La varicela es una infección vírica que genera la aparición de unas ampollas que producen mucho picor. Antes de que el sarpullido aparezca se dan síntomas como fiebre, dolor de cabeza y de estómago. Un niño promedio puede llegar a presentar entre 250 y 500 ampollas, que aparecen primero en la cara, cuerpo cabelludo o en la parte media del cuerpo. No suelen dejar marcas posteriores, aunque es recomendable no rascarlas para no generar infecciones.
El virus que la produce es el mismo que causa el herpes zoster, también llamado culebrilla, en los adultos. Sin embargo, la varicela suele ser más habitual en los niños, sobre todo en los menores de diez años. Se contagia muy fácilmente, al estar en contacto con las ampollas o a través de la tos o el estornudo de la persona infectada. Uno puede contagiar incluso uno o dos días antes de que las ampollas aparezcan y sigue siendo contagioso hasta que todas las ampollas formen costra.
La enfermedad es normalmente de carácter leve, aunque en un bebé, niños muy pequeños o en los adultos pueden darse más complicaciones.
Tratamiento de la varicela
El tratamiento se basa en mantener al paciente lo más cómodo posible, porque los antivirales no suelen administrarse, especialmente si el paciente es un bebé un niño de corta edad. En cualquier caso, no debe administrarse ácido acetilsalicílico (aspirina) ni ibuprofeno, pues pueden producir complicaciones secundarias más graves.
Algunas sugerencias para dar alivio durante los días de enfermedad son las siguientes:
- Evitar rascarse. Es recomendable mantener las uñas muy cortas o, en niños muy pequeños, ponerles guantes o manoplas.
- Utilizar ropa ligera.
- Evitar lugares húmedos y el calor.
- Tomar baños de agua tibia e intentar mantener fresca la piel.
Los cambios en la administración de la vacuna contra la varicela
La vacuna contra la varicela existe desde hace mucho tiempo, aunque en nuestro país ha habido ciertos cambios recientes en cuanto a su administración.
La vacuna estará disponible para niños entre 12 y 14 meses a partir de enero del 2016, y al cumplir los dos o tres años, recibirán una vacuna de refuerzo. Esta medida se llevará acabo tras el reciente acuerdo entre el Ministerio de Sanidad y las Comunidades Autónomas en la reunión del Consejo Interterritorial de Sistema Nacional de Salud (SNS).
Hasta ahora, según el calendario vacunal, esta vacuna se ponía a los niños y niñas a los 12 años. Sin embargo, la Asociación Española de Pediatría (AEP) recomendaba desde hace tiempo que esta vacuna se administrase en edades precoces, dada la mayor prevalencia en niños menores de 10 años. Mientras esta antiguo calendario estaba en vigor, la vacuna estaba disponible en las farmacias para aquellos que la quisieran solicitar de manera privada. Sin embargo, la última medida, tomada a mediados del 2013 por la anterior Ministra de Sanidad Ana Mato, había sido retirar de las farmacias la venta de esta vacuna. Las familias que querían hacerse con la vacuna debían trasladarse a países como Francia, Andorra o Portugal para conseguirla. Además, algunos estudios confirmaban que desde que se tomara esta medida, los casos de varicela en niños habían aumentado.
La polémica ahora está en l a forma y el momento de tomar la decisión actual de incluir la vacuna de forma precoz en el calendario vacunal. Una vez más, se dan diferencias entre las distintas Comuninades Autónomas. Por ejemplo, Madrid, Navarra, Ceuta y Melilla ya venían vacunando contra la varicela a cualquier bebé. Mientras algunas Comunidades debaten sobre esta nueva medida que pretende igualar a todo el territorio nacional, los pediatras parecen estar de acuerdo en los beneficios de llevar a cabo esta decisión. Muchos estudios confirman que en los países donde esta vacuna se administra desde hace años en edades tempranas, la existencia de la varicela es prácticamente nula, así como en las Comunidades Autónomas de España que ya han ido aplicando la misma política.
A favor de la vacuna
Otro motivo de debate es acerca de los fenómenos a largo plazo que pueden darse. Parece que la mayoría de las organizaciones médicas de relevancia de distintos países, recomiendan la administración de esta vacuna en edades precoces. En primero lugar, como ya hemos dicho porque, según sus estudios, con esta medida se hace desaparecer prácticamente por completo la prevalencia de la enfermedad. También porque, si bien es cierto que la varicela no suele ser una enfermedad grave, puede traer consigo complicaciones severas para niños muy pequeños, adultos o mujeres embarazadas.
En definitiva, la razón es que esta vacuna puede prevenir el virus en la mayoría de los casos. Y es que, incluso los defensores de la vacuna reconocen que puede no ser efectiva en el cien por cien de los casos aunque, de sufrir la enfermedad estando vacunado, los síntomas serían muy leves, con menos ampollas, menos fiebre y una mejor y más pronta recuperación.
Pese a los beneficios, los defensores recomiendan no vacunarse o al menos esperar a aquellas personas que hayan tenido una reacción alérgica grave a una dosis anterior de la vacuna. Tampoco a personas que estén enfermas, aunque sea de forma leve, el día de la vacunación. Se recomienda estar en plenas condiciones de salud el día de recibir la vacuna contra la varicela.
Tampoco se recomienda vacunar a un bebé recién nacido. En cuanto a las mujeres embarazadas, queda prohibido para ellas vacunarse hasta que no den a luz, así como quedarse embarazadas aquellas mujeres que se hayan vacunado al menos durante el último mes. Los riesgos para el feto en el caso de sufrir varicela la madre pueden ser importantes.
Los detractores de la vacuna contra la varicela
En el otro lado están aquellos que mantienen que la vacuna de la varicela entraña más riesgos que beneficios. Por una parte, destacan los riesgos de sufrir una reacción alérgica y de que, pese a estar vacunado, se sufra la enfermedad, como reconocen que puede suceder los defensores de la vacuna. Sin embargo, su mayor objeción se basa en algunos estudios existentes que afirman que, si bien es cierto que la vacuna contra la varicela disminuye la presencia de esta enfermedad en la población infantil, aumenta su prevalencia en los adultos y, además, incrementa también los casos del herpes zoster. Como ya comentamos, ambas enfermedades están causadas por el mismo virus.
En cualquier caso, parece que la opción más recomendada en la actualidad es seguir la línea de otros muchos países que aplican desde hace tiempo la medida y vacunar a los niños españoles en edades tempranas. Habrá que esperar hasta el año que viene, para que las vacunas empiecen a administrarse.