La hora de la cena es uno de los momentos críticos para muchos padres, pues es el final del día y la energía ya no es la misma. Ayudar a los pequeños con los deberes, bañarles y ponerles el pijama son tareas que puede provocar que al llegar el momento de la cena no se tenga ninguna idea de qué cocinar. Sin embargo, hay una gran variedad de opciones que son saludables y sencillas de preparar y que son ideales para aquellas ocasiones en las que parece que el día no se acaba. A continuación tienes algunas recetas fáciles que harán que el momento de la cena sea el preferido para los niños.
Pasta con champiñones y guisantes
La pasta es uno de los ingredientes a los que se suele recurrir cuando se quiere preparar algo rápido y sencillo. Sin embargo, hay quien puede pensar que no es lo más ideal cuando lo que se quiere es una cena saludable. El problema no está en la propia pasta en sí, sino en los ingredientes que luego se utilizan para acompañarla. Salsas como el tomate frito ya preparado o la nata, así como el bacon y las salchichas realmente no son las opciones más saludables, sino que lo ideal es optar por vegetales como los guisantes y los champiñones.
Durante el tiempo que tarda en cocerse la pasta puedes aprovechar para poner los guisantes a hacerse en un poco de agua hirviendo con sal. Luego lava y corta los champiñones en láminas y pásalos por la sartén con un poco de aceite de oliva virgen extra, orégano o perejil y una pizca de sal. Por último, añade a la sartén la pasta ya cocida y escurrida y los guisantes tiernos y rehoga antes de que tus hijos disfruten de su cena.
Salmón a la plancha
El pescado también es una buena opción a la hora de preparar la cena, ya que es ligero, muy nutritivo y suele gustar mucho a los más pequeños de la casa. Puedes optar por utilizar salmón fresco o congelado -que previamente tendrás que haber sacado de la nevera para que se descongelase-, ya que el resultado será igual de delicioso. Para prepararlo tan solo tendrás que echar un chorrito de aceite en la plancha y, mientras se calienta, aderezar el pescado con un poco de sal y unas gotas de zumo de limón.
A continuación, pon el pescado en la plancha hasta que se haya dorado y dale la vuelta para que también se haga del otro lado. Eso sí, ten cuidado de no dejarlo demasiado tiempo, ya que es un pescado que se suele secar bastante rápido. A la hora de servirlo a la mesa puedes hacerlo junto a un acompañante ligero como una ensalada de tomate y lechuga.
Crema de zanahorias
Las cremas y los purés son, posiblemente, una de las recetas más fáciles y a las que más se recurre cuando hay niños pequeños en casa. Una opción que les suele gustar mucho por su sabor dulzón es la crema de zanahorias, que además es de lo más sencilla de preparar y a penas lleva tiempo. Comienza pelando y cortando 500 gramos de zanahorias en trozos grandes y luego rehógalas en una cazuela amplia con un poco de aceite de oliva virgen extra a fuego medio.
Pasados unos minutos, agrega 1 litro de caldo de pollo, siendo lo ideal que éste sea casero. Deja que repose en el fuego durante media hora a partir de que empiece a hervir, comprobando luego si las zanahorias ya están tiernas. Cuando sea así, tritura todo con una batidora de mano hasta que tengas una crema totalmente lisa y sin ningún grumo. Por último, añádele un chorrito de leche evaporada para que tenga un toque más cremoso. Si quieres también puedes añadirle 1 o 2 patatas medianas o bien servirlas cocidas con un poco de aceite y perejil como segundo plato.
Hamburguesa de garbanzo
¿A qué niño no le vuelven loco las hamburguesas? Éstas no tienen que ser un plato prohibido, sino que hay muchas opciones saludables que se pueden preparar en casa para la hora de la cenas. Esta puedes prepararla utilizando garbanzos al natural que cuezas en un poco de agua hirviendo o bien de bote escurriéndolos y lavándolos previamente.
Luego calienta los garbanzos durante un par de minutos en el microondas, de forma que luego te sea más sencillo aplastarlos con un tenedor para tener una pasta más o menos homogénea. Agrega un poco de aceite de oliva virgen extra, remueve para que se mezcle bien y luego empieza a darle forma a las hamburguesas antes de marcarlas por cada lado en la sartén. Eso sí, a la hora de que tus hijos se las coman es mejor dejar a un lado el pan y las salsas y optar por un poco de tomate frito casero o tomate al natural y un poco de lechuga y queso blanco.
Caldo de pollo y fideos
Esta puede que sea una de las recetas más fáciles y tradicionales, ya que lleva años preparándose como cena para los niños pequeños. Es cierto que cuando no se tiene demasiado tiempo se puede optar por un caldo de pollo ya preparado que sólo hay que calentar y añadir los fideos, pero lo mejor es prepararlo de forma casera. Para ello pela 3 zanahorias y lava el apio antes de echar ambos ingredientes a una cazuela. Luego retira las hojas a un puerro, lávalo, pártelo por la mitad y añádelo también.
Por último, agrega 500 gramos de pollo sin grasa ni piel, cubre todo agua y agrega una pizca de sal. Pon todo a calentar a fuego alto y, en el momento en el que rompa a hervir, baja a fuego medio. El tiempo que tardará el caldo de pollo en hacerse varía según si usas una olla express -aproximadamente 12 minutos- o una olla tradicional, en cuyo caso tardará 1 hora. Cuando haya pasado el tiempo de cocción retira todos los ingredientes sólidos -que puedes triturar para hacer un puré- y rectifica el punto de sal si fuera necesario. Calcula la cantidad de caldo que crees que vas a necesitar y vuelve a ponerla a fuego alto para que vuelva a hervir, momento en el que tendrás que echar los fideos y bajar la temperatura para que repose hasta que éstos estén tiernos. Y no te olvides de agregar también unos trozos de pollo desmenuzados.
Croquetas de pescado
Para prepararlas puedes optar por un filete de merluza congelado, aunque deberás comprobar que está perfectamente limpio de espinas y piel. Luego cuécelo durante unos minutos en un cazo con agua hirviendo hasta que esté bien hecho. A continuación, haz una bechamel ligera poniendo a calentar 400 mililitros de leche. Mientras ésta se calienta, diluye 6 cucharadas soperas de maicena en otros 400 mililitros de leche batiendo con unas varillas eléctricas para que no queden grumos.
Luego agrega la mezcla a la leche en el fuego y agrega una pizca de sal. Sube el fuego y deja que hierva hasta que comience a adquirir una textura más espesa. A continuación tan solo tendrás que juntar el pescado desmenuzado con la bechamel y dejar que se enfríe la mezcla. El siguiente paso será coger un poco de la masa y darle forma con las manos, pasándola luego por un poco de huevo batido y pan rallado. Para evitar freír estas croquetas puedes optar por ponerlas en una bandeja de horno previamente forrada con papel vegetal y luego meterlas en el horno previamente calentado a 220ºC para que se hagan sin nada de aceite.
Crema de puerro
Otro tipo de crema que también suele encantar a los más pequeños de la casa es la de puerro, pues tiene un sabor muy suave y el toque de queso hace que tenga una textura de lo más cremosa. Para prepararla comienza limpiando 2 puerros y lavándolas bajo el agua del grifo para retirar los restos de tierra. Luego trocéalos y póchalos durante unos minutos en una cazuela con un poco de aceite de oliva. A continuación, añade 1 patata ya pelada y troceada y rehoga también.
Tras unos minutos tendrás que cubrir todo con un poco de caldo de verduras y dejar que repose a fuego medio durante 20 minutos. Pasado ese tiempo comprueba que los ingredientes están ya tiernos y, si es así, añade una pizca de sal y 2 quesitos. Tritura todo con una batidora de mano y luego vuelve a poner al fuego durante otros 5 minutos. A la hora ser servirlo no dudes en echar algunos picatostes por encima para que a tus hijos les guste aún más tu crema de puerro.
Tortilla de atún y calabacín
Si a tus hijos les gusta la tortilla de patatas, seguro que esta versión de calabacín y de atún les vuelve locos. Pela 1 cebolla y pícala finamente para luego pocharla durante unos minutos en una cazuela con un poco de aceite de oliva. Luego pela 2 calabacines y trocéalos en dados pequeños y agrégalos a la cazuela con la cebolla junto a un poco de sal y pimienta negra molida.
Deja al fuego durante unos minutos, pero removiendo constantemente con una cuchara de palo para que no se pegue. Luego retira del fuego y escurre, ya que el calabacín suelta mucha agua. Por otro lado, bate 6 huevos y agrega 2 latas de atún al natural previamente escurrido. Remueve y añade también la cebolla con el calabacín. Por último, tan solo quedaría hacer la tortilla de forma tradicional: en una sartén con un poco de aceite de oliva y dejando que ambos lados cuajen.