Como padre o madre, lo primero que debes saber es que el sexting no es inofensivo. Cuando se habla de sexting se hace referencia a enviar fotografías de desnudos o semi desnudos en mensajes por WhatsApp o publicarlos en redes sociales. Es una tendencia creciente en adolescentes y preadolescentes de todo el mundo, una práctica peligrosa.
Nada menos que 1 de cada 5 adolescentes ha enviado una foto suya desnuda o semi desnuda a otra persona a su teléfono móvil o lo ha publicado en alguna página de redes sociales. El 40% de los adolescentes y el 60% de los adultos, han enviado enviado mensajes de texto, correos electrónicos o mensajes instantáneos subidos de tono a nivel sexual. Por lo tanto, es más probable que tu. hijo/a adolescente no haya enviado o recibido uno o más de estos mensajes sugerentes... o sí.
El sexting no es inofensivo
Es un comportamiento peligroso. Estas imágenes pueden robarse y acabar en páginas de pornografía en Internet. Hay personas que buscan imágenes de personas desnudas o semidesnudas para guardárselas en sus ordenadores para su propio placer sexual. Algunos incluso las redistribuyen haciendo que la reputación, la privacidad y la seguridad personal de quien ha hecho la foto, esté en riesgo.
Si tu hijo/a adolescente enviase o recibiese imágenes de este tipo incluso, podría tener problemas legales. Es necesario que mantengas a tus hijos fuera del peligro del sexting y de los riesgos que tienen este tipo de imágenes en internet.
Mantén a tus hijos seguros de sexting
Infórmate
Antes de nada debes estar informado sobre qué es el sexting para poder reconocer rápidamente lo que ocurre. Si tienes dudas muy específicas puedes acudir a un psicólogo especializado en adolescentes o a un terapeuta sexual para que te explique en qué consiste esta peligrosa práctica y las consecuencias que puede tener.
Habla con tus hijos sobre el sexting
Debes tener las líneas abiertas de comunicación con tus hijos todo el tiempo. Es la primera línea de defensa. Si puedes hablar con ellos sobre temas de sexo, citas, relaciones... será mucho más sencillo hablar con ellos también sobre el sexting.
Siéntate con tus hijos adolescentes en privado y explora si esto ha podido ser un problema para él en algún momento. Ayúdale a ver el peligro en la participación sexual temprana y en el sexting. Les puedes explicar que entiendes el coqueteo y que es normal a su edad, pero que el sexting no es la manera de hacerlo. Se humilla, se denigra y se expone.
Habla sobre la modestia
Ayúdale a ver sus cuerpos no como algo que deba exponer o explotar para llamar la atención, sino como algo que debe respetar y que los demás también deben hacerlo. Los adolescentes con una actitud saludable hacia la modestia personal serán mucho menos propensos a c onsiderar el sexting como una opción aceptable en sus relaciones.
Establecer reglas en los mensajes de texto
Es necesario establecer unas reglas con el teléfono y el uso de Internet. NO hay que enviar mensajes de texto cuando se está en familia, ni en las comidas, ni cenas... El teléfono se deberá apagar una hora antes de ir a dormir y no se encenderá hasta que se hayan acabado las tareas o las circunstancias lo requieran. Tú sabrás la contraseña del teléfono en todo momento. Estos límites básicos ayudarán a que los adolescentes no quieran involucrarse en el sexting ni nada parecido.
Confía, pero verifica
Durante la Guerra Fría, se le preguntó al presiente de Estados Unidos de ese momento, Ronald Reagan, si confiaba en los líderes rusos y él dijo: 'Confiamos, pero verificamos'. Esto es lo mismo con los teléfonos y los hijos adolescentes... así como con su uso en Internet. Tienes que asegurarte que tus hijos mientras sean menores de edad, puedas tener sus contraseñas y que revisas habitualmente sus cuentas de correo electrónico y sus redes sociales. Revisa su bandeja de mensajes. Eres responsable de su seguridad. No juzgues, no cotillees, simplemente haz esto en base a su seguridad... Proteger no significa invadir su intimidad.
Las consecuencias no pueden faltar
Igual que deben haber normas para el uso del teléfono e Internet, también deben haber consecuencias bien establecidas en los momentos en que tu hijo rompa las reglas del uso del teléfono. Si es necesario, tendrás que cortar el acceso a Internet, guardar su teléfono hasta nuevo aviso o prohibir el contacto con los amigos que no respetan las reglas familiares.
Es necesario que antes de aplicar las consecuencias te asegures de que tus hijos las han entendido perfectamente. Es posible que quieras considerar el crear un contrato del uso del teléfono o del ordenador con reglas y consecuencias. Por supuesto, si tienes que aplicar las consecuencias, tendrás que hacerlo. Si no lo haces, perderá el valor y tu hijo querrá hacer lo que quiera en cada momento.
Mejor teléfonos sin cámara
Para evitar el sexting lo mejor es que el teléfono no tenga una cámara incorporada. Opta por un modelo más básico para evitar problemas de este tipo. Si tu hijo quiere un teléfono con cámara, que lo tenga cuando sea mayor de edad y se lo compre con su propio dinero.
La importancia de la comunicación interpersonal
Parece que los adolescentes en la actualidad se centran más en la comunicación virtual que en la interpersonal. Esto es un peligro también para su desarrollo porque se pierden muchas habilidades sociales necesarias y que deben aprender para potenciar un buen desarrollo íntegro.
Parece que los adolescentes se están acostumbrando a decir las cosas importantes por internet o por mensaje en lugar de decirlo a la cara en una relación interpersonal normal. Igual que un adolescente no se desnudaría frente a un amigo, ¿por qué lo hace delante de una cámara? Y lo que es peor, ¿cómo es posible que además envíe esa imagen a otras personas? ¡No sabe cómo puede utilizar esas fotografías en su contra!
Si tus hijos tienen amigos y se sienten a gusto con ellos, también tendrán menos posibilidades de tener este tipo de comportamientos. Publicar fotos de desnudos en Internet o enviarlas por teléfono, enviar mensajes de texto sugerentes es un asunto peligroso para los hijos. La comunicación abierta, las expectativas claras y la paternidad activa marcarán una gran diferencia en si los adolescentes y los preadolescentes se involucran en estos comportamientos peligrosos o si no lo hacen.