Una de las cuestiones más difíciles para las madres primerizas será, no sólo entender el llanto del bebé, sino también aprender a cómo aliviarlo. Este aprendizaje es esencial para la salud y la felicidad de tu bebé, ya que al nacer no sabe cómo comunicarse con nosotros, de modo que necesita llorar para captar nuestra atención y poder así recibir la ayuda que necesita por nuestra parte.
El llanto del bebé puede ser causado por motivos muy diversos, puede ser que tenga hambre, sueño, se sienta sucio o tenga algún dolor. De modo que, una vez sabemos identificar porqué llora podremos aliviar el llanto dándole el pecho, acostándolo, cambiándole el pañal o acudiendo al médico en el caso de que sea necesario.
En Bekia te contamos algunas de las técnicas esenciales para que puedas calmar el llanto del bebé, garantizando así su mejor salud y comodidad.
Cuando el bebé tiene hambre
Normalmente las madres lo primero que hacen al oír el bebé llorar es asegurarse de que le han dado de comer cuando tocaba. Quizás se te haya olvidado o el bebé no haya tomado tanta leche como le sería necesario y llora para hacerte saber que tiene hambre, aunque todavía no hayan pasado las horas exactas entre alimentaciones.
Por lo tanto, invítale a amamantarse para calmar el llanto del bebé. Intenta no ponerte nerviosa, deja que se tome su tiempo y encuentre el pecho para poder alimentarse de una manera natural. Si estás en un lugar donde hay mucha gente o ruido extremo intenta encontrar una zona donde estéis más resguardados, así se sentirá más cómodo y tranquilo. Debes también tener en cuenta otros factores como los olores y tu estado anímico, ya que el bebé será muy sensible a todos ellos y eso hará que le cueste más empezar a mamar o que lo haga durante menos tiempo, por lo que a los pocos minutos volverá a llorar pidiendo el pecho de nuevo.
Cuando el recién nacido llora porque tiene hambre, una vez se haya alimentado, dejará de llorar y no volverá a llorar por el mismo motivo hasta que vuelva a tener hambre.
Cuando necesita que le cambies el pañal
Como el recién nacido no tiene aún la capacidad de comunicarse a través del habla te pedirá las cosas a través del llanto, aunque muchas veces ni él mismo sea consciente de ello. Por eso, cuando oigas al bebé llorar y sepas que está recién alimentado, o hace recientemente poco que ha comido lo suficiente, deberemos comprobar que el pañal no huela o que no esté manchado. Eso es porque aunque no haya hecho de vientre, quizás tiene un pis que le hace sentir mojado e incómodo.
Es muy importante que respetemos el proceso completo del cambiado del pañal y lo repitamos todas las veces que sean necesarias. Si no se lo cambiamos a menudo se le puede irritar el culete y hacer que se sienta todavía más incómodo, siendo incapaces así de aliviar el llanto del bebé.
Por lo tanto, le quitaremos el pañal sucio, le limpiaremos bien toda la zona con una toallita, le aplicaremos polvos de talco para que no se le irriten ni las partes ni el culo y, posteriormente, procederemos a ponerle un pañal nuevo y limpio. De este modo podremos calmar el llanto del bebé si era producido a causa de la necesidad de cambiar un pañal sucio que le hacía sentir incómodo.
Cuando tiene sueño
Otra de las razones por las cuales tu recién nacido puede llorar es debido a la necesidad de dormir. Puede que te encuentres fuera de casa y que los ruidos y olores hagan que tu bebé no pueda conciliar el sueño o que no esté durmiendo las horas necesarias. Por eso, cuando se den estos casos, si quieres aliviar el llanto del bebé deberás llevarlo a un lugar más apartado, con más silencio y libre de malos olores.
Si te encuentras en un restaurante o en un lugar público lo mejor será que pongas al recién nacido en el carrito y salgáis a dar un paseo. El cambio de aires ayudará a que se tranquilice y pueda llegar a conciliar el sueño, lo que será una buena técnica para calmar el llanto.
Sin embargo, puede que con el paseo no sea suficiente. Una excelente técnica para aliviar el llanto del bebé es cogerlo en brazos. Para los recién nacidos es muy importante estar en contacto directo con su madre, no solamente por el olor corporal que desprenden, sino también por el calor y el sentir el latido de su corazón.
Por lo tanto, cógelo en brazos cuando esté llorando y arrópalo con tus brazos. Puedes cubrirle el cuerpo con una mantita para que se sienta más arropado y pueda tranquilizarse al tenerte cerca. Aunque existe una leyenda que dice que no es bueno tener al bebé mucho rato en brazos porque así se malcría, eso no es del nada cierto. A veces el bebé solamente necesite estar cerca de su madre para tranquilizarse y conciliar así mejor el sueño.
Cuando ninguna de las técnicas mencionadas funciona
Puede ser que el recién nacido haya sido alimentado, esté con el pañal limpio y arropado por su madre en un ambiente libre de ruidos y malos olores, pero aún así siga llorando. En estos casos lo primero que debes hacer es comprobar que todo va bien, es decir, que no haga demasiado frío o demasiado calor en la habitación en la cual se encuentra, no haya nada en su cuna que pueda estar molestándole o que no está siendo constantemente abordado por otras personas.
No obstante, puede que todo esté bien en su entorno y que no podamos aliviar el llanto del bebé porque tenga algún tipo de dolor o molestia física. Recuerda que después de alimentarse puede tener un poco de reflujo, pero si llora en exceso después de comer quizás le duela el estómago, por lo que es muy importante que consultes con el médico el porqué de este llanto después de amamantarse.
Si tu bebé sigue llorando, aunque no sea solamente después de comer, deberemos siempre hablar con el pediatra con tal de que le haga una revisión. De este modo sabremos si llora para avisarnos de que le duele algo y podamos ponerle remedio lo antes posible.