En todas las relaciones es normal que las parejas discutan y más si las parejas tienen hijos. En ocasiones, cuando las discusiones son demasiado frecuentes o comienzan a ser un problema de relación familiar, es posible que puedan comenzar a haber problemas de fondo más graves. Si te has empezado a cuestionar sobre el futuro de la relación de pareja y de vuestra vida familiar, es porque posiblemente, algo no funcione bien ahora mismo.
Quizá no haya nada de lo que preocuparse... o quizá sí. Hay algunas señales que te pueden indicar si realmente tu matrimonio está en las últimas o si por el contrario, puede salvarse en el caso de que es lo que queráis conseguir.
Habláis pero no os comunicáis
Una relación sana se basa en la comunicación íntima, no solo en hablar de las cosas banales de la vida. En este sentido, será necesario que ambos seáis capaces de escucharos mientras habláis y que los dos tengáis las mismas oportunidades para hablar y expresar vuestra opinión, sin miedos, sin sentir cohibiciones.
Es necesario escucharse de forma sincera y activa, tanto las quejas como las preocupaciones de la pareja. Ser sincero y honesto es fundamental. Si alguno de los dos no está dispuesto a escuchar o comprometerse, entonces es una clara señal de que el matrimonio comienza a hacer aguas.
No respetas sus opiniones
Deberás sentirte libre para hablar con tu pareja de cualquier cosa y saber que respetará tu forma de pensar. Al revés, por supuesto, deberá ser igual y tendrás que ser capaz de respetar sus opiniones. Si tu pareja no está dispuesta a respetar lo que dices o lo que haces, entonces está claro que tu matrimonio está en problemas. Lo mismo ocurre si tú eres quien no está dispuesto/a respetar lo que dice o hace tu pareja.
Nadie quiere seguir una relación donde tiene que dejar de lado sus ideas e intereses solo por complacer a la pareja. Debe existir una comunicación abierta y segura tanto de emociones como de pensamientos. El respeto mutuo es fundamental.
No pasáis tiempo juntos
Si quedaron atrás el tiempo que pasabais juntos y no disfrutáis de vuestra compañía, está claro que algo no marcha bien. Si notas que no te sientes bien con este cambio, o te alarma que pases mejor el tiempo con tus amigos que con tu pareja... es normal. Este problema puede deberse a muchos factores, pero está claro que algo marcha mal. La conexión que tengas con tu pareja es de suma importancia no solo para mantener vuestra relación, sino para mantener a la familia como unidad.
Tienes dudas si te casaste con la persona adecuada
Si comienzas a tener dudas de si te has casado con la persona correcta... ¡cuidado que el barco comienza a zozobrar por la marea agitada! Si este es el caso, es momento de repensar y revaluar tu relación y el camino que quieres que coja tu familia. Si antes habían rasgos de la personalidad de tu pareja que te gustaban y que ahora no soportas, estáis dentro de la zona de peligro.
Ninguno de los dos quiere esforzarse para que el matrimonio funcione
Si ninguno de los dos quiere hacer un esfuerzo adicional para que el matrimonio funcione, entonces la relación tiene fecha de caducidad y tendréis que comenzar a pensar en cómo será vuestra familia, en caminos separados.
Cualquier relaciones como una planta. Necesita mucho cuidado, atención y amor para prosperar y crecer. Si observas algunas de estas señales de advertencias en tu relación, tendrás que comenzar a hablar de forma sincera con tu pareja. ¿Queréis luchar por la familia o es mejor que penséis cómo seguir la vida con vuestros hijos pero con caminos separados? Vuestros hijos os necesitan unidos como padres, no necesariamente como pareja.