El embarazo es una etapa esperada por muchas madres pero, a la vez, produce unos cambios significativos en su cuerpo y hábitos. Entre ellos, la alimentación. Es importante tener una dieta sana y un nivel correcto de vitaminas para que tanto la salud del bebé como la de la madre no se vean alteradas por una alimentación deficiente.
Controlar el ácido fólico es muy importante para las embarazadas
Ácido Fólico
Es una de las vitaminas más importantes durante la etapa fértil de una mujer. Recibe también el nombre vitamina B9 y está catalogada como una vitamina hidrosoluble - se disuelve fácilmente en agua- y se almacena en el hígado. Si se tiene suficiente ácido fólico antes del embarazo ayuda a prevenir posibles deformaciones en la placenta,defectos en el cerebro y,sobre todo evita defectos en la columna vertebral del bebé por mal cierre del tubo neural, comúnmente conocido como "espína bífida". La espina bífida es una malformación de nacimiento que puede provocar la parálisis de la parte inferior del cuerpo así como falta de control del intestino y la vejiga.
La ingesta de ácido fólico se recomienda, sobre todo, antes de la concepción y durante el primer trimestre de embarazo. La dosis recomendada para una embarazada es de 600-800 microgramos, casi el doble de la dosis que ingiere una mujer que no lo está. Es recomendable consultar con el médico o farmacéutico cuál es el medicamento recomendado que la contenga y adecuado al tiempo de gestación. En la dieta, se puede encontrar en los siguientes alimentos: hígado de pollo, pavo, legumbres, cereales integrales y frutas como el melón,aguacate, naranja y plátano.
Vitamina D
La principal función de la vitamina D es ayudar al organismo a absorber el calcio el cual es esencial para la formación de los huesos. La vitamina D se produce cuando se expone el cuerpo directamente a la luz solar. Si se carece de ella, en la edad adulta puede producir osteoporosis y en la infancia, raquitismo.
Durante el embarazo, el bebé utilizará el calcio de la madre para formar sus propios huesos, así que la embarazada debería tener una dosis algo superior a la habitual para evitar la pérdida ósea. Durante el invierno la exposición al sol es menor, aunque es suficiente unos minutos al día para que el cuerpo fabrique vitamina D que ayude a sintetizar el calcio.
La recomendación para tener un nivel adecuado de una forma sana es tener una exposición al sol durante unos minutos al día sobre todo en cara, brazos y piernas al menos durante tres veces a la semana. Esta exposición se alcanza fácilmente si la embarazada sale a dar un paseo o su rutina semanal implica salir en horario solar.
Vitamina C
Es esencial para el organismo ya que ayuda al desarrollo de dientes y cartílagos, ayuda a la absorción del hierro y actúa como un potente antioxidante. En las mujeres embarazadas, ayuda a protegerlas contra sustancias nocivas debido a su importante poder antioxidante lo cual beneficia su salud y la de su bebé. Es una vitamina que se encuentra fácilmente en todo tipo de frutas y, sobre todo, las de tipo cítrico: naranjas y limones.
Vitamina E
Corresponde al tipo de vitaminas liposolubles con características antioxidantes. Previene la destrucción de glóbulos rojos, los transtornos oculares y los ataques oculares. Puede encontrarse en algunos alimentos como la yema de huevo, pan integral y en los vegetales de hoja verde.
Durante el embarazo no es beneficioso para el bebé tener una dosis superior a la que pueda aportar una dieta sana y equilibrada ya que unos altos niveles de vitamina E podría ser perjudicial para la salud del bebé y provocar problemas cardíacos congénitos.
Minerales esenciales en el embarazo
Aparte de las vitaminas, hay una serie minerales que hay que tener en cuenta para que la salud de la embarazada y el bebé sean óptimas, siembre bajo la supervisión de un médico:
- Hierro: Se necesita una cantidad diaria aproximada de 25-30 microgramos, sobre todo durante el tercer trimestre de gestación ya que el bebé requiere una cantidad superior. En caso de déficit, puede provocar anemia en la embarazada. Se puede encontrar en alimentos como la levadura de cerveza, legumbres, huevos, moluscos y pescado azul. La carne roja también contiene una fuente importante de hierro pero en menor medida que los anteriores.
- Magnesio: En el embarazo se produce una demanda superior de este mineral durante el segundo y tercer trimestre. Por eso, cuando hay un déficit se puede producir hormigueo y calambres musculares.
Una dieta equilibrada con aporte de magnesio y vitamina B es suficiente para hacerlos desaparecer. Se encuentra en frutos secos,cacao, legumbres y gambas.
- Yodo : Es necesario para el desarrollo de los órganos internos del bebé y, sobre todo,para que el cerebro crezca y madure correctamente. Utilizar sal yodada, pescado y marisco asegura la dosis necesaria de este mineral.
¿Se debe tomar vitaminas prenatales?
El médico suele recomendar un análisis de sangre durante cada trimestre de gestación para supervisar, entre otras cosas, que la embarazada tenga un aporte nutricional adecuado. Es él quien debe recomendar el uso de complementos vitamínicos durante el embarazo y cuál es el adecuado.
Existen complementos vitamínicos especiales para embarazadas
Hay que tener en cuenta que las vitaminas prenatales no sustituyen a una dieta sana y equilibrada. Únicamente cubren las necesidades de una aportación extra de vitaminas y minerales durante la etapa de embarazo.
En España,los controles natalicios son regulares tanto en la Sanidad pública como privada mediante análisis y ecografías al bebé. Es el médico quien recomendará a la mujer embarazada la dieta adecuada a su situación y necesidades y los hábitos recomendables para que tanto la salud de ella como la de su futuro hijo sea óptima.