A lo largo de nuestra vida nos encontramos con diferentes golpes o imprevistos que pueden hacernos daño y que, de alguna manera u otra, tenemos que superar. Uno de esos momentos es cuando nos enfrentamos a la muerte de alguien y, por tanto, a todo el proceso de duelo que hay que llevar. También hay que destacar que para unas personas es más difícil que otras llegar a recuperarse. Por eso, es importante pedir o buscar ayuda, tanto en personas como de otras maneras. Por eso, desde Bekia te vamos a contar cómo superar el duelo según el Método Montessori, una técnica que puede ayudar a adultos y, sobre todo, a niños.
¿Qué es el Método Montessori?
El método Montessori debe su nombre a su ideadora, la educadora y médico María Montessori. Fue a finales del siglo XIX y principios del XX cuando esta italiana creó este método educativo, tras trabajar con niños pobres y con problemas de discapacidad en Roma. Su libro, el Método Montessori se publicó en el año 1912.
En concreto, Montessori se interesó siempre por niños que se encontraban en situación de exclusión en la sociedad para aplicar su metodología y ver los cambios que iban logrando. Por tanto, con esta aplicación, la educadora se dio cuenta de que se podía aplicar a todos los niños para ayudarles en su desarrollo personal, físico y social, independencia y libertad.
Por tanto, el Método Montessori se puede definir como una técnica que pone el énfasis en la actividad dirigida por el niño y en la observación clínica por parte del maestro. Por tanto, observando esto se puede adaptar el entorno de aprendizaje del niño a su nivel de desarrollo.
Lo que pretende este método es lograr que el niño se desarrolle de forma integral, lo que significa que tiene que lograr el máximo grado posible en sus capacidades intelectuales, físicas y psíquicas. Y es que, tal y como afirmó María Montessori la escuela no es «un lugar donde el maestro transmite conocimientos», sino «un lugar donde la inteligencia y la parte psíquica del niño se desarrollará a través de un trabajo libre con material didáctico especializado».
Niveles del Método Montessori
Antes de nada, hay que explicar que Montessori distinguió hasta cuatro periodos o niveles diferentes en el desarrollo humano y, por tanto, cuatro enfoques educativos diferentes o específicos para cada periodo.
En este sentido, el primer nivel abarca desde el nacimiento del niño hasta los 6 años; el segundo, desde los 6 a los 12 años; el tercero desde los 12 hasta la mayoría de edad, los 18 años; y el último nivel va desde los 18 años hasta los 24. Cada uno tiene sus características, sus formas de aprendizaje y diferentes imperativos de desarrollo activo. Por tanto, superar el duelo será diferente para cada uno de los niveles.
Cómo superar el duelo según el Método Montessori
Como ya hemos señalado, superar una situación complicada o dolorosa no es nada fácil. No lo es para los adultos, porque ni siquiera nosotros estamos preparados para ello, por lo que para los niños todavía es más complicado. Por eso, es importante que tengamos la edad que tengamos nos ayudemos de todo lo posible para hacerlo "más fácil".
Según el Método Montessori, hay que entender y presentar a la muerte como algo tangible. Esta es la primera premisa que hay que entender para poder superar el duelo de la mejor forma posible. Lo que se pretende con esto es que el niño vaya entendiendo desde algo concreto, algo que es capaz de visualizar, hasta algo más abstracto, de manera que establezca conexiones.
Por tanto, al presentar a la muerte como algo tangible, el niño la estará viendo con una forma y un color concreto. Es decir, se le presenta la muerte como algo que casi casi puede tocar. A partir de ese momento, se avanzará hacia una idea más abstracta, menos concreta. Para ello tendrá que ir desarrollando un proceso de adaptación y conocimiento interior.
Un enfoque sincero y más real de la muerte
Hasta aquí podemos decir que la muerte, algo abstracto, ha sido presentada como algo tangible, aunque así no es en realidad. Por eso, el Método Montessori también nos dice que no debemos dejar de lado un enfoque más sincero y verdadero, también importante para que el niño pueda entenderlo y superarlo.
En este punto, también hay que entender que, aunque tengamos que ser realistas para que el niño lo entienda, no podemos serlo de una manera fría o con falta de sensibilidad. Por tanto, se trata de no asustar al niño, pero de ser sinceros y cercanos a la hora de tratar la muerte para obtener un mejor resultado a la hora de que lo entienda y lo supere.
Uno de los grandes objetivos es que el niño no desarrolle una sensación de miedo, dolor e, incluso, confusión. Por eso, hay que ir de nuevo de lo más concreto a lo abstracto, pero diciéndoselo cómo es realmente, aunque de una manera adaptada paran niños.
También hay que estar preparados para las preguntas que puedan hacernos los niños, ya que es posible que otras personas le hayan tratado de explicar o le hayan hablado de la muerte. Por tanto, también hay que explicarle las diferentes formas que la gente tiene de afrontar la muerte o la pérdida de un ser querido.
Puntos clave para superar la muerte
Una vez que te hemos expresado toda la explicación para superar el duelo según el Método Montessori, vamos a resumirlo haciendo hincapié en los puntos fundamentales que debes seguir a modo de conclusión para que sea más sencillo seguirlo:
- El niño debe ver la muerte como algo tangible, con color y forma.
- A partir de ahí, llevará un proceso interior e irá entendiéndola como algo más abstracto.
- Se le debe hablar al niño desde la sinceridad y realidad, sin dejar de lado que es un niño y que hay que tener tacto con él.
- Importante hablarle de forma cercana para que no cree inseguridades y miedos.
- También hay que hacerle entender que cada persona puede afrontar la muerte de una manera diferente.
- Después de la muerte, hay que explicarle que hay un proceso de duelo que también hay que superar.
En definitiva, hay que intentar expresar que, aunque la muerte duela, no tiene que ser un proceso tan horrible y largo como la gente puede hacer entender, sino que hay que aceptar la muerte y superarla lo antes posible.