El síndrome del nido vacío es un conjunto de síntomas emocionales y físicos que se producen en los progenitores cuando sus hijos (normalmente suele aparecer con el último) se marcha de casa. Suele aparecer en uno solo de los padres pero a veces puede ocurrir en los dos simultáneamente. La persona tiene un gran sentimiento de tristeza y soledad, así como una gran sensación de vacío e incertidumbre.
Se produce porque después de estar tantos años haciendo el rol de padres, de repente se encuentran con un gran vacío que tienen dificultades de rellenar, cuando anteriormente la mayor parte de su tiempo la dedicaban a cuidar de sus hijos. Los padres pueden vivir esta nueva situación de formas diferentes. Unos lo vivirán como una liberación, son conscientes de que han cumplido su rol como padres porque han ayudado a sus hijos a crecer como personas y a ser más independientes. Otros pueden acabar desarrollando estos sentimientos negativos y producirse el síndrome, que si se ignora puede acabar derivando en un trastorno más grave. Por regla general aquellos padres que hayan educado a sus hijos de una manera más autónoma vivirán esta etapa evolutiva menos dramáticamente.
Ante estos cambios el resto de la familia tiene que aprender a readaptarse y organizarse de nuevo. Por ejemplo, cuando los hijos vivían en casa la mayor parte de las conversaciones en la pareja girarían en torno a ellos. Al irse de casa puede que la pareja se encuentre sin saber lo que hacer, decir o cómo pasar el tiempo juntos.
Como recuperarse del síndrome del nido vacío
En realidad el síndrome del nido vacío es una etapa por la que todos los padres pasan. El problema real aparece cuando alargamos ese malestar inicial, no lo tratamos de raíz y acaba derivando en una depresión. Si esto ocurre hablamos de un trastorno más serio y lo mejor sería acudir a un psicólogo especializado en el tema, no dejarlo pasar más. Las depresiones son muy serían y uno no se "recupera" solo de ellas.
1- Infórmate sobre el síndrome: busca información, por qué se produce, a quienes afecta principalmente, que podemos hacer para evitarlo y acude a un profesional si es necesario. Es importante que sepas que el síndrome es una etapa de transición por la que van a pasar la mayoría de los padres y que es normal sentirse así. Además tiene una duración limitada, los expertos indican que suele durar 1 año o año y medio, dependiendo de lo rápido que se readapte el matrimonio. Mímate y date tiempo, ten presente que vas a estar un tiempo sin ganas de hacer nada. Sin embargo, si percibes que estos pensamientos son demasiado exagerados y que bloquean otras actividades de tu vida diaria acude a un profesional.
2- Conciénciate para la marcha. Si sabes de antemano que tus hijos se van a marchar ve haciéndote poco a poco a la idea y asegúrate de que sepan valerse por sí mismos antes de irse (lavar, cocinar, apreciar el valor del dinero, no salirse de un determinado presupuesto...). Esto le dará confianza a ellos y te quedarás más relajado. Les vas a ayudar más apoyándoles y animándoles que preocupándote por ellos.
3- Mantén el contacto pero sin agobiar. Sobre todo al principio es importante hablar frecuentemente por móvil o incluso por correo electrónico. Llámales una o dos veces por semana como mucho, a no ser que ellos te pidan que les llames más o te llamen ellos. Si llamas cada dos o tres días seguramente les acabarás agobiando. Ponte en el lugar de ellos, todo el mundo se acabaría cansando. Ten presente que ellos seguramente no te llamen o al menos no tan a menudo como a ti te gustaría.
4- Busca hobbies nuevos. Si aun trabajas no te centres al 100% en el trabajo para olvidarte de que tus hijos ya no están, solo conseguirás que al llegar a casa notes más vacío. En vez de eso busca actividades refrescantes que aporten bienestar a tu tiempo libre. Retoma las cosas que te gustaban hacer antes, cuando tenías más tiempo. Si estás jubilado esto último es una obligación. Apúntate a clases de pintura, cerámica, cocina, a algún cursillo, empieza un idioma... Retoma viejas amistades con las que puedas tomar un café al menos una vez a la semana. Si tienes espacio y te gusta puedes comprarte una mascota que alegre un poco la casa. Haz una lista de todas esas cosas que siempre quisiste hacer pero que por un motivo u otro nunca pudiste. ¡Ahora tienes más tiempo para ti mismo!
Si tienes pareja haced actividades juntos. Podéis apuntaros a clases de baile y así de paso afianzar vuestra relación. Otra alternativa son los viajes. Ya no tenéis que estar pendientes de los hijos y podéis despreocuparos y pasar más tiempo fuera de casa.
5- Ayuda a los demás. En el caso de estar jubilado una buena idea es hacerte voluntario para alguna asociación o involucrarte en obras de caridad. Es una bonita forma de ocupar tu tiempo libre a la vez que ayudas al prójimo. También te da la oportunidad de probar que cosas podrían gustarte.
6- Vuelve a enamorarte. Hay matrimonios que descubren después de que sus hijos se hayan marchado de casa que en realidad solo se mantenían unidos por ellos. En ese caso tenéis que hablar sobre el camino que está tomando el matrimonio y lo que podéis hacer al respecto. Puede que tengáis que sanar esa relación que habéis descuidado con el tiempo. En otros casos simplemente ocurre que tras tanto tiempo de ser solo "padres" se tiene que recordar como ser también "amantes".
Seguramente habrá pasado mucho tiempo desde que empezasteis a estar juntos y ambos habréis cambiado. Esos cambios son más evidentes ahora que vais a pasar más tiempo juntos. Sin embargo, os lo podéis tomar como una oportunidad para conoceros de nuevo, como una segunda relación. Pasad más tiempo juntos, tomaros unas vacaciones, intentad revivir momentos especiales, apoyaros mutuamente... Llevará tiempo fortalecer la relación de nuevo, por eso date tiempo y no desesperes. También puede ser de utilidad ir a terapia de pareja.
7- Céntrate también en los aspectos positivos. Primero, felicítate a ti mismo por haber criado a unos hijos independientes y que se pueden valer por sí mismos (no todo el mundo puede decir lo mismo). Por otro lado, ahorrarás más dinero porque no tendrás que comprar tanta comida, ni gastarás tanta luz, ni gas... Ese dinero lo puedes invertir en darte un capricho. Tampoco pasarás tanto tiempo haciendo tareas domésticas.
8- Qué no hacer. No los agobies con preguntas sobre cuándo van a venir de visita, dales tiempo. Busca un plan alternativo en el caso de que no puedan venir a casa por las fiestas (como navidad). No muestres excesiva preocupación ni les hagas ver que estás deprimido o que te sientes mal. Eso solo conseguirá que se sientan culpables.
Por último, como ya dijimos, el síndrome del nido vacío es limitado en el tiempo y se considera un acontecimiento normal en la vida de toda persona. Pero hay casos que perdura demasiado y puede ser motivo de preocupación. En ese caso acude a un profesional.