Los padres encuentran gran satisfacción cuando se dan cuenta que sus hijos han adquirido gran satisfacción personal y que aplican estos valores a sus vidas. Aunque esto no es fácil se puede conseguir. No hay nada más difícil para un padre que notar cómo su hijo se aleja y se convierte en una persona infeliz y sin límites morales.
Que los niños tengan problemas no significa que los padres sean ineficaces en la crianza, ¡ni mucho menos! Los valores en la educación son clave, y esto minimiza las posibilidades de que los niños tengan problemas. Enseñar y ejemplificar valores como la honestidad, la lealtad, el respeto, la abnegación, el coraje, la autodisciplina y la modestia es un papel importante para cualquier padre que espera que sus hijos crezcan como miembros responsables y contribuyentes de la sociedad.
Estrategias para enseñar valores a los niños
Los padres que sienten el compromiso de enseñar estos valores fundamentales a sus hijos deben considerar las siguientes estrategias.
Debes ser el ejemplo
No hay mejor forma que enseñar a los niños a hacer las cosas bien que a través del ejemplo. Los valores que tienes encontrarán su camino en la vida diaria. Si quieres enseñar honestidad, tendrás que ser honesto. Si no quieres que tus hijos griten, habla con calma. Si quieres enseñar valores, primero tendrás que modelarlos con tu actitud diaria.
Debes estar atento a los momentos de enseñanza
Pueden haber momentos diarios en los que se puedan hablar de valores con los hijos. Por ejemplo, si ves en las noticas la historia de alguien que ha puesto en peligro su vida por salvar a alguien, puedes hablar de ese valor y preguntar a los hijos qué hubieran hecho en esas circunstancias. O si ves que alguien ha robado en un centro comercial, mantén también una conversación sobre esto con tus hijos.
Busca oportunidades en los momentos de enseñanza que la vida te puede ofrecer diariamente. Comparte con tus hijos los valores que crees que son importantes que aprendan.
Sé coherente con la disciplina
Los límites son importantes para los niños. A medida que apliques las reglas familiares de manera consistente y permitas que los niños experimenten las consecuencias de su comportamiento, aprenderán que las malas decisiones tienen repercusiones en el hogar y en el mundo real. Si les proteges siempre de las consecuencias negativas, tus hijos aprenderán a que las consecuencias de la mala conducta pueden evitarse si son lo suficientemente inteligentes.
Celebra el comportamiento correcto
Como padres, a menudo somos rápidos para corregir uy dejar claro que nops hemos dado cuenta de que han hecho algo mal. Por lo tanto, al enseñar valores, no solo debemos corregir cualquier comportamiento que no esté alineado con nuestros valores, sino que debemos recompensar el comportamiento que ejemplifica valores fundamentales.
Entonces, cuando tu hijo sea honesto, incluso cuando sea un momento difícil, dile lo orgulloso que estás de ellos. Cuando él o ella sea cortés o respetuoso contigo o con los demás, hazle saber que están haciéndolo bien.
Comparte tus historias personales
Busca tiempos para compartir tus experiencias en vivir tus valores. Por ejemplo, puedes compartir historias de tu lugar de trabajo sobre personas que tomaron decisiones éticas buenas o malas y las consecuencias de esas elecciones. Los niños, especialmente los mayores, aprecian ver cómo se aplican los valores en el mundo adulto. Comparte tus propias historias y las que experimentas de otros y ayúdales a ver la aplicación de los valores eternos en la vida
Ayudar a los niños a ver el valor de tus valores es un papel que todo padre debe hacer. Tus esfuerzos para dar forma a las personas en las que se convertirán valdrán la pena. Y, a medida que la vida se desarrolla para todos nosotros, sea cual sea nuestra experiencia, más adelante en la vida a menudo regresamos a los valores que aprendimos de niños. Por eso, toma el tiempo que sea necesario para enseñar y ejemplificar los valores que has elegido y después, tanto con palabras como con ejemplos, hazle saber a tus hijos cómo encontrar la felicidad en la vida.