Puede parecer increíble, pero el embarazo es la parte más sencilla de todo el proceso hasta conseguir ser padres. Los cambios para la mujer que está embarazada en ese momento son obvios, con lo cual para ella es relativamente más sencillo hacerse a la idea de que se va a convertir en madre; pero su pareja, ya sea otra mujer u otro hombre, no va a vivirlo en primera persona con la misma intensidad. Y el ser padres, en una pareja, es cosa de dos pese a que el embarazo solo lo viva una de las partes.
Cuando se tiene un bebé, cambian muchísimas cosas, más de las que se puedan imaginar en un primer momento. Cambian las rutinas, cambia la vida en familia, cambian las prioridades e incluso la forma de relacionarse que antes tenía la pareja; porque ahora hay una tercera persona a la que se debe tener en cuenta en absolutamente todas las decisiones. Al principio será difícil; ser padres es, por lo general, bastante complicado. Pero el resultado puede llegar a ser tan gratificante que todo el esfuerzo invertido parecerá incluso poco. Las fuerzas os flaquearán en el proceso, sobre todo durante los primeros meses, pero bastará contemplar vuestro bebé para comprender que merecerá siempre la pena.
Aún así, nunca está de más un par de consejos para todos aquellos que vais a ser padres en breve, y que no sabéis muy bien cómo llevar este proceso. Ante todo: ¡calma! Lo haréis bien. No existe el manual de ser padre por algo, y es porque cada persona, cada pareja, lo hace de una forma diferente, y todas las formas pueden ser válidas. Lo importante siempre es saber qué es lo que le conviene a vuestro bebé, sin olvidar jamás vuestras circunstancias.
Cosas materiales que necesitaréis
Lo primero es básico, y seguramente ya lo tengáis pensado, pero aún así nunca está de más recordarlo. ¿Tenéis preparadas absolutamente todas las cosas materiales que va a necesitar vuestro bebé tras el parto? Ropa, cuna, bañera, pañales, productos de aseo... Pueden parecer muchas cosas, e incluso puede parecer un lío enorme al principio, pero es precisamente para eso para lo que debéis contar con la ayuda de quien ya haya sido padre antes. Vuestros propios progenitores, algún amigo o amiga, vecinos, tíos... ¡Ellos sabrán indicaros! Y no os escandalicéis, ni intentéis hacerlo todo de una sola vez: tenéis tiempo, y no hace falta que el bebé tenga veinte pares de calcetines el primer día.
Tened en cuenta que vuestra rutina cambiará
Los días del parto y posteriores serán una locura para vosotros, porque abandonaréis completamente vuestro hogar para ser padres en el hospital. Y aunque pueda parecer lo contrario, no será en este punto en el que realmente notaréis los cambios, porque al estar fuera de vuestro hogar os parecerá, sencillamente, un cambio de unos días. Será cuando volváis a casa siendo tres que comprenderéis hasta qué punto ha cambiado todo.
Respirad, relajaos y disfrutad del momento. Id haciéndoos a la idea de que, a partir del parto, toda vuestra vida cambiará, y no olvidéis tampoco que los cambios no serán para mal. Quizás durmáis menos horas durante unas semanas (o meses, o años), pero también escucharéis risas y carcajadas en vuestras casas que hasta ese momento jamás habían estado. ¡Os merecerá la pena!
Hablad, hablad y hablad
En momentos como este, de tensión y cambios, es necesario que, más que nunca, la pareja se comunique y se cuente absolutamente todo. De nada os sirve enfadaros por algo y no soltarlo, o sentiros molestos por algún detalle y guardarlo en lugar de contarlo. Solo hará que la bola de nieve sea cada vez más grande; y en momentos de estrés, las bolas de nieve pueden volverse tan gigantescas que acabarán derribando hasta los cimientos de vuestro hogar.
Hablad antes del parto, durante el embarazo, de todo lo que esperáis del bebé, de lo que pensáis que supondrá en vuestra vida. Hablad una vez llegue vuestro bebé al mundo de cómo eso os afecta, de hasta qué punto habéis cambiado, y recordad, siempre, que elegisteis estar juntos incluso antes de la llegada de vuestro hijo. Que vuestro amor jamás ha dependido de una tercera persona, aunque ahora esta esté con vosotros.
Y descansad de vez en cuando
Ser padres es algo que durará absolutamente toda la vida, con lo cual es importante que sepáis descansar también de esta labor. No pasa nada si dejáis un día a vuestro hijo con un familiar o amigo para tomar una cerveza a solas, o para ir al cine; vuestro hijo lo comprenderá a la perfección. Y no pasa nada si queréis salir de casa a solas alguna vez, y retomar todas esas amistades. ¡Está bien ser algo más que padres, pese a que tengáis hijos!