Son muchos los padres que utilizan la técnica de quitar privilegios a los niños como disciplina efectiva... Pero quitar los privilegios a los niños solo funcionará si se realiza correctamente, si no, se puede confundir con un castigo y por tanto, que. No sirva para nada en la educación de los niños. Los niños deberán saber que los privilegios deben ser ganados y que no son un derecho por sí mismo.
Debes tener en cuenta que los privilegios no tienen que ser cosas costosas ni nada serio, puede ser cualquier cosa como el tiempo de ver la televisión, el tiempo de jugar a dispositivos electrónicos, el tiempo que pasa con los amigos, etc. Para que quitar los privilegios sea una estrategia adecuada en la educación de los niños y adolescentes, deberás tener en cuenta algunas cosas.
Escoge bien el privilegio que quitarás
Cuando tu hijo rompa las reglas, escoge el privilegio que eliminarás y después sé consecuente con ello. Si quitas un privilegio que a tu hijo no le importa no será una consecuencia negativa ni efectiva por lo que no servirá para nada. En este sentido es muy importante escoge algo que realmente moleste a tu hijo cuando lo retires.
Mientras que un niño puede verse afectado por la pérdida de sus juguetes, a otro niño puede no importarle siempre que vea la televisión. Piensa cuidadosamente sobre qué privilegio significa más para tu hijo el hecho de perderlo aunque sea temporalmente.
La retirada de privilegios pueden ser también una consecuencia lógica. Por ejemplo, si tu hijo adolescente llega tarde a casa, la consecuencia es que no verá a sus amigos la siguiente vez. Si quieres acabar con un comportamiento específico tendrás que hablarle sobre las consecuencias de forma anticipada para que tenga la opción de escoger si desea o no realizar el comportamiento teniendo en cuenta las consecuencias.
Establece un límite de tiempo
Deja claro a tu hijo cómo puede recuperar sus privilegios. Por lo general, 24 horas es tiempo suficiente para que un niño aprenda una valiosa lección. Aunque puede haber momentos en los que tenga sentido crear una línea de tiempo basada en el buen comportamiento de tu hijo. Por ejemplo, puedes decirle algo como: 'Cuando limpies tu habitación y la mantengas limpia durante tres días, podrás recuperar tu tablet'.
Nunca des líneas de tiempo que sean vagas o ambiguas. Por ejemplo nunca digas algo como: 'te devolveré el ordenador cuando pueda confiar de nuevo en ti' o 'te daré tus juguetes cuando te portes bien'. Es necesario que tu hijo comprende exactamente qué pasos debe seguir para poder recuperar ese privilegio, por lo que tendrás que decírselo de forma específica.
Cumple las consecuencias y los límites
Si tu hijo ruega, llora o patalea, no cedas. No cedas ante sus quejas o estarás arruinando todo y tu hijo verá que puede manipularte cuándo y cómo quiere. Si cedes reforzarás esos comportamientos negativos. Tendrás que seguir con la consecuencia durante el período de tiempo especificado, incluso cuando sea difícil hacerlo.
Si le dices a tu hijo que ha perdido el privilegio de asistir a la fiesta del viernes en casa de su amigo, no cedas porque comienza a comportarse mejor. Cumple con los límites para que tu hijo sepa que eres una persona seria y que no puedes ser manipulado/a.
Si por ejemplo le dices a tu hijo en algún momento por estar enfadado/a algo como: '¡Nunca más verás la televisión!' Es obvio que esto no es posible por lo que cuando estés tranquilo/a discúlpate por eso y explica el nuevo límite con un tiempo de límite más lógico.
Es importante no quitar varios privilegios a la vez porque entonces tampoco será una estrategia de disciplina efectiva.