Todas las madres del mundo experimentan sentimientos de culpabilidad en algunos momentos de su vida. Sí, si te ocurre esto es señal de que debes darte un descanso emocional porque sintiéndote culpable no te haces ningún favor, y a tus hijos, tampoco. A menos que la culpa se use de una manera constructiva para reevaluar ciertos aspectos de tu vida, es una emoción desaprovechada eso no sirve para nada.
Es probable que tiendas a preocuparte por el futuro y a sentirte culpable por el pasado, pero es necesario aprender a vivir en el ahora y estar agradecida por lo que tienes. A continuación vas a descubrir algunos sentimientos de culpabilidad que experimentan las madres y cómo puedes liberarte de ellas para siempre.
Dejar a tus hijos para ir a trabajar
Algunas madres se sienten culpables por querer volver a trabajar: tener una interacción adulta, ganar dinero y crecer profesionalmente. Otras se sienten culpables porque simplemente no hay más remedio que trabajar un día completo y dejar a sus hijos en casa con una niñera o en una guardería.
Si regresas al trabajo porque quieres o tienes que hacerlo, deja la culpa a un lado y estate presente cuando estés con tus hijos. En lugar de pensar en estar en casa mientras estás en el trabajo, participa plenamente en lo que estás haciendo. Sé una persona proactiva y productiva en el trabajo, luego, cuando te vayas a casa, puedes centrarte únicamente en tu familia.
Además, si lo piensas desde una perspectiva financiera, en lugar de castigarte y centrarte en lo que estás dejando, piensa en lo que estás haciendo posible para tus hijos y las oportunidades que puedes brindarles con más ingreso. Cuando estés en casa, concéntrate en pasar tiempo de calidad con tus hijos. Deja el teléfono y disfruta con tus hijos.
Sentir que estás fallando en todo
Como madre, es difícil no sentir que siempre estás incumpliendo tus propias expectativas: no estás cocinando lo suficiente, tu casa no está lo suficientemente ordenada, no estás pasando suficiente tiempo con tu pareja y parece que tienes abandonados a tus hijo s porque no te da tiempo a estar con ellos como quisieras.
Antes de sentirte culpable con esto, pregúntate si realmente vale la pena evaluar las cosas por las que te sientes mal o si simplemente debe dejarlas marchar de tu mente. ¿Es realmente un gran problema si dejas los platos sucios en el fregadero hasta la mañana siguiente? En lugar de juzgarte por lo que haces mal, siéntate y piensa en lo que estás haciendo bien y en lo que has logrado ese día, semana o mes. Lo haces lo mejor que puedes o sabes.
Además, la sensación de que estás fallando en todo a menudo tiene más que ver con la presión social y la idea de que tienes que mantenerte al día con todo. Esto lleva a metas y expectativas poco realistas. Si compras un pastel a tu hijo en lugar de hacerlo, NO ers una mala madre. Cuando te propongas metas, asegúrate de que sean tangibles, realistas, no ambivalentes y esenciales.
No pasar suficiente tiempo individual con cada hijo
Tener un segundo o tercer bebé siempre trae nuevas oleadas de culpa, ya que tu tiempo se divide más que nunca. Esto puede comenzar durante el embarazo si te sientes demasiado cansada para dedicar la misma cantidad de energía a tu hijo que antes.
Cambia la perspectiva y piensa en cómo tu hijo saldrá ganando con sus hermanos. En lugar de sentirte mal por no tener suficiente tiempo de calidad con cada hijo, ten metas realistas para la próxima semana, por ejemplo, "Mañana por la noche leeré un cuento antes de acostarme y abrazaré a mi hijo después de que el bebé esté dormido. Al día siguiente, llevaré a mi bebé a dar un paseo mientras mi niño está en casa con papá ".