El embarazo es, a la vez, un momento emocionante y uno muy estresante. Por un lado, el hecho de tener un bebé dentro es para muchas mujeres una sensación única e incomparable; el ir viendo cómo la vida va creciendo en su interior, notar al bebé, sentir todo el proceso del embarazo en primera persona... Muchas lo describen como una de las mejores etapas de su vida. Pero quizás esto lo digan cuando el tiempo ya ha pasado, porque en el momento, el embarazo también es un momento terriblemente estresante. Las mujeres suelen tener miedo de que algo vaya mal, además de tener que enfrentarse a las distintas complicaciones que van teniendo lugar a lo largo de los tres trimestres.
Una de las complicaciones de las que menos se habla, pero que más suele molestar a las embarazadas, es la de tener constantes ganas de orinar. Es algo que les sucede a prácticamente todas las mujeres pero, por desgracia, es uno más de los tabúes que nos encontramos a lo largo del embarazo. Hay cosas de las que no se habla, que se obvian y no se tienen en cuenta, y esto acaba afectando negativamente. Cuando no se habla de algo es porque se presupone que no existe, o que no es una realidad; se transforma en algo que solo sucede en ocasiones, y que ni siquiera debe ser tenido en cuenta. Y, en este caso, eso no es así: las mujeres embarazadas tienen muchas más ganas de orinar durante el embarazo que en su vida habitual, y estas ganas se deben aliviar si se quieren evitar problemas.
Pero, ¿por qué sucede esto? Es muy sencillo, y tiene una explicación biológica. Justo tras quedar embarazada, más o menos durante las seis primeras semanas de embarazo, las ganas de orinar comienzan a aumentar, y es porque, debido a los cambios hormonales, la sangre fluye a mucha más velocidad por los riñones. Es debido a esto que la vejiga se llena con más asiduidad, y las mujeres embarazadas sienten mucha más necesidad de orinar. Si a esto le sumamos que durante todo el embarazo, la sangre que circulará por el cuerpo de la mujer será hasta un cincuenta por ciento más que la circulaba antes de estar embarazada. Esto influye en lo que ya hemos señalado antes de los riñones, que se verán obligados a procesar mucho más líquido que de costumbre, líquido que irá a parar a la vejiga posteriormente.
Si os encontráis en esta situación, no os preocupéis: no solo es lo más normal, sino que no tiene por qué entrañar ningún tipo de riesgo. Hay algunas formas de aliviar estas ganas de ir constantemente al baño, así que todo tiene solución.
Menos bebidas diuréticas
En principio, estos problemas con las ganas de orinar suceden durante el primer y el tercer trimestre de embarazo únicamente; en el primero, por los cambios hormonales, y en el tercero porque el útero comenzará a ejercer presión sobre la vejiga. Pero hay mujeres que también han tenido estas pequeñas molestias durante el segundo trimestre del embarazo, e, incluso, hay quien no las ha tenido en ningún momento. Todo depende mucho de la persona, y del cuerpo.
No obstante, hay formas de aliviar esta situación. Lo primero que tenéis que tener en cuenta es que, si estáis tomando té, café o alcohol (son sustancias no muy recomendables durante el embarazo, sobre todo las dos últimas. Es más, deberíais borrar el alcohol de vuestro vocabulario hasta que deis a luz), estas bebidas son diuréticas, es decir, te hacen ir más al baño. Hay otros alimentos que también tienen altas propiedades diuréticas, y que deberíais eliminar de vuestra dieta si queréis ir menos al baño, o al menos consumirlos de forma más esporádica u ocasional. Esto no implica que debáis dejar de consumir líquidos para aliviar vuestras ganas de ir al baño, ni mucho menos.
Es muy importante que no os quedéis con ganas de beber agua, o que notéis sed, porque para que todo el proceso del embarazo vaya bien, para que el bebé se encuentre sano, necesitáis estar hidratadas en todo momento. Simplemente hay que eliminar bebidas que pudieran ser diuréticas, puesto que lo que hacen es que vayamos al baño más de lo habitual. Según el Instituto de Medicina estadounidense, las mujeres que se encuentren en estado deben tomar al menos diez vasos de agua al día; dependerá también de la actividad física que realicéis la cantidad de líquido que tengáis que tomar, por supuesto.
Pese a que puede ser una molestia el tener que ir tanto al baño, y el tener que estar aliviándose constantemente, no tiene por qué suponer ningún problema de salud. Eso sí, si notáis ardor o dolor al orinar, veis cualquier gota de sangre en la orina, o necesitáis ir al baño todo el rato pero apenas orináis unas gotas, debéis ir al médico, porque puede implicar una infección de orina. Las infecciones de orina son muy comunes durante el embarazo y, si se tratan, no tienen por qué suponer ningún problema. Pero para tratarlas hay que saber los síntomas, claro; así que si notáis alguno de los que hemos visto anteriormente, acudid rápidamente a un especialista.
La incontinencia urinaria, otro problema del embarazo
Durante el tercer trimestre del embarazo, es probable que las mujeres comiencen a sufrir lo que se conoce como " incontinencia urinaria de esfuerzo "; es decir, que a las ganas de orinar constantes que ya hemos visto antes, se sumará una especie de incontinencia urinaria cuando se rían, tosan o hagan según qué movimientos. Para que esto no suceda, debéis tratar de ir al baño siempre que vuestra vejiga os lo pida; este es el mejor remedio, al menos en primera instancia. Es importante, a su vez, que no contengáis la orina en ningún momento durante el embarazo: id al baño las veces que sea necesario.
Una forma de aliviar esta incontinencia urinaria, además de fortalecer los músculos pélvicos (algo necesario durante todo el embarazo) es realizar los ejercicios de Kegel. Si no los conocéis, debéis saber que son fundamentales durante todo el proceso del embarazo y el parto; son muy sencillos, y consisten en apretar los músculos que usamos para controlar la orina. Podéis comenzar haciéndolo a la vez que vais al baño, " jugando " a controlar la orina, para ver cuál es el movimiento que debéis hacer. Así ganaréis control sobre vuestra pelvis, tendréis unos músculos mucho más fuertes, y evitaréis una posible incontinencia urinaria.