La paciencia brilla por su ausencia en los niños pequeños, y esto es totalmente normal. Los niños son impulsivos e impacientes por naturaleza. Es necesario que los padres recuerden que la paciencia no se enseña en un día, se necesita también paciencia para poder enseñarla. La gratificación tardía y la paciencia no se suelen utilizar muy a menudo, pero es necesaria para poder tener una vida plena.
Cuando se le pide a los niños que hagan cosas por y para ellos, si están cansados o no se sienten muy motivados, es posible que se nieguen o lloriqueen para mostrar su negativa. Cuando un niño se niega a una orden de sus padres, estos, pueden sentirse frustrados y enfadados, por lo que en ocasiones, estos sentimientos salen en forma de gritos o malos modos... Y la paciencia, brilla por su ausencia, pero esta vez, de mano de los adultos.
Enseñar a los niños a esperar es todo un desafío que muchos padres pueden sentirse reticentes a conseguir. Aunque es difícil conseguirlo, merece la pena el esfuerzo cuando se ve esta valiosa habilidad adquirida en los niños, y te das cuenta de que gracias a ti, los niños han aprendido lo que es y cómo tener paciencia, algo tan valiosos para su futuro.
Los beneficios de la paciencia
Que enseñes a tus hijos a tener paciencia es saludable para ellos por muchas cosas, descubre algunos motivos por los que debes empezar a enseñar paciencia a tus hijos desde hoy mismo:
-Esperar el turno en los juegos
-Esperar el turno en las conversaciones
-Pensar antes de actuar o hablar
-Resistir a las presiones sociales
-Resolver problemas sin ser superado por la frustración
-Ser disciplinado y tener buenos modales
-Saber estudiar mejor y esperar buenos resultados al esforzarse
-Centrarse en una tarea hasta que se completa
-Ser amable con los demás en lugar de caer en la ira o las rabietas
Cómo enseñar la paciencia a los hijos
1- Eres su mejor ejemplo
Practica paciencia en tu propia vida de forma deliberada y cuéntales a tus hijos cómo lo estás consiguiendo igual que ellos. Muéstrales a tus hijos que eres paciente (también con ellos) y ellos aprenderán a serlo.
2- Oportunidades para practicar la paciencia
La paciencia para poder aprenderla, hay que practicarla. Por eso es importante proporcionar a los niños oportunidades para aprender paciencia. Por ejemplo, si tienen que esperar en algún sitio pueden hacerlo mientras cantan una canción para sí mismos o jugando con sus dedos. También pueden tener una pequeña libreta para escribir cuando se tiene que esperar en la consulta del médico, por ejemplo.
También aprenderán que el periodo de espera siempre es finito; siempre tiene un comienzo y un final. Si te dice que se aburre, dile que eso no es malo, solo debe encontrar la forma de no hacerlo.
Actúa como si creyeras que tus hijos pueden controlarse
Le puedes decir que te muestre cómo espera con una cara de felicidad. Explícales de forma amorosa que la espera hace que se consigan cosas buenas, y si le refuerzas positivamente el buen comportamiento en la espera, la paciencia aparecerá casi por arte de magia. Los franceses dicen que se necesita amor y frustración para que el niño se construya a sí mismo. Si les damos amor sin límites internos o restricciones, ¡pronto se convertirán en pequeños tiranos!
Respira y baja el ritmo
Si tu hijo te pide algo, no se lo des inmediatamente, dile que se esperes 5 minutos hasta que acabes tu tarea. Ten expectativas razonables con tu hijo... No esperes por ejemplo, que tu hijo pequeño se quede sentado durante toda una obra de teatro. La paciencia con tu hijo se debe trabajar poco a poco y así es como se irán consiguiendo mejores resultados. Es un proyecto a largo plazo que no se puede alcanzar en un día, pero paso a paso... ¡se recorre una maratón entera!