La enfermedad celíaca o celiaquía es la intolerancia (no llega a ser una alergia) al gluten de trigo, cebada y centeno y, por tanto, a todos los alimentos que la contienen en mayor o menor medida. Esta intolerancia de base genética provoca la inflamación intestinal que a su vez deriva en otros problemas como vómitos o diarrea.
Temas relacionados
¿A quién afecta la celiaquía?
Se calcula que la celiaquía afecta al 1% de la población, teniendo el doble de posibilidades e padecerse en el caso de las mujeres. No existe un patrón fijo en el desarrollo de la enfermedad, por lo que mucha gente no la desarrolla hasta la adolescencia o incluso más tarde.
Los síntomas son también tan diversos que se estima que el 75% de las personas que la padece no está debidamente diagnosticada con esta enfermedad.
Síntomas de un niño celíaco
Al no tener una edad concreta de aparición puede ser difícil determinar la enfermedad a simple vista. En el caso de los niños que todavía son pequeños y no saben hablar o se expresan con dificultad debemos ser especialmente vigilantes para intentar captar todas las señales que nos mandan nuestros hijos.
La celiaquía puede manifestarse en el niño o no dar síntomas hasta la adolescencia
Si el bebé ha desarrollado la enfermedad desde pequeño el diagnóstico será bastante fácil a la hora de que empiece a tomar papilas, generalmente ricas en gluten. Si el niño es celíaco detectaremos rápidamente su intolerancia a este tipo de alimentos.
Estos son los síntomas más frecuentes que pueden indicar que estamos ante un niño celíaco:
- Diarreas frecuentes, con mal olor o espesas
- Vómitos
- Enfermedades relacionadas con el peso como la pérdida de peso o la anorexia
- Astenia : la sensación de cansancio y fatigo
- Problemas en el crecimiento del niño
- Retraso en el crecimiento: el niño mide y crece más despacio que sus compañeros
- Distensión abdominal
- Cambios en el carácter: niño introvertido con sus amigos
- Trastornos en el comportamiento como la dislexia, la hiperactividad e incluso el autismo
- Leucopenia: disminución del número de leucocitos
- Coagulopatías: problemas en la coagulación de la sangre
- Trombocitosis: el aumento de plaquetas en la sangre
- Defectos en los dientes y el esmalte dental
Diagnóstico y tratamiento de un niño celíaco
Si notas que tu hijo padece alguno de estos síntomas es recomendables que acudas al médico y le transmitas tus sospechas. La forma inequívoca de diagnosticar una enfermedad celíaca es realizando una biopsia intestinal, es decir, extraer una pequeña muestra del tejido intestinal y comprobar si está dañado tras consumir gluten.
Es muy importante que acudas al médico y no actúes por tu cuenta retirando el gluten de la dieta antes del diagnóstico definitivo que debe realizar un especialista. Si retiras el gluten antes de llevar a cabo las pertinentes pruebas retrasarás el diagnóstico de la enfermedad lo que acabará perjudicando la salud de tu hijo.
La celiaquía es una enfermedad crónica cuya única cura consiste en llevar a cabo una dieta sin gluten durante toda la vida. El niño celíaco podrá comer carnes, pescados, verturas, frutas e incluso cereales que no contengan gluten. Cada día existe más consciencia de la celiaquía en la sociedad y tanto en los supermercados como en los restaurantes se suele indicar qué comidas son libres de gluten.