El uso de los antibióticos en los niños nunca ha sido bueno y son totalmente desaconsejados por los propios pediatras. Sin embargo a día de hoy, todavía hay algunos casos en los que se siguen recetando tales medicamentos. Los antibióticos solo se pueden usar a la hora de tratar diversas infecciones bacterianas. El problema es que el uso excesivo de los mismos ha provocado que se hayan vuelto menos eficaces a la hora de terminar con tales infecciones. Entonces surge la pregunta, ¿son necesarios y eficaces para los niños?
Cómo actúan los antibióticos
La mayoría de las enfermedades suelen estar causadas por bacterias y por virus. Los antibióticos son eficaces frente a las bacterias pero no contra los virus. Los niños pequeños de hasta tres años de edad se están desarrollando y la acción de los antibióticos puede ser realmente dañina para tal desarrollo. Es por ello que los pediatras son verdaderamente reacios a la hora de tratar diversas enfermedades mediante el uso de antibióticos. Lo mejor es iniciar un tratamiento libre de antibióticos y acudir a los mismos solo en el caso de que sea absolutamente necesario como puede ser ante un estado febril demasiado alto, procesos de neumonía o ante una otitis severa.
Cuándo hay que recetar antibióticos
Infecciones originadas y causadas por virus como es el caso de dolores de garganta, tos o catarros no pueden ser tratadas con antibióticos ya que resultan totalmente ineficaces a la hora de terminar con dichos virus. Sin embargo en el caso de afecciones tales como la tos ferina, neumonía o una faringitis los antibióticos pueden ser totalmente eficaces debido a que las mismas están causadas por bacterias. En tales casos es totalmente comprensible que el pediatra termine por recetar ciertos antibióticos.
Efectos secundarios de los antibióticos
Como ocurre con cualquier tipo de medicamento, los antibióticos suelen tener ciertos efectos secundarios que hay que tener en cuenta:
- El uso habitual y frecuente de los antibióticos puede provocar que las bacterias que causan la infección se hagan inmunes. Ante ello solo quedará el aumentar la dosis aunque ello provoque que las defensas del niño se debiliten más de la cuenta.
- Además de ello, los antibióticos pueden hacer que el niño tenga problemas estomacales como diarrea o reacciones alérgicas que le provoquen manchas o erupciones en la piel. Ante ello se aconseja el acudir lo más rápido posible al médico.
Cómo usar los antibióticos en los niños
Si el pediatra accede a suministrar antibióticos a tu hijo pequeño es muy importante el seguir el tratamiento al pie de la letra y dar las dosis justas en cada momento sin pasarse en las mismas. Hay que recordar que los antibióticos no hacen efecto al momento y tardan un tiempo en empezar a funcionar. Es por ello que los padres deben tener la mayor paciencia posible ya que aunque el pequeño no muestre una gran mejoría los primeros días del tratamiento, los antibióticos estarán actuando contra la infección. Es por ello que el tratamiento suele durar al menos unas dos semanas para que la infección desaparezca por completo.
Una vez el niño se haya recuperado por completo, hay que desechar los antibióticos que hayan sobrado ya que no son eficaces ante una futura enfermedad del pequeño. Si más adelante tu hijo vuelve a estar malo debido a un proceso vírico, debes llevarlo al médico para sopesar o no si de verdad necesita el uso de antibióticos.
Como has podido ver, existe una gran controversia a la hora de recetar antibióticos a los más pequeños de la casa. Siempre es mucho mejor el optar por otros medios mucho menos dañinos antes de acudir a la ingesta de dichos antibióticos.