ve a clases de preparación al parto
Estas clases se centran en mejorar la respiración mediante ejercicios. Te será ,más fácil soportar el dolor en el momento del parto y los profesionales que las imparten te asesorarán para que seas capaz de tomar las decisiones responsables. Además aprender como funciona tu cuerpo durante el embarazo te dará una mayor confianza, reduciendo así las probabilidades de un parto por cesárea. Puedes preguntar a un ginecólogo por un sitio de referencia.
7. Acude al hospital en el último momento
Ve al hospital solo cuando empiece el parto activo, si vas temprano al hospital cuando todavía estás en las primeras fases del parto vas a estar ocupando una cama y los médicos se acabarán impacientando, además muchos mantienen a las mujeres acostadas y no les dejan moverse, por lo cual el bebé "no baja" adecuadamente, después lo utilizan como excusa para una cesárea. Pero si no nos movemos ¿cómo va a bajar? Caminar despacio, estar de pie o de cuclillas favorece el descenso del bebé favorablemente. Puedes quedarte en casa perfectamente hasta que hayas dilatado 6 o 7 cm.