Cada hogar es diferente y las rutinas pueden ser distintas en las familias, pero los niños tienen unas necesidades que deben satisfacer para poder estar descansados y llenos de energía. Además de la alimentación y las actividades que los niños realicen para poder potenciar un desarrollo óptimo, los niños también necesita tener unas horas de sueño adecuadas y unas buenas rutinas de dormir para poder estar bien descansados.
La importancia de las rutinas por las noches
Los niños no deben acostarse un día a un ahora y otro a otra. Deben tener un horario rutinario para irse a la cama. De este modo el cuerpo de los niños generará el hábito y podrán obtener el sueño adecuado siempre a la misma hora. Además, resulta muy importante que los pequeños tengan rutinas predecibles cada día.
Estas rutinas no solo son importantes para los niños, los adultos también las necesitan, y es que es la única forma de preparar al cuerpo para el descanso, potenciando así un buen dormir. Por eso, en los hogares, es ideal que todas las tardes se hagan más o menos las mismas actividades y que cuando llegue la noche las luces empiecen a ser más tenues, que se cene siempre más o menos a la misma hora y que los niños se metan en la cama entre las 21.00 y las 21.30h.
Esta hora es la adecuada porque garantiza que los niños aprovechen la tarde, cenen temprano y puedan conciliar el sueño a una hora adecuada para que cuando llegue la mañana y les levanten entre las 7 y las 8 de la mañana, puedan haber descansado las horas suficientes para poder levantarse con energía.
La mejor hora para acostarse según la edad
Aunque la hora mencionada en el punto anterior es orientativa, no todos los niños tienen la misma edad y las mismas necesidades, por eso siempre será buena idea tener en cuenta también las horas que necesitan dormir los niños dependiendo de los años que tengan.
- Los recién nacidos (hasta 3 meses): 14 a 17 horas
- Los bebés (de 4 a 11 meses): 12 a 15 horas
- Los niños pequeños (de 1 a 2 años): 11 a 14 horas
- Niños en edad preescolar (de 3 a 5 años): 10 a 13 horas
- En edad escolar (de 6 a 13 años): 9 a 11 horas
- Preadolescentes y adolescentes (14 a 17 años): 8 a 10 horas
Una vez sabido esto es necesario que calcules la hora a la que debes levantar a tu hijo para ir a la escuela y que cuentes las horas necesarias que debe estar descansando para así, poder acostarles por la noche a la hora que necesita. De esta manera, podrás calcular si la hora de irse a la cama puede ser las nueve de la noche o las diez en los casos en los que los niños son algo más mayores, como los chicos adolescentes que pueden dormir entre 8 y 10 horas.
Los bebés recién nacidos son los más complicados a la hora de establecer una rutina regular de sueño. Su reloj interno no está completamente desarrollo pero igualmente necesita rutinas diarias y nocturnas para que su cuerpo se vaya regulando. Pero mientras reciban las horas que necesitan de sueño ya sea durante el día o la noche, todo irá bien.
De todos modos, cada niño es un mundo y no todos los niños tienen las mismas necesidades de sueño. Hay niños que duermen más y otros que duermen menos, y dependerá de tu hijo y de sus necesidades el que te indique si necesita dormir más o menos. Pero, también es bueno proporcionarles buenos hábitos del sueño para que su cuerpo se acostumbre a dormir a sus horas.