Hay veces que la vida nos pone más trabas de las que mereceríamos; por ejemplo, hay quien tiene que hacer frente a un cáncer durante mucho tiempo, y siendo bastante joven. Hay mujeres, por ejemplo, que padecen cáncer de útero incluso antes de su primer embarazo, y cuya mayor ilusión es poder tener un hijo en algún momento.
Cuando una mujer es diagnosticada de cáncer de útero, o de cualquier tipo de cáncer, en ese momento un embarazo es la menor de sus preocupaciones (a menos que esté embarazada en ese preciso instante, por supuesto). Primero debe pensar en la recuperación, en todo lo que ella conlleva, y eso es un periodo bastante largo. El tratamiento puede prolongarse durante meses, incluso años, dependiendo de lo agresivo que sea el cáncer en cuestión.
Pero una vez que el tratamiento ha finalizado, una vez que la mujer se ha recuperado, vuelve a aparecer en el horizonte esa posibilidad de quedarse embarazada. El embarazo vuelve a ser algo posible, y no un sueño arrebatado por el cáncer. Mas con la posibilidad, también aparecen las dudas. ¿Tras un cáncer de útero una mujer puede quedarse embarazada? La respuesta es clara: sí. Un cáncer de útero no tiene por qué ser el fin de esa ilusión. Así que si ese ha sido vuestro caso, si habéis sido capaz de superar todo el proceso del cáncer, debéis saber algo: lo que queda de camino es lo fácil.
El cáncer de útero no es el final
Antes de comenzar a hablar sobre las posibilidades de quedar embarazada tras el cáncer de cuello de útero, vamos a hablar un poco de este cáncer; en qué consiste, y cómo afecta realmente a las mujeres. Lo primero que debéis saber es que es un tipo de cáncer muy común entre las mujeres. Se han realizado muchos estudios al respecto, se han tratado de evaluar las causas y ver qué es lo que provoca este tipo de cáncer, pero a pocas conclusiones se ha llegado. Sí que se ha podido demostrar, no obstante, que el virus del papiloma humano, un tipo de infección que se transmite de forma sexual, hace que las posibilidades de sufrir cuello del útero aumenten.
Algunos de los factores de riesgo que podrían llevar a una mujer a padecer cáncer del cuello del útero son el tene r sexo a edades muy tempranas, tener relaciones sexuales sin protección, fumar o padecer distintas enfermedades sexuales. Es decir, que el riesgo sexual nos pone en peligro hasta límites que, en muchas ocasiones, ignoramos.
El tratamiento a recibir una vez que se detecta el cáncer de cuello del útero depende mucho de la persona en cuestión, y de cómo se encuentre el cáncer en su cuerpo. El especialista puede optar por una cirugía, por quimioterapia, por terapia de radiación... Mientras que la radioterapia no tiene por qué influir en la fertilidad de una mujer, la quimioterapia sí que puede producir una menopausia temporal a algunas mujeres. Depende mucho de la edad de la mujer en cuestión; y es que si es una chica joven, probablemente esta menopausia dure en torno a un año o año y medio, mientras que si sobrepasa los cuarenta años podría acabar siendo definitiva. En ese caso, un embarazo no es que se complicara, sino que sería imposible.
Si se optara por una cirugía para tratar el cáncer del cuello de útero, la posibilidad de un embarazo dependería de cómo se enfocara esa cirugía. Si el cáncer está muy extendido y para salvar la vida de la mujer hay que extirparlo por completo, la posibilidad de ser madre biológica en un futuro desaparecía por completo. Por suerte, estos casos son los menos, así que no hay nada por lo que preocuparse.
Sí, podréis quedaros embarazadas
Las últimas estadísticas tomadas en nuestro país demuestran que más del cuarenta por ciento de las mujeres diagnosticadas con un cáncer de útero tienen menos de cuarenta y cinco años; de esta forma, sabemos que si la quimioterapia les produjera una menopausia, esta sería temporal. Además, de esas mujeres diagnosticadas, un ochenta por ciento consigue quedarse embarazadas tras el tratamiento del cáncer.
Pero esto depende mucho de la cirugía a la que la mujer se haya sometido. Las formas más habituales de tratar el cáncer de cuello de útero incluyen la extirpación de las células afectadas, la electrocauterización, la criocirugía, la traquelectomía radical (eliminar solo el cuello del útero), la vaporización láser y la conización. Con cualquiera de estas técnicas, el útero permanecerá completamente sano y será posible un embarazo una vez que la mujer se recupere del tratamiento. Antes se optaba, en la mayor parte de los casos, por una histerectomía radical, es decir, por extirpar tanto el cuello del útero como el útero. No obstante, ahora los especialistas están optando por una traquelectomía radical, que consiste en extirpar tanto solo el cuello del útero. Hasta ahora se ha demostrado que con esta técnica la tasa de recurrencia continúa siendo muy baja (más o menos del cuatro por ciento), y encima permite a las mujeres ser madres, si es que eso es lo que quieren.
Eso sí, para que pueda aplicarse una traquelectomía, la paciente debe cumplir unas condiciones específicas. El tumor no puede ser excesivamente grande, y debe estar localizado; además, debe ser el cuello del útero el único afectado por el cáncer. En el momento en el que el tumor se haya extendido, lo mejor que se puede hacer para salvar la vida de la madre es optar por otro tipo de operación.
Un cáncer es una enfermedad extremadamente complicada, donde el cuerpo se ataca a sí mismo. Además, es un proceso traumático que puede acabar dañando mucho la salud tanto física como emocional de la persona en cuestión. Es por eso que algunas mujeres pueden acabar volcando luego todas sus metas e ilusiones en tener un hijo biológico, y, por desgracia, eso no siempre es posible. Si se dan todas las circunstancias que hemos visto anteriormente sí, pero si no, no. Por regla general, lo normal es que a la mujer no haya que extirparle el útero al completo; para eso es importante detectar rápido el cáncer, con lo cual es bueno ir a revisiones anualmente si se dan características de riesgo.