Durante el embarazo, antes de sentir la primera patada, el bebé se ha estado moviendo por el útero cómodamente. A partir de la semana 34, la mayoría de los bebés adoptan su posición final, es decir, se colocan en una posición de cabeza, o cefálica, hacia la abertura del canal de parto.
Pero algunos bebés no adoptan esta posición, dejando las nalgas o los pies hacia el canal de parto. Esto hace que el parto vaginal sea más complicado, tanto para la madre como para el bebé. En este caso, el médico puede sugerir que se coloque al bebé en la posición de cabeza con un procedimiento llamado versión cefálica externa (VCE).
¿En qué consiste una VCE?
Una versión cefálica externa es un procedimiento utilizado para ayudar a reposicionar al bebé en el útero antes del parto. Durante este procedimiento, el médico colocará sus manos en la parte exterior de tu abdomen e intentará girar al bebé manualmente.
Este procedimiento puede recomendarse si el bebé está en posición de nalgas. Esto significa que su parte inferior o sus pies apuntan hacia la vagina o canal de parto, y su cabeza está en la parte superior del útero, cerca de la caja torácica. Un parto vaginal de nalgas es más complicado que un parto en el que el bebé está bien posicionado, por lo que es preferible que el bebé esté cabeza abajo antes de que comience el parto.
Algunas mujeres optan por dar a luz a través de un parto por cesárea en vez de intentar un parto vaginal si el bebé todavía no se ha dado la vuelta y ha pasado la fecha de parto estimada.
¿Es segura la VCE?
Cualquier mujer que pase las 37 semanas de embarazo y tenga a su bebé en posición de nalgas es candidata para una versión cefálica externa. Este procedimiento tiene éxito en aproximadamente la mitad de los casos. Dado que los bebés en posición de nalgas nacen comúnmente por cesárea, una versión cefálica externa practicada con éxito puede reducir la necesidad de este tipo de parto, que es considerado una cirugía abdominal.
Sin embargo, este procedimiento no es aconsejable si la mujer:
- Ya está con el parto en marcha o experimenta sangrado vaginal
- Ha tenido problemas con la placenta durante el embarazo
- Hay signos o preocupación de sufrimiento fetal
- Espera más de un bebé, es decir, si el parto es múltiple
- Tiene anomalías estructurales en el útero, como fibromas grandes
- Ha tenido alguna cesárea previa
- Si se sospecha que el bebé es más grande que el promedio
- Si tiene niveles bajos o altos de líquido amniótico
Normalmente los bebés toman la posición de cabeza para prepararse para el parto poco antes de la semana 34. Por tanto, si a partir de la semana 34 de embarazo el bebé no está en la posición correcta, entonces es cuando se plantea realizar el procedimiento de la versión cefálica externa.
Este procedimiento aumenta el riesgo de parto prematuro y de sufrimiento fetal. Por estos motivos, los médicos recomiendan esperar a la semana 37 de embarazo para realizar la versión cefálica externa. A partir de esta semana se reduce el riesgo de complicaciones en el bebé si se da a luz poco tiempo después de realizar este procedimiento.
El riesgo más común con una versión cefálica externa es un cambio temporal en la frecuencia cardíaca del bebé. Las complicaciones graves son extremadamente raras, pero pueden ser causa de una cesárea de emergencia, de sangrado vaginal, de pérdida de líquido amniótico y de propaso del cordón umbilical.
¿Qué esperar durante la VCE?
Este procedimiento lo realizará normalmente un obstetra. Durante la versión cefálica externa, el médico colocará la mano en el abdomen de la paciente para empujar físicamente al bebé a la posición deseada. El procedimiento durará alrededor de 5 minutos y antes, durante y después del mismo se controlará la frecuencia cardíaca del bebé. Si el médico sospecha que el bebé no responde bien, se suspenderá.
Para muchas mujeres este procedimiento les resulta incómodo, pero se pueden utilizar medicamentos para reducir el dolor que se siente. El uso de ciertos medicamentos durante la versión cefálica externa también puede aumentar las posibilidades de dar la vuelta al bebé con éxito. Esto puede deberse a que el medicamento ayuda a relajar los músculos y el útero, lo que permite al médico girar al bebé con más facilidad.
¿La VCE afecta al parto?
Si la versión cefálica externa tiene éxito, la mayoría de las veces el parto se desarrolla con normalidad. Este procedimiento no afecta a la duración del parto.
Existe un pequeño riesgo de que este procedimiento rompa las membranas que contienen el líquido amniótico, esto puede significar que se adelante el parto, y que las contracciones puedan ser más intensas desde el comiendo del parto en vez de aumentar la intensidad a medida que avanza.
Si la versión cefálica externa no tiene éxito y el bebé permanece en posición de nalgas, la madre puede optar por una cesárea o intentar un parto vaginal.
Uno de los principales riesgos relacionados con un parto vaginal de nalgas es que la cabeza del bebé podría quedar atrapada en el canal de parto. La otra preocupación importante en este tipo de parto está relacionada con el prolapso del cordón umbilical. Esto significa que el cordón umbilical abandona el cuerpo de la madre antes que el bebé, lo que aumenta el riesgo de que el cordón se comprima durante el parto, cortando el suministro de oxígeno y de nutrientes del bebé.
¿Existen otras formas de girar al bebé?
Hay diferentes ejercicios que se pueden hacer para que el bebé se ponga en la posición correcta para el parto, aunque los estudios no han demostrado que sean efectivos para este propósito. Si vas a intentar alguno de estos ejercicios, habla primero con tu médico para asegurarte de que sean seguros para tu embarazo:
Inclinación de cadera
Túmbate en el suelo con los pies sobre el sofá o sobre una silla. Coloca cojines debajo de tus caderas para elevarlas por encima del nivel de tu cabeza. Tu cuerpo debe estar un ángulo de 45 grados aproximadamente. Mantén esta posición durante 10 o 15 minutos tres veces al día. Es mejor hacer este ejercicio cuando notes a tu bebé activo.
Rotaciones pélvicas
Siéntate sobre una pelota de dilatación o de pilates y gira suavemente las caderas hacia la derecha en un momento circular. Repite 10 rotaciones. Cambia de dirección, girando las caderas hacia la izquierda durante otras 10 rotaciones. Repite este ejercicio tres veces al día.
Balanceo
Coloca tus manos y rodillas en el suelo y mueve suavemente tu cuerpo hacia adelante y hacia atrás, manteniendo las manos y rodillas inmóviles. Realiza este ejercicio durante 15 minutos aproximadamente y repítelo tres veces al día.
Mantente activa
Caminar, nadar o realizar otro tipo de ejercicio durante media hora al día puede ayudar a tu bebé a cambiar de posición más fácilmente.