La prueba que se realiza durante el embarazo del triple screening es de rastreo y nos sirve para saber si nuestro feto tiene buenas condiciones genéticas, y detectar si este presenta algún tipo de alteración. Se trata de un análisis al que tienen que ser sometidas todas las mujeres embarazadas. Simplemente es un triple test que mide las probabilidades de que el hijo que esperamos padezca Síndrome de Down o de Edwards entre otros.
Como he dicho anteriormente se trata de un análisis de sangre, por lo que no es una prueba invasiva, es decir, que no se penetra en el interior del útero de la madre. Por lo que no temas porque en esta prueba no se pone ni en riesgo tu salud ni la de tu futuro bebé.
Este test también consiste en una ecografía que se debe de realizar entre las
semanas 11 y 13 de embarazo
¿En qué consiste el triple screening?
El nombre de triple screening viene de la valoración de 3 marcadores bioquímicos, principalmente, el PAPP-A, beta-HCG libre y el estriol libre. Con el nivel que nos proporcionen estos índicadores se comparan con los resultados obtenidos en la ecografía que mide la traslucencia nucal y además con los datos asociados a la edad, raza , peso... y más factores de la madre.
¿Cuáles son los valores normales de esta prueba?
Esta comparativa es la que finalmente nos da los resultados de si nuestro feto padece una anomalía cromosómica o no. La forma en la que el médico nos dará el resultado de esta prueba será es mayor o igual de 1/250, esto significa que nuestro feto tiene probabilidades de padecer este tipo de anomalía cromosómica, más concretamente la trisomía 21 ( Síndrome de Down (, y ya no estarían considerados valores normales. Por lo que es necesario que se realicen otro tipo de pruebas como amniocentesis o una biopsia corial para confirmar el resultado.
Por otra parte, los valores para saber si nuestro bebé padece el Síndrome de Edwards se mide a partir de 1/100, cuando los valores se encuentran por encima de este se consideran unos valores normales, es decir, que hay bajo riesgo, en cambio si se encuentra por debajo, estos ya no se consideran valores normales y se trataría de un embarazo de alto riesgo.
Ante todo hay que destacar que no se trata de una prueba concluyente, ya que no es del todo fiable, y es que muchas veces puede dar positiva, es decir, que el feto sí que tiene una malformación y en realidad no la tiene, al igual que puede salir negativa y que nuestro feto sí que presente una anomalía.
Los valores de esta prueba se miden en MoM que esto significa múltiplos de la mediana, y los valores normales son los que se sitúan entre los 0,5 y 2,5 MoM, pero el valor normal de los diferentes marcadores es el 1, por lo que cuanto más alejado este nuestro resultado del 1 peor. Si los resultados albergan riesgo de que nuestro hijo pueda poseer alguna anomalía cromosómica es necesario realizar otras pruebas como bien puede ser la amniocentesis o una biopsia corial.
¿Quiénes deben realizarse este test?
Esta prueba deben realizársela todas las mujeres que presenten un embarazo de riesgo. Dentro de esta categoría estarían las que se han quedado embarazadas y tienen una edad superior a los 35 años, que dentro de nuestra familia haya algún miembro con Síndrome de Down o si hemos tenido otro embarazo y nuestro hijo haya nacido con alguna anomalía cromosómica.
También deberás someterte a esta prueba si has tenido repetidas veces abortos o si el hijo que has tenido anteriormente ha nacido con alguna alteración genética. Y es que aunque hemos mencionado que todas las mujeres con embarazo de alto riesgo deben someterse a este análisis también lo deben hacer las de bajo riesgo.
¿En qué semana hay que hacérsela?
El triple screening debe realizarse durante el primer trimestre del embarazo, más concretamente, entre la semana de la 10 a la 13, aunque también se puede hacer en el segundo trimestre de gestación durante la semana 15 y 18, aunque la sensibilidad es menor que durante el primer trimestre. Aún así la prueba se puede realizar hasta la semana 20 de embarazo.