Hay un amplio repertorio de profesionales que rodean a una mujer cuando se queda embarazada: matronas, enfermeras, doulas, obstetras,... y todos con una formación indiscutible. Sin embargo, hoy nos centraremos en una de las profesiones más antiguas del mundo, la profesión de matrona, que con 6 años o más de dedicación muchas veces no se les da el reconocimiento que se merecen. La matrona o matrón es la persona que se encarga de asistir a las mujeres durante el parto. Incluye tanto la atención primaria dentro de los centros de salud y domicilio, tanto como la atención especializada. Las encontramos en el ámbito público y privado.
Las matronas o matrones son enfermeros obtétrico-ginecológicos que han hecho la carrera de enfermeria y después han tenido que superar unas duras oposiciones (EIR) con muy pocas plazas por convocatoria. Tras conseguir plaza, todavía tienen que seguir preparándose pasando 2 años como residente interno.
Sin embargo, a veces se confunde la figura de la matrona con la figura de la doula. La principal diferencia es que las doulas son personas que acompañan a la parturienta durante todo el embarazo, las acompaña en casa, las asisten y asesoran en todo momento, no tienen una formación reglada como las matronas pero se dedican a llenar ese vacío que a veces las matronas dejan, ya que estas últimas están más vinculadas al ámbito hospitalario. Aunque cada vez más, encontramos a matronas en el ámbito privado comprometidas a asistir a la mujer también en su vida privada, durante el embarazo.
Funciones de la matrona
1) Atiende a la mujer embarazada. Las comadronas no se encuentran solo en el ámbito hospitalario, si no que puede acompañar a la mujer durante el proceso del parto, la guía, asesora, le apoya emocionalmente... Básicamente la prepara para cada una de las etapas del parto.
2) Da cursos de preparación al parto. Son las que principalmente se encargan de dar este tipo de clases. Enseña a las mujeres y las preparan para asegurar un embarazo exitoso. También (y al igual que las doulas) asesoran a la mujer y resuelve sus dudas. Por eso, es recomendable ponerse en contacto con una incluso antes del embarazo porque nos puede ayudar a planificarlo y recomendarnos los productos y alimentos que nos aporten los nutrientes necesarios para tener un embarazo sano. Las comadronas nos hacen conscientes de que aspectos de nuestra vida diaria tendremos que cambiar o parar (bajar nuestro nivel de actividad, tomar más ácido fólico, dejar de tomar alcohol y fumar, etc).
3) Acompañan durante el parto. Después de una especialización en ginecología obstreticia están preparadas para apoyar durante todo el proceso del parto, así como para prevenir posibles problemas. Básicamente, las comadronas intentan que el parto sea lo más natural posible y si ve que algo no marcha bien se encarga de llamar al ginecólogo para evitar una situación de riesgo. Ambos se complementan y trabajan en equipo. Llevarán a la mujer al paritorio cuando la dilatación sea suficiente y las asisten, a veces también son ellas las que suturan la episiotomía (corte realizado en el periné con el fin de facilitar la expulsión del bebé).
4) Asiste al bebé. Una vez que el pequeño ya ha nacido la matrona se encarga de atenderle adecuadamente de forma que a cualquier signo de que algo no marcha bien actúa con rapidez y se encarga de que recibe los cuidados adecuados.
5) Mejora la adaptación de la nueva familia. Tras el parto a una madre siempre le surgen miles de dudas, sobre todo cuando se trata del primer hijo porque la incertidumbre hace que los padres se sientan más inseguros sobre si están haciendo las cosas bien: preguntas sobre la lactancia, la recuperación del suelo pélvico, mejorar el vínculo con el bebé, como realizar adecuadamente las curas para la herida del cordón umbilical, etc. La matrona se encarga de resolverlas y de asesorar a los nuevos padres mediante visitas domiciliarias o acudiendo ellos a consulta.
La comadrona también hace un seguimiento de la mujer para comprobar que el útero se recupera adecuadamente y que los senos están en buen estado para la lactancia. Elaborará un plan de recuperación especializado para la familia en cuestión con el fin de que se adapte al tipo de parto y necesidades del bebé y de la madre.
6) Realizar citologías y otros exámenes rutinarios. Aunque muchas mujeres no se benefician de esta función las matronas también están capacitadas para realizar atenciones ginecológicas en las mujeres sanas. Les enseña a hacerse autoexploraciones con el fin de detectar a tiempo un posible cáncer mamario y también sobre que cuidados se deben tener para evitar alteraciones en el suelo pélvico.
7) Asesoramiento adolescente. Por último pero no menos importante, la comadrona promueve las conductas de salud especialmente en adolescentes y jóvenes, rompiendo mitos y otras leyendas urbanas sexuales. En los centros de salud, muchas están al cargo de planificación familiar donde informan a las jóvenes sobre todo lo relacionado con su cuerpo y como protegerse ante posibles enfermedades.
Como pedir consulta
Incluso antes del embarazo deberías pedir una cita porque te ayudarán a aumentar las posibilidades de concebir. Te dirá si necesitas algún tipo de suplemento y las conductas saludables que debes de realizar.
Puedes acudir a una comadrona privada o pública. Si acudes a una privada ellas te acompañarán durante la fase de dilatación del parto y controlando la medicación en caso de que la hubiera. Sin embargo, en la fase de expulsión es el tocólogo el que se encarga del proceso.
Dentro de la sanidad pública seguramente te asignarán a más de una matrona. Una con la que acudirás a consulta regularmente y que hará el seguimiento de tu embarazo y otra que será la que te asista en el parto y que dependerá de las guardias, como no se puede controlar el momento del parto sería mucha casualidad que te tocase la misma matrona. Durante el alumbramiento la matrona pública será la que se encargue de todas las fases a no ser que haya un posible problema. En ese caso será el tocólogo quien asista el parto.