Cambiar un pañal no es una tarea fácil, el niño se mueve mucho o está incomodo y hay que hacer malabares para acabar poniéndole el pañal sin que haya ningún percance. Poner un pañal y limpiar a un bebé se aprende con la práctica.
Aunque al principio siempre costará un poco y ocurra algún accidente como una mala colocación del pañal o alguna salpicadura de pis, es normal y no os preocupéis. Cambiar pañales es algo que vais a hacer durante muchos meses, así que tenéis tiempo de arreglar los errores.
Lo ideal es que hayamos ido cogiendo practicas con los sobrinos o con hermanos pequeños, pero si no ha sido así, aquí os dejamos unos pequeños trucos para que os volváis unos padres y madres expertos a la hora de cambiar los pañales a vuestro bebé.
1. Lávate y caliéntate las manos
Debemos lavarnos las manos ya que se va a entrar en contacto con zonas sensibles, propensas a una infección, además si hemos estado trabajando o estamos en la calle es lo más higiénico.
Después de lavarse las manos, frótalas antes de tocar al bebé, ya que el cambio de temperatura o tocarlo con las manos muy frías puede incomodarlo y hacerlo llorar.
Deberemos intentar que nuestro bebé esté lo más cómodo posible durante todos los momentos en los que vamos a cambiar pañales.
2. Tener cuidado con el cordón umbilical en los recién nacidos
Aunque esto ocurre solo en los recién nacidos, es algo con lo que hay que tener mucho cuidado. Es bastante importante que el cordón no se ensucie con la orina ni las heces ya que podríamos provocar una infección de ombligo u onfalitis.
Incluso, aunque ya se haya caído el cordón deberemos seguir teniendo cuidado hasta que este cicatrice ya que sigue habiendo riesgo de infección, sobre todo al cambiar pañales.
Existen pañales especiales que proteger el cordón umbilical, pero son más costosos y tampoco resultan muy necesarios. Si tenemos cuidado, sujetamos bien el pañal y lo situamos por debajo del cordón, podremos seguir utilizando los pañales normales.
3. Limpia de delante a atrás
Para limpiar al bebé deberemos levantar las piernas de este y proceder a limpiar su piel con algodón húmedo o toallitas húmedas.
Es importante, sobre todo en las niñas, limpiar de la vagina al ano. Así evitaremos que las bacterias del ano se depositen en la vagina y produzcan infecciones.
Luego se limpiarán los pliegues que se forman entre los muslos y las nalgas para evitar que haya restos de heces u orina. Hay que evitar, muy importante también en las niñas, que las heces se alojen en la parte delantera, ya que si es líquida puede que queden restos. Por eso los bebés necesitan una limpieza muy delicada.
4. No apliques mucha cantidad de crema
Que apliquemos mucha cantidad de crema no significará que nuestro bebé estará mejor protegido. Al contrario, si aplicamos mucha crema protectora esto incomodará a nuestro hijo y además hará que la crema tarde más en secarse por lo que estará menos protegido.
Recuerda que la crema protectora sirve para aislar la piel de la humedad que produce el pañal mojado alrededor del ano y la entrepierna que es donde se producen las rozaduras.
5. Evita la dermatitis
Lo mejor para evitarlo es cambiar al niño con frecuencia, ya que los recién nacidos suelen necesitar muchos cambios de pañal. También es bueno dejar al bebé sin en pañal durante algunos ratos para que la zona se airee y se quede seca. Esto también nos ayudará a coger practica en el arte de cambiar pañales.
Si es demasiado tarde y nuestro bebé ya sufre de rozaduras por el pañal lo mejor es lavarle con agua y algodón, las toallitas no ayudarán pues le provocarán más irritación.
6. Cubre al bebé mientras los cambias
Es recurrente que con el cambio de temperatura, con la exposición de aire o el contacto con las toallitas húmedas, los bebés orinen mientras se les está cambiando el pañal.
Ante esto, es mejor prevenir que curar. Si estamos ante una niña lo mejor es proteger la parte de abajo, mientras que si es un niño es ideal cubrirles el pene con otro pañal limpio mientras lo cambiamos ya que si no este puede salir disparado y manchar todo lo que le rodea.
7. Ten cuidado con las tiras elásticas del pañal
Todos los pañales actuales suelen tener una tira elástica que cierra el pañal por delante. Estas tiras elásticas permiten que podamos fijar más o menos el cierre del pañal, pero debemos de tener cuidado de apretar demasiado y provocar malestar y rozamientos innecesarios en el bebé.
Lo ideal es dejar suficiente holgura y que podamos cambiar al bebé de postura sin que el pañal le moleste ni le apriete.
Otras veces aunque el bebé quepa en el pañal, si está molesto o tiene rozaduras puede que necesite una talla más. Si el peso del bebé está llegando al límite de peso o todavía le falta pero se siente molesto, lo mejor es comprar la siguiente talla.
Pero por otro lado, si compramos pañales de tallas más grandes puede que las deposiciones del bebé salgan del pañal.
8. Conviértelo en un momento de juego
Si tu bebé es de aquellos de los que odian que les cambien el pañal, llora, se retuerce, no quiere que lo tumbes, etc. Ante esto lo mejor es intentar que ese momento que para ellos es desagradable se convierta en un momento de relax o de juego.
Para ello podemos tener unos juguetes que solo utilizamos cuando vayamos a cambiar pañales, lo ideal es tener algo que les distraiga y les de confianza. También podemos incluirlo en la dinámica del cambio, comentarle lo que vamos haciendo, intentando que coja un pañal, lo vea y se familiarice.
Al principio será difícil pero lo ideal es crear de esta rutina un momento especial para el niño y los padres, un momento para dar masajes a nuestro bebé y darle cariño antes de colocarle el pañal limpio, sobre todo para hacer que el bebé se sienta menos inseguro e irritado.